El día más negro para Messi y Barcelona

La paliza histórica a manos de Bayern Munich (8-2) pone en duda el futuro del 10 en el club

15 Ago 2020
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ABATIDO. Messi generó peligro al principio, pero la presión del Bayern lo anuló. ¿Su futuro seguirá estando en Barcelona? reuters

Pesadilla. Naufragio. Debacle. Son sólo algunos de los calificativos que mereció en las portadas de medios españoles la histórica paliza sufrida por Barcelona a manos de Bayern Múnich, por 8 a 2. Esa primera media hora fatal, en la que el equipo bávaro sentenció la serie con un baile de antología y cuatro goles que pudieron ser tranquilamente seis o siete, fue la confirmación de lo que ya se advertía desde hace tiempo: que el modelo actual de Barcelona está agotado y requiere una renovación bastante más profunda que sacar un técnico y poner otro. A Quique Setién le cabe su cuota de responsabilidad por no haber sido capaz de ajustar tuercas que ya lucían flojas en el ciclo de Ernesto Valverde, pero los fundamentos de esta temporada vacía para Barcelona (despojado de la Liga a manos de Real Madrid y eliminado en Copa del Rey y Champions) también atañen a refuerzos que no rindieron a la altura de lo esperado (por caso, Griezmann) y una directiva que no supo construir un proyecto sólido para rodear a Lionel Messi, su capitán y hombre fundamental. Hoy más que nunca, Barcelona depende de Messi: si el 10 está bien, como contra Nápoli, le gana a cualquiera; si está mal, como contra Bayern, es un equipo del montón.

Después del papelón, por momentos comparable al de Brasil contra Alemania en el Mundial 2014, todos se hacen la misma pregunta: ¿qué hará Lionel ahora? Desde la vuelta del fútbol en España, el rosarino no se mostró en su mejor forma, y por primera vez en muchos años entregó estadísticas “humanas”. Ya con 33 años, la seguidilla de partidos para completar el calendario después de más de tres meses de inactividad le pasó factura. Y desde que Real Madrid le sopló la Liga al “Barsa”, muchos ubicaron el futuro de Messi fuera de Barcelona, el club que lo cobijó durante toda su carrera profesional, y con el que ganó todo. Al capitán le sobra gratitud, pero también espíritu competitivo: a pesar de todo lo que ha ganado, nunca se conforma. No está acostumbrado a no ser protagonista. Y hoy por hoy, Barcelona ya no parece ser el mejor lugar para gastar sus últimos cartuchos. Salvo que sucediera lo que nadie cree que vaya a suceder jamás: que Cristiano Ronaldo, desairado también en la Champions, deje Juventus para cerrar su carrera siendo compañero de Messi en Barcelona.

Entre los varios interesados en contar con “Lio” aparecen Manchester City (de generosa billetera y conducido por Pep Guardiola, el DT que mejor se entendió con él) e Inter. Ambos son capaces de ofrecerle tanto o más plata que Barcelona, pero hasta ahora, se habían resignado a la voluntad del astro de continuar en Cataluña hasta su retiro o su vuelta a Newell’s. Hoy la situación es diferente. “Barsa” necesita una profunda renovación, y Messi no está para largos procesos. Necesita seguir aspirando a grandes cosas para mantenerse enchufado. Si no es en Barcelona, deberá ser en otro lado.

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