Esclerosis múltiple y maternidad: una nueva luz de esperanza

El interferón, una medicina que se tenía como incompatible con el embarazo y la lactancia ahora ha demostrado ser segura.

10 Ago 2020
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TRATAMIENTOS. La rehabilitación es parte de la vida cotidiana para muchos pacientes con esclerosis múltiple. archivo

Nuestro increíblemente complejo sistema inmune, que a cada minuto nos salva de contraer enfermedades, por ahí, “enloquece”: no reconoce elementos de nuestro cuerpo, los considera “invasores”, los ataca y los destruye. A veces ese elemento es la mielina, es decir, la capa de grasa y proteínas que recubre las estructuras nerviosas, y entonces, dicho muy en criollo: “los cables se van quedando pelados”. Eso hace que conduzcan la información (sensorial o motora) a velocidad mucho menor de la necesaria, o lo hacen por “caminos” inadecuados.

Esa enfermedad se llama esclerosis múltiple (EM) genera disfunciones (transitorias o permanentes) en personas generalmente jóvenes, social, laboral y familiarmente activas. Más concretamente: afecta más a mujeres que a varones (relación de 2 a 12) y se. Se suele diagnosticar entre los 20 y los 40 años, en plena etapa de desarrollo profesional y planificación familiar.

Por eso es una buena noticia que una medicación que hasta ahora se pensaba incompatible con la posibilidad de maternar y de amamantar haya demostrado que es seguro. Se trata del interferón beta 1a que se usa desde hace 22 años como tratamiento para minimizar los brotes de la enfermedad, porque funciona disminuyendo la inflamación y previniendo el daño a los nervios.

“En el pasado, se desaconsejaba el embarazo para toda mujer con EM. Hasta hace unos años, la mujer que deseaba embarazarse debía suspender su medicación tres meses antes de iniciar la búsqueda. Luego pasamos a dos meses para casi todos los tratamientos. Recientemente, en base al análisis de extensos registros de población tratada, puede afirmarse que la mujer con EM que recibe interferón puede mantener el tratamiento durante todo el embarazo y la lactancia, si su neurólogo lo cree necesario”, explicó Marcela Fiol, del Servicio de Neuroinmunología y Enfermedades Desmielinizantes de FLENI.

Es un avance grande la eliminación de esta restricción particularmente para el tipo de EM denominado “recurrente-remitente”, que se manifiesta a través de “brotes” o recaídas, y que pueden ir dejando secuelas permanentes.

“Conforme nuevas informaciones han surgido y la experiencia mundial ha aportado enorme cantidad de evidencia, los médicos hemos modificado la conducta frente al deseo de gestación manifestado por la paciente; ya es altamente infrecuente que los neurólogos deban contraindicar un embarazo” Fiol y destacó que se han recolectado datos de registros de más de mil embarazos, que demostraron que no hay incremento en el riesgo de anomalías congénitas luego de la exposición a la medicación en el tiempo previo a la concepción, ni durante el primer trimestre del embarazo.

Lactancia

También este tema es clave, porque muchas pacientes experimentan un episodio en los primeros tres meses posteriores al parto, “Poder continuar recibiendo la medicación durante el período de lactancia también es muy importante para preservar la salud de la madre”, resaltó Fiol. Los niveles de interferón encontrados en la leche materna son despreciables, por lo que no se anticipa ningún perjuicio en llevar adelante la lactancia mientras se recibe la medicación

En particular, la eliminación de esta restricción es para el tipo de esclerosis múltiple denominado ‘recurrente-remitente’, una forma de enfermedad que se manifiesta a través de ‘brotes’ o recaídas transitorias con síntomas como visión borrosa, visión doble, entumecimiento u hormigueos de brazos o piernas y trastornos motrices o de coordinación, entre otros síntomas, episodios que potencialmente pueden ir dejando secuelas permanentes.

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