Reestructuración de la deuda: los desafíos fiscales que se presentan tras el acuerdo

No ajustar el desbalance fiscal y financiarlo con emisión generará problemas inflacionarios y devaluatorios severos, advierte Marengo.

05 Ago 2020
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El acuerdo por la deuda entre el Gobierno nacional y los bonistas resultó en un punto intermedio (U$S 56,93) entre la propuesta presentada en julio ante la Security Exchange Commission (SEC) y la contrapropuesta realizada por el grupo de acreedores unos días después, señala Fernando Marengo, socio y economista jefe de Arriazu Macroanalistas.

La mejora en la oferta en valor presente se logró modificando algunas fechas de pago de intereses y amortización de los nuevos bonos, mientras que los servicios de interés y capital quedaron inalterados en valores nominales, indica el experto. Las modificaciones fueron las siguientes:

• Se adelantó dos meses la fecha de pago de cupón de los nuevos bonos, del 4 de marzo y el 4 de septiembre originales al 9 de enero y el 9 de julio.

• El cronograma de amortización del bono compensatorio por los intereses corridos se adelanta un año, comenzado a amortizar en enero de 2025 y venciendo en julio de 2029.

• Los nuevos bonos 2030 comenzarán a amortizar en julio de 2024 (seis meses antes) y vencerán en julio de 2030, donde la primera cuota tendrá un monto equivalente a la mitad de cada cuota restante.

• Los nuevos bonos 2038 que surgirían del canje de los Discount adelantan ocho meses su cronograma de amortización, comenzando el mismo en julio de 2027 con vencimiento final en enero de 2038.

El ahorro para el país en los servicios de la deuda -capital e intereses, según Marengo, asciende a U$S 25.000 millones en las próximas tres décadas, al pasar de más de U$S 100.000 millones en la situación pre-canje a U$S 77.000 millones luego de la aceptación de ayer, distribuidos de una manera asimétrica a lo largo de estos años.

Hasta 2028, el ahorro en términos nominales asciende a unos U$S 38.000 millones, de los cuales algo más de U$S 21.000 millones se concentran desde ahora hasta el 2023 inclusive. Entre 2029 y 2035 la cargade la deuda aumenta en unos U$S 22.000 millones, reduciéndose la misma en algo más de U$S 8.000 millones hasta 2048.

¿Cuáles son los próximos desafíos? El perfil de vencimientos de la deuda encierra múltiples desafíos. Pasado el primero (la “reestructuración”), dice el economista de Arriazu Macroanalistas, quedan todavía dos: refinanciar en condiciones de mercado los vencimientos de interés mientras no haya superávit primario, y renegociar con el FMI.

El siguiente desafío fiscal, según el especialista, involucra la vuelta al sendero de convergencia fiscal. Este año el desbalance en porcentaje del PBI podría terminar siendo el más grande desde 1975. “No ajustar y financiarlo con emisión generará problemas inflacionarios y devaluatorios severos; no ajustar y financiar con deuda, podría provocar problemas en la sustentabilidad cuando pasen los años de cuasi gracia que se consiguieron con el canje de deuda en dólares”, indica.

La economía argentina demanda reformas estructurales dentro de un programa macroeconómico consistente con la vuelta a la austeridad fiscal. Un acuerdo con el FMI podría servir de garante de este sendero y podría incluso ayudar a financiar la transición, como lo hizo en el programa anterior. Sin financiamiento del Fondo, el ajuste fiscal se debería realizar con mayor celeridad.

Un programa económico sostenible ayudaría a revertir la dinámica de desconfianza; sin él sólo se habrá desperdiciado tiempo valioso ganado con este acuerdo. Hay que evitar que la reestructuración termine como el manejo de la pandemia, donde la única estrategia fue “ganar tiempo”, finaliza Marengo.

Nuevo rumbo económico

La próxima negociación de fondo

Según el Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano, “resultaba difícil de entender cómo una diferencia de apenas 3 centavos por dólar, luego de casi cuatro meses de negociaciones, podía impedir un acuerdo” por la deuda con los acreedores privados. “Resuelto el tema de la deuda con los acreedores privados, queda planteada la renegociación con el FMI. Ello exige la necesidad de explicitar el rumbo económico, delinear la salida de la cuarentena y hacer frente a la pandemia económica, como consecuencia del COVID-19 y la consecuente paralización de actividades generada por la cuarentena”, señala el economista y director del CENE Víctor Beker.  

Pronunciamiento de IDEA

El acuerdo es “un gran avance”

El acuerdo logrado con acreedores de reestructuración de deuda de la Argentina representa un gran avance para nuestro país. Esto genera un alivio de deuda pero más importante, puede ser un alivio en la economía y en las preocupaciones de todos los argentinos. Así lo señala un comunicado emitido por el Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA). “Este avance brinda una oportunidad, otra vez, para emprender las agendas estructurales que necesitamos como argentinos discutir y avanzar hacia un desarrollo sostenible. La historia ha mostrado, y la presente pandemia no ha sido una excepción, que cuando debatimos todos con madurez a la Argentina le va mejor”, remarca.

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