Fotos en redes sociales: qué dicen los chicos sobre el uso de filtros

A Sofía Lencina, estudiante de Comunicación Social, como activa usuaria de Instagram le resultó inevitable el uso de los filtros. “Lamentablemente consumís tanto esta red social que al final te dejás llevar prácticamente por todo lo que sucede ahí”.

Autoestima y redes sociales: por qué no conviene abusar de los filtros

“Los filtros -añade- pueden ser un arma peligrosa dependiendo de cuáles sean. Van desde los que simplemente te ponen unas flores en la cabeza hasta los que directamente te someten a una especie de cirugía de reconstrucción facial virtual”.

Para Sofía en un primer momento es divertido probar los filtros en su infinidad de variantes, pero el problema aparece luego, una vez que se quita el filtro y queda a “cara lavada”, ahí es cuando aparecen las inseguridades y los cuestionamientos. “Te empezás a ver ‘defectos’ y a imaginarte con tal o cual forma de ojos o nariz y automáticamente querés volver a la fantasía del efecto virtual”.

En este sentido, para la estudiante, necesitamos redes sociales que transmitan mayor autenticidad, que inviten a construir el amor propio y no promuevan la necesidad de cambiar el rostro para sentirse más cómodo.

En el caso de Juan Ignacio Stettler, otro joven tucumano que se muestra activo en Instagram, no ocurre lo mismo. “Me considero una persona linda, atractiva, entonces uso los filtros para realzar o exponer un poco alguna cualidad, como mostrar más la sonrisa o la expresión de mis propios ojos”, indica.

Sin embargo, entiende que su realidad no es la de todos y sí cree que puede haber quienes se vean afectados por un uso excesivo de los filtros. “Hay gente que sí usa los filtros para sentirse un poco mejor porque tal vez no están muy conformes con su cara, entonces creo que sí puede llegar a afectar su autoestima”.