Salteños desarrollaron un estudio que permite descubrir la presencia de coronavirus en el aire

Ingenieros de la UNSa podrán detectar cuántas particulas del SARSCoV-2 hay en salas de hospitales. Los resultados mejorarán los conocimientos sobre prevención y desinfección en el personal de salud.

25 Sep 2020
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Un proyecto del Laboratorio de Aguas y Suelos de la Unsa, financiado por el MINCyT (Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación) con 950 mil pesos, busca determinar la carga viral aérea del SARSCoV-2 en hospitales y espacios habilitados para el tratamiento de pacientes que cursan la enfermedad.

El objetivo de la iniciativa compartida con el CONICET y  es preservar a la comunidad sanitaria, que se encuentra en primera línea de exposición al virus, y al aire y aerosoles contaminados por éste. Una de las principales problemáticas de la pandemia es que el personal infectado, además de estar sobrecargado laboralmente, disminuye su presencia en los hospitales, se enferma y a su vez se convierte en foco de contagio para otras personas.

¿Cómo funciona el estudio?

La ingeniera en recursos naturalesy medioambiente y directora del proyecto, Mercedes Cecilia Cruz, contó a LA GACETA en qué consiste el muestreo del aire que permitirá saber cuantitativamente qué tan “cargados” del virus están diferentes ambientes. “Nosotros tenemos experiencia en la detección de patógenos, tanto virus como bacterias a través de las famosas PCR, que se usan para diagnosticar humanos. Esta misma técnica aplicable en muestras ambientales como agua y aire. Es un equipo con un filtro que succiona aire y uno puede manejar el caudal que ingresa y durante cuánto tiempo. Esto depende de las dimensiones de la habitación y de la altura. Lo que ingresa queda retenido en unas membranas gelificadas que después traigo al laboratorio, se disuelve en un líquido y a partir de allí se hace la extracción del ARN (ácido ribonucleico) que contiene al virus, y se hace una PCR. La misma que para pacientes, sólo que la forma de extracción, en vez de ser un hisopado, es una membrana” explicó la especialista, que hizo un doctorado sobre el microbioma del agua en Singapur, y regresó a Salta en 2018 como investigadora del CONICET. “Sabiendo el caudal de aire que muestreé y que se concentró, puedo saber qué cantidad de partículas virales están presentes en esa muestra, más allá de lo detectable y no detectable, que es lo que suele informarse a la gente” manifestó.

La especialista informó que participan de su proyecto los médicos directivos del hospital Papa Francisco, que se mostraron abiertos e interesados en que Cruz tome muestras en sus diferentes salas de pacientes contagiados. “La idea es empezar las muestras la semana que viene, y cuando se tengan los resultados, tomar medidas de prevención. Muchas veces se desconoce hacia dónde van los flujos de aire, por ejemplo, no se sabe cuál es la carga viral que hay en el sector de lavandería de los hospitales. Ahí se lavan ambos, sábanas que tuvieron contacto con pacientes enfermos, entonces se puede producir una resuspensión de esas partículas cuando se lava: estaban pegadas en la tela pero vuelven a "flotar" en el aire. En ese caso, habría que aumentar las medidas de prevención y desinfección. El personal suele tener miedo a atender pacientes en UTI: claro que hay un riesgo. Sin embargo, esas personas suelen estar con respiradores y los aerosoles que puedan generar están contenidos. Se cree que donde no está la persona enferma hay menos riesgo, y quizás hay más” explicó Cruz.

La mujer agregó que una vez que se sepan los resultados, se tomarán nuevas medidas de prevención: barreras físicas, de protección y de seguridad, o de desinfección y limpieza para mejorar la situación.

“Siempre me interesó trabajar en proyectos que mejoren la calidad de vida de la gente” aseguró la científica. Además, expresó que las muestras comenzarán en el hospital Papa Francisco y en hoteles donde hubo personas infectadas, pero que también le interesaría hacerlo en las nuevas áreas covid del hospital San Bernardo. “La iniciativa fue mi inquietud de saber cómo circulaba el aire en los hospitales de Salta, sobretodo porque se habilitaron muchos espacios públicos, como la escuela aledaña al Papa Francisco, el Centro de Convenciones. No son lo mismo lugares preparados para enfermedades infecciosas y transmisión aérea, que espacios comunes que tuvieron que adaptarse y ser terapias intensivas”. Además, la investigadora planteó la necesidad de que los hoteles que tuvieron personas contagiadas alguna vez deben volver a usarse normalmente.

La científica relató que lo que despertó su curiosidad fue un famoso caso en un restaurant de Wuhan, en donde muchas personas que estaban sentadas en diferentes mesas alineadas con el flujo del aire acondicionado, resultaron contagiadas, mientras que otras que estaban más cerca entre sí, pero fuera de la corriente, no. “Es una pregunta científica con gran impacto social” concluyó.

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