Sedentarismo: ¿qué es el síndrome del trasero muerto?

Llevar un estilo de vida sedentario puede debilitar los músculos de los glúteos.

14 Sep 2020
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SEDENTARISMO. Los altos grados de sedentarismo pueden acarrear una atrofia de glúteos; hacer ejercicios regularmente es la manera de prevenirlo.

Del dormitorio al living, de la cocina al pasillo... y el circuito de estar sentado la mayor parte del día vuelve a comenzar. Según la Organización Mundial de la Salud, el sedentarismo (al igual que el estrés) es uno de los males modernos que más nos afectan. Producto del uso extremo de la tecnología, las extensas jornadas laborales en la oficina y la falta de rutinas de ejercicio.

En datos precisos, se dice que este estilo de vida propio produce -indirectamente- alrededor de 5,3 millones de muertes al año. Además, puede que las cosas se compliquen si pensamos en las restricciones físicas a las que nos llevó la cuarentena y el posterior aislamiento social obligatorio.

Como consecuencias del sedentarismo, son conocidas las enfermedades cardiacas, los altos índices de colesterol o presión arterial, el cansancio crónico y una marcada propensión a la obesidad y la diabetes. Otras patologías, en cambio, son menos comunes y parecen casi una broma. Entre ellas está el “síndrome del trasero muerto”.

Definición

En realidad -desviando la atención de su descripción popular- este término alude a la atrofia gluteal. “Lo que ocurre es que el glúteo medio se ve afectado por la falta de movilidad y presión intensa. Esta musculatura cumple la función de estabilizarnos y de producir una buena alineación de las piernas y una marcha estable”, explica la kinesióloga Analía Díaz Vélez.

La especialista señala que la atrofia glútea contribuye a las desviaciones posturales y nos lleva a experimentar una sensación de calambre continúa y dolores en la cadera y la columna lumbar. Sumado a un malestar en las rodillas y los tobillos.

“Pensemos que una persona promedio pasa más de 12 horas sentada. Sin descansos activos o gimnasia, la zona de los glúteos pierde su elasticidad, los músculos se acortan y otras estructuras de la parte posterior (como la espalda baja o los cuádriceps) deben subsanar la carga”, agrega Díaz Vélez.

Para evaluar la insuficiencia valvular glútea, los médicos realizan la prueba de Trendelenburg. “El exámen físico centra su atención en los glúteos medios y el punto de apoyo de la cadera. El paciente debe levantar una pierna hacia el lateral, mientras se mantiene en pie. Y hacer lo mismo con la otra. La patología se nota de resultar imposible estabilizar la cadera y ver que -ante la descarga de peso- la pelvis se inclina hacia abajo”, sintetiza la kinesióloga.

Soluciones

Este malestar en la retaguardia, también puede afectar a runners y gente que haga deporte, pero descuide la elongación y fortalecimiento de los glúteos. “Una de las posiciones de ocio más comunes es entrecruzar las piernas o presionar todo el peso sobre las rodillas, en ambos casos estamos contribuyendo a posturas nocivas para los glúteos y la zona media”, comenta el preparador físico Nicolás Rodríguez.

A modo de prevención, los ejercicios que se recomiendan son secuencias de movimiento de rotación, separación de piernas y elevaciones. Tres áreas que se ven en la mayoría de sesiones de pilates, yoga y ejercicio funcional.

“En el gimnasio, las mujeres y los hombres suelen preocuparse por la tonicidad de sus colas por un sentido estético (con tendencias como el butt pride) antes que debido a su función en el soporte de una postura correcta. La gimnasia laboral se volvió una necesidad y con secuencias tan simples como levantarnos del escritorio cada 30 minutos y caminar entornando los hombros podemos alcanzar cambios impresionantes en el organismo”, acota Rodríguez.

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