Falleció por covid-19 el “profe Julio” y sus alumnos lo recordaron con cariño en las redes

Julio Gutiérrez falleció hace seis días como consecuencia de una neumonía causada por la covid-19. Julio fue profesor de cientos de chicos que iban hasta su casa para aprender física, química y matemática con el objetivo de ingresar a alguna carrera universitaria. En las últimas horas, su hijo realizó un conmovedor posteo que en pocas horas se llenó de palabras de agradecimiento. 

Las clases de Julio eran conocidas por la excelencia y por sus retos, pero también por las risas y sus consejos entre un tema y otro. Los pasillos de muchos colegios secundarios de la ciudad estuvieron llenos de anécdotas y chistes que surgían de sus clases. “Hoy tengo Julio…”, “te veo en Julio”, comentaban adolescentes que confiaron ciegamente en él para empezar a trazar su futuro.

"Sabías que ibas a aprender o aprender, pero también a pasar un buen rato" dijo Julián (23), su hijo, a LA GACETA. El joven fue quien realizó la publicación que se colmó de comentarios de exalumnos, algunos ya médicos y profesionales.

“Su inteligencia era única. Explicaba a uno cómo hacer integrales, terminaba y se iba a enseñarle a otro cómo se forma el cloruro de sodio. Era el mejor. Venía a mi casa a decirme: '¿qué tal? Entraron todos los que preparé´. Los logros de sus alumnos, eran también de él y lo hicieron muy respetado. Se crió sin un padre y fue el mejor del mundo. Me hizo de Racing, me dio cultura y buen gusto. Nunca me contestó no sé. Sabía todo”, enfatizó.

En los comentarios, muchísimos jóvenes de Salta  lamentaron su pérdida con cariño y algo de humor. “No te conozco, pero tu papá me salvó, y eso que yo era bastante inútil” escribió un usuario. “Un crack el profe Julio”, “sin él no estudiaría medicina”, “siempre con respeto y paciencia”, “soy médica gracias a él” fueron algunas de las palabras que le dejaron en la red social Instagram.

Foto: Instagram @juliangutierrez

La ausencia de la obra social

Un domingo, Julio saturó 75 de oxígeno. Cuando su hijo llamó a su obra social, Ospe, le respondieron que intentara al día siguiente porque era una jornada no laboral. Julián consiguió una cama en un instituto privado, en donde ingresó a su padre como particular, pagando 100 mil pesos de entrada. A la segunda semana de internación, le pidieron otros cien mil, y a la tercera (su padre ya estaba en terapia intensiva) cien mil más, que costeó con ahorros familiares.

El 15 de octubre, Julio falleció. Su hijo acudió a la clínica con la esperanza de que le reconocieran algo del dinero pagado, pero le dijeron que además debía 500 mil pesos más; $800.000 en total.

“Ospe nunca dio respuestas. Todos los tratamientos de mi papá los pagué en efectivo como pude, con ayuda y ahorros familiares. Él era monotributista y con su trabajo sostenía a la familia. De la clínica jamás me facturaron nada. Tengo que creerles que les debo ese dinero sin tener siquiera un detalle”, reclamó. 

“Hoy todas las clínicas privadas tienen un negocio: les dicen a las obras sociales que no hay camas. No les conviene recibir pacientes por obra social, entonces esperan que el paciente se esté muriendo y venga en ambulancia o pateando la puerta. Nadie habla de esto porque en el medio hay médicos, el gobierno. Hay mucha corrupción y el Estado te deja sólo”, se lamentó.

Hoy, Ospe le respondió a Julián que le cubrirán los gastos de la internación. “Mi papá ya está muerto, hubieran aparecido antes. Tengo que ver cómo voy a sostener a mi hermano que estudia en Córdoba, y a mí , que me quedan algunas materias para ser contador”, expresó el joven.