Las huellas

La reedición constante de los libros de Fogwill y la aparición de nuevos trabajos sobre su obra ratifican que estamos ante uno de los escritores de mayor peso en la historia de las letras argentinas.

30 Ago 2020
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UN DOMADOR DE LA ESTRUCTURA NARRATIVA. Este es el segundo libro de Rodolfo Fogwill, que publica Alfaguara tras la muerte del escritor considerado como

Por Alejandro Duchini.

PARA LA GACETA / Buenos Aires

El hospital es la obra arquitectónica destinada a embellecer el encuentro del hombre con la muerte. La frase, perfecta, aparece en la genial novela Vivir afuera. Su autor es Rodolfo Fogwill. Hay quienes dicen que es uno de los mejores escritores argentinos de todos los tiempos. Si no es así, le pasa cerca. Fallecido el 21 de agosto de 2010, su obra sigue dando de qué hablar. Sus libros no paran de reeditarse: Interzona y Alfaguara renuevan de manera constante su catálogo Fogwill.

Los Pichiciegos es tal vez el título que más lo referencia. Aún hoy se dice que es uno de los mejores relatos sobre Malvinas, aunque sea ficción. Fue escrito en 1982 y publicado al año siguiente. “Al escribirla, estaba lejos del autor cualquier preocupación sobre el acontecimiento. Como decía por entonces –digo-, estaba escribiendo sólo acerca de mí, de la revolución, la contrarrevolución, el amor, el comercio, la democracia que sobrevendría”, escribe Fogwill en la contratapa de la edición de Interzona.

“No está claro cuánto tardó en escribirlo, pero eso no es lo importante. Aunque él dijo que le llevó tres días bajo los efectos de la cocaína, algunos de sus amigos dicen que lo hizo en dos meses. Otros afirman que fue en un mes. Aunque el propio Fogwill primero dijo que fueron seis días y después bajó a tres. Me gusta que no quede claro cuánto tardó. Lo cierto es que muchos lo conocieron en los 80, por ese libro”, comenta Patricio Zunini, autor de Fogwill, una memoria coral (Mansalva), conformado por entrevistas sobre su figura. “Fogwill es una persona interesantísima y un grandísimo escritor.

Cuando empecé a pensar el libro, lo hice sabiendo que era mucha la gente que tenía una historia con él. Era interesante como personaje y como figura de peso en la generación de jóvenes”, responde Zunini cuando este diario le pregunta por qué eligió escribir sobre Fogwill.

Fogwill tiene la particularidad de describir de manera directa a sus personajes y sus situaciones. Es simple de leer y a la vez te deja pensando. No necesita de las palabras ampulosas. Lo hace, y a la perfección, en Una pálida historia de amor (Alfaguara). La misma editorial publicó el imperdible Cuentos completos, que tiene una nota del propio autor en la que destaca que en ese volumen está “todo lo que escribí en los géneros del cuento y el relato breve”; pero añade: “He escrito pocos más –cuatro o seis- y algunos de ellos fueron publicados, pero es mi voluntad que nunca vuelvan a aparecer, y que, si algo me sobrevive, provenga de esta selección”. La aclaración está fechada el 1 de junio de 2009.

Cuentos completos es una gran oportunidad de ingresar al mundo Fogwill. Se encuentra allí el clásico “Muchacha Punk”, uno de los relatos que más lo identifica.

“La forma en que él se relacionaba era honesta. En su agresión, en su cariño”, define Zunini al volver sobre el Fogwill que describió para Una memoria coral, trabajo compuesto por 51 entrevistas. Una de ellas a Fabián Casas, quien recuerda: “Me gusta mucho una novela que se llama La buena nueva de los libros del caminante. Es una novela increíble en la que se nota que él todavía se estaba probando como novelista. Escribí una nota de tapa en el suplemento de cultura de Perfil pidiendo que la reeditaran. Fogwill me llamó contento, pero no la reeditó. Así como Aira no quiere que reediten La luz argentina, que es una obra maestra, Fogwill tampoco quería reeditar La buena nueva de los libros del caminante”.

Fogwill sigue influyendo más allá de lo que escribió. Su personaje es lo que también cautiva. Y cada uno lo irá conociendo a su manera. Tal como le pasó a Zunini: “Había leído sus libros, lo traté y sabía de los cientos de mitos que hay a su alrededor. Pero finalmente lo conocí cuando hice este trabajo. Me di cuenta de que antes no lo conocía”.

Reediciones de sus libros y perfiles sobre él ratifican no sólo la vigencia de Fogwill en nuestra literatura, sino, y tal vez sobre todo, su enorme influencia.

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