Sonda espacial: ya se preparan para salir a buscar rastros de vida en Venus dentro de un par de años

La investigación la llevará a cabo una compañía privada. Empezarán analizando la atmósfera.

19 Ago 2020
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VENUS. Hubo un tiempo en que el pequeño planeta se parecía a la Tierra.

Después de soñarla durante décadas sólo en ficción, a partir del año que viene varios robots empezarán a buscar vida en Marte. Y quizás el descubrimiento pueda ocurrir durante esta década. Pero no es imposible que Venus nos dé una sorpresa, incluso antes, según el diario ABC.es

A simple vista, Venus no parece un lugar muy prometedor: en la superficie la temperatura puede superar los 400ºC y los vientos alcanzan de cientos de kilómetros por hora. Pero por en la atmósfera, por encima de sus nubes tóxicas de ácido sulfúrico, hay una región donde las condiciones son parecidas a las de la Tierra.

Eso decidió a la compañía privada Rocket Lab, que ya está trabajando para lanzar una misión en 2023. La intención es emplear su lanzador Electron, y un adaptador para satélites, que depositarían una o dos pequeñas sondas en la atmósfera del planeta.

“Estoy locamente enamorado de Venus -dijo en videoconferencia Peter Beck, director general de la empresa-. ¿Quién sabe? Quizás nos podría tocar el gordo”.

Por el momento, hay motivos para sospechar que puede tener razón. Empezando: Venus fue habitable, con ríos, lagos y océanos, hasta que un calentamiento global descontrolado impulsado por procesos geológicos lo convirtió en una especie de olla a presión. Con estos antecedentes, Venus y sus misterios son un laboratorio excelente para aprender sobre las consecuencias del cambio climático.

Condiciones benignas

Pero además, el objetivo es explorar una región de la atmósfera, situada a unos 50 kilómetros de altura, en la que las temperaturas y las presiones son sorprendentemente benignas como para la vida.

Allí, ya hace un siglo se descubrieron parches de la atmósfera que absorbían hasta un 40% más de radiación ultravioleta que las regiones de alrededor, sin que se supiera por qué.

Luego se halló que los parches evolucionan con el paso del tiempo de un modo muy peculiar. Y en 1967 el astrónomo Carl Sagan, entre otros, propuso que el origen de estos parches podría estar en microorganismos con capacidad de absorber luz en ese rango de longitud de onda.

Como la historia del planeta ha permitido que en la atmósfera todavía haya vapor de agua, además de dióxido de carbono, ácido sulfúrico y radiación ultravioleta en abundancia, todos posibles fuentes de nutrientes y energía para los microorganismos, las expectativas crecen.

Esos microorganismos explicarían el origen de los parches en la atmósfera y podrían ser similares a bacterias del azufre, que en la Tierra viven en entornos muy ácidos y absorben rayos ultravioleta. Su crecimiento, su muerte y su migración podrían ser la causa de los cambios de color de Venus, en el rango del ultravioleta, al igual que en la Tierra las plantas y las algas colorean el paisaje en el espectro visible

Éxito empresario

Para Beck, el hecho de que una compañía privada logre llevar a cabo una misión interplanetaria es un importante mensaje. Además, un éxito en la empresa sería la demostración la eficacia de un sistema de lanzamiento capaz de abaratar los costos hasta 10 veces. Hace pocos meses, la empresa consiguió un contrato con la NASA para lanzar un satélite a la Luna a comienzos de 2021, usando la combinación del Electron y el adaptador.

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