Organizaciones en un mundo volátil

“En tiempos de grandes cambios, adaptarnos no es una elección".

26 Sep 2020
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PATRICIA CERRIZUELA, IMAGEN DE GENTILEZA

Por Patricia Cerrizuela*

Vivimos momentos históricos, que cambian a toda velocidad y tenemos que ir adaptándonos día a día. A esta vorágine la estamos transitando en procesos individuales, en familia, con nuestros amigos y también están incluidas las organizaciones a las que pertenecemos. Un emprendimiento, una empresa, un lugar de trabajo. Cualquiera sea el tamaño de esa organización, está siendo influenciado por muchos fenómenos que ya se venían dando años anteriores, y que ahora se ven potenciados por la coyuntura inusual y por nuestros estados de ánimo, capacidades y emociones.

Para profundizar en este tema entrevisté a Fernanda Guerra, especialista en coaching organizacional, con muchísimas horas en el “campo de batalla”, para que nos comparta su visión sobre lo que está ocurriendo.

-. En tu trabajo en organizaciones de Latinoamérica, ¿qué observas que viene ocurriendo?

Habitamos un mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo (VICA). La simultaneidad de cambios ocurre en tiempo real y a gran escala. La economía global es más intempestiva, de alta interdependencia e imprevisibilidad, algunos negocios ascienden, otros se derrumban.

Por ejemplo, la emergencia de los negocios de plataforma, en contraste con sus equivalentes analógicos, producen un gran impacto en el PH del mundo de los negocios. Y, aunque la consigna siempre fue adaptarnos o morir, hace solo 50 años, los ciclos de surgimiento, apogeo y obsolescencia eran amplios y la extinción, algo lejano y remoto.

Hoy, la aceleración de esos mismos ciclos son una realidad con la que el mundo de los negocios lidia semana a semana. Es tan concreta y tangible, que ha provocado cierto caos en las empresas, que ven sus prácticas de liderazgo y trabajo en equipo cuestionadas. Es la capacidad de respuesta a los desafíos del entorno lo que está en juego y con ella, la subsistencia.

Habitamos un mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo (VICA).

-. ¿Y cómo podemos enfrentar esto?

Es importante desarrollar agilidad colectiva. Requiere naturalizar el error y fomentar la curiosidad para aprender con apertura y diligencia.

Necesitamos ampliar horizontes en corto, apoyados en expertises diversas. Una de las reglas del cambio es la co-existencia de lo establecido, en tensión con lo emergente. Se trata de ser capaces de tejer una red entre ambos porque es en la práctica de incomodarnos y sumar a la mesa de decisiones la pluralidad de nuevas disciplinas, donde radica la mayor fuerza re-generativa de la que somos capaces. Es una cuestión de ser cada vez más audaces al articular esa multiplicidad para la co-creación de posibilidades. La palabra clave es explorar, porque la incertidumbre se navega, conversando con otros. Las individualidades y los fundos de poder son perecederos en esta marejada.

Hablo de cultivar meta-habilidades colaborativas –confianza existencial, humildad para aprender, lucidez para escuchar tendencias, decisión de atender preocupaciones actuales–. No es un problema técnico, es adaptativo.

Es importante desarrollar agilidad colectiva. Requiere naturalizar el error y fomentar la curiosidad para aprender con apertura y diligencia.

-. ¿Debe cambiar la forma de pensar, de gestionar y de tomar decisiones?

En tiempos de grandes cambios, adaptarnos no es una elección. Ocurre por amenaza de caducidad más que por elección. Comparemos las viejas prácticas de mando-control versus lo que Fernando Flores llama surfing to the future.

El control opera con modelos secuenciales: primero A, luego B, entonces C. Incluye la necesidad de conseguir cantidad y calidad de información, porque supone que hay una mono-respuesta, que si me tomo el tiempo, si sé y analizo lo suficiente, voy a encontrar ésa respuesta que está ahí oculta. Y este sesgo influencia luego una serie de prácticas, desde cómo se toman las decisiones estratégicas, hasta cómo éstas se trasladan a los mandos ejecutivos. Termina en una lógica top-down, muchas veces lenta y poco sostenible.

El surfing es una metáfora para un estilo de gestión más climatológico (risas). En el surf hay mar, olas y un clima sobre los que el surfer no tiene ningún control. El surfista cuenta con un conjunto de tradiciones y prácticas que heredó y lo trajeron hasta acá, y un universo rico en comunidades de práctica –maestros, practicantes, artesanos y otros expertos–, que hacen que surfear sea posible en adaptación constante, just in time, en el agua.

El surfista improvisa una respuesta frente a los desafíos del momento. Se tiene a sí mismo, a su comunidad de práctica y a la historia de tradiciones que lo empujan, del pasado hacia el futuro, obligándolo a reformular lo que sabe en función del encuentro con las olas. Es en el escuchar el mar que resuelve montar unas olas, dejar pasar otras y, a veces, le toca tragar agua con sal (risas).

Fernanda Guerra (@soyferguerra) es Coach Profesional Certificada, Consultora y Escritora

El mundo cambió, incluso aunque no nos guste. No elegimos las olas, las olas nos eligen a nosotros. Navegar requiere de una esperanza radical en la abrumadora capacidad de adaptación colectiva que somos y una gestión muy refinada de comunidades de práctica que amen las aventuras experimentales.

Una mirada de esperanza...

Los comentarios de Fernanda durante la entrevista me generan entusiasmo. Lo admito. ¿Por qué? Porque entre todo lo valioso que ella comparte, rescato que estos fenómenos ya venían ocurriendo y con la pandemia se aceleraron. Y también porque comparo su mirada desde el coaching con herramientas de diseño como el Design Thinking; de la industria del software como metodologías ágiles; con modelos de gestión como Lean Management, y con formas de enseñar Emprendedorismo como el Método de la Creación, y encuentro similitudes: La velocidad, la prueba y error para aprender y recolectar información de la experiencia, el foco en lo que verdaderamente agrega valor, el rol de exploradores en el hacer, grupos interdisciplinarios, y -sobre todo- las habilidades humanas necesarias para esto.

El entusiasmo responde a que veo la oportunidad de hacer las cosas de otra manera. No todo, no de golpe, pero debemos empezar a gestionar las organizaciones desde la tabla de surf, al encuentro con las olas, formando parte de una comunidad de práctica.

*Patricia Cerrizuela es fundadora de Patricia Cerrizuela & Co, desde donde asesora a empresas, brinda capacitaciones y mentorea emprendedores. Instagram: @pacerrizuela E-Mail: [email protected]  

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