Caso Abigail: cómo vivió casi cuatro días en la clandestinidad José "Culón" Guaymás

Antes del linchamiento, el sospechoso estuvo a punto de entregarse; había acordado con su madre presentarse en la Policía, pero se arrepintió.

23 Oct 2020
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JUAN ANTONIO GUAYMÁS. Alias "Culón".

Transcurrieron varias horas del homicidio de José Antonio “Culón” Guaymás, acusado del crimen Rocío Abigail Riquel, y comenzaron a conocerse algunos detalles de cómo vivió los casi cuatro días en la clandestinidad. 

Lo más sorprendente es que el joven de 25 años estaba dispuesto a entregarse a las autoridades, pero se arrepintió a último momento.

1- Cómo vivió los días previos al homicidio

Según los investigadores, el sábado Guaymás estuvo todo el día deambulando de un lado a otro en el barrio que está ubicado en un enorme predio cercano al cruce de  las avenidas América y Francisco de Aguirre. “Buscaba la manera de conseguir dinero para comprar droga. Siempre hacía lo mismo. Por eso vivía preso”, comentó una fuente. El viernes, según consta en el expediente, intentó quitarse la vida ahorcándose en el baño de la casa de su madre. Su hermana y su cuñado lograron descolgarlo.

El sábado, sumido en un profundo estado depresivo, combinado con un avanzado síndrome de abstinencia, estuvo deambulando por el barrio. El domingo, según informó su madre, le sustrajo la garrafa, un par de zapatillas, un secarropas y el lavarropas. La mujer dijo que los vendió a un vecino y que sólo pudo recuperar parte de esos elementos después de buscarlos por el caserío junto a una de sus hijas.

2- Seguimiento, engaños y ataque

Abigail salió el domingo a la mañana de su casa a jugar con una amiguita. Pero los padres de la otra pequeña no la dejaron salir, por lo que intentó regresar a su casa. Guaymás la habría observado y la siguió. Todo parecería indicar que, mediante engaños, la habría llevado hasta un lugar que está rodeado de montículos de tierra. Los pesquisas cuentan con ese indicio porque a la par del cuerpo de la niña hallaron una bolsa con una lata (elementos que ella juntaba) y un juguete. “Todos la vieron con él, no tenemos la menor duda de eso. Estamos seguros de que fue él. Esperemos ahora lo que dice la Justicia”, aseguró un angustiado Pablo Riquel, padre de Abigail.

Pablo Riquel, papá de Abigail ARCHIVO LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI

En ese lugar la habría atacado y le habría causado la muerte.

Los vecinos le contaron a LA GACETA que él fue uno de los pocos que no participó de la búsqueda de Abigail. También acusaron a su madre, pero en realidad, la mujer estaba trabajando como empleada doméstica y regresó cerca del mediodía a su casa porque había recibido un pedido especial por parte de sus patrones.

“El acusado estaba en una esquina mirando todo. Hasta se llegó a reír de nosotros, pero no le dimos demasiada importancia porque sabíamos que estaba drogado”, explicó Mariela García.

3- Desapareció sin dejar rastro

Guaymás escapó a los pocos minutos de que se encontrara el cuerpo. Los pesquisas creen que alguien le habría avisado que lo estaban acusando del hecho. Partió con rumbo desconocido y con parte del dinero que había obtenido al vender los objetos que le robó a su madre.

A las pocas horas, una turba de vecinos se presentó en su casa. La destruyeron y después la quemaron. Lo mismo pasó con la vivienda de su hermana (madre de siete hijos) que está edificada en el mismo terreno. La Policía, antes de que “Culón” fuera asesinado a golpes, se entrevistó con la mujer, que no supo informar sobre el paradero de su hijo.

“Culón” sabía muy bien lo que es estar encerrado en un calabozo. La Policía lo había detenido en al menos 19 oportunidades en los últimos 10 años.

Siempre fue acusado de haber cometido delitos contra la propiedad, pero nunca había sido condenado por ninguna de esas causas. Sólo en tres esperaba ser enjuiciado. Tampoco afrontaba cargos por abuso sexual, mucho menos en contra de un pariente, como circuló en las redes sociales en los últimos días.

Su última detención fue en julio pasado. Después de permanecer cerca de 15 días encerrado, el fiscal Marcelo Leguizamón, ajustado a derecho al tratarse de un delito excarcelable, ordenó que sea dejado en libertad siempre y cuando presentara una caución real de $50.000.

Como no podía cumplir con esa condición, la defensora oficial María Marta Contreras Cuenca solicitó que se modificara de caución real a juratoria la libertad.

El planteo fue analizado por la fiscala Adriana Reinoso Cuello, que entendió en la causa al haber ingresado en el régimen conclusional y ordenó el cese de detención, bajo caución juratoria, y Guaymás terminó abandonando el calabozo de la seccional 12° el 8 de octubre con el oficio firmado por esta investigadora.

Si se hubiera rechazado el pedido, a la defensora le habría quedado el recurso de recurrir a un juez de garantías para que definiera el asunto. Normalmente, según fuentes judiciales, se termina aceptando estas peticiones.

4- El día que casi se presenta a las autoridades

En el expediente figura que Guaymás amagó con presentarse ante la Justicia. El domingo por la noche, se comunicó con su madre, quien le sugirió que se presentara ante las autoridades antes de que lo atraparan y le hicieran daño porque sabía que era intensamente buscado. El joven aceptó la propuesta de la madre.

“Se comunicaron con personal de la división Homicidios y le avisaron que se presentaría en cualquier momento”, dijo una fuente judicial. Una cuñada acordó con la madre y lo trasladó hasta cerca de Campo Norte, donde se trasladarían caminando hasta esa dependencia policial. Pero al no ver a su progenitora (se habría demorado en llegar por no contar con un medio de movilidad) decidió marcharse.

JUAN ANTONIO GUAYMÁS. Alias

Las pistas, según los investigadores, apuntaron hacia una ex novia de “Culón” que vive en el barrio Triángulo II de Cebil Redondo. Allí podría haber recibido ayuda de la familia de la joven mientras se mantenía oculto en una casa abandonada de la zona, lugar donde se reúnen adictos o se ocultan los ladrones de limones para embolsar las frutas que sustraen de las quintas.

Por ese motivo, parte de su búsqueda se centró en esa zona. Varias de las plantaciones fueron sobrevoladas por el helicóptero y recorridas a pie, a caballo y en moto por efectivos.

Otros investigadores buscaron en el sur de la ciudad. Los pesquisas sabían que allí vivían los familiares que lo trasladaron cuando se pensaba entregar. Hicieron una vigilancia en la casa de un tío identificado como “Catucho”, pero nunca se presentó ni salió de allí. Pese a ello, los vecinos le incendiaron la casa. Lo más probable es que “Culón” haya estado oculto en los montes de la zona y que haya recibido ayuda de conocidos. Se sospecha que esas amistades le podrían haber entregado ropa (no tenía puesta la misma que lucía cuando fue visto por última vez) y comida. La Policía utilizó drones para tratar de ubicarlo en esos matorrales.

Hubo otra pista que fue descartada. Una joven de Delfin Gallo dijo que dos días después del crimen se contactó con “Culón” a través de una red social. Acordaron una cita y que el sospechoso se presentó en el lugar en una moto. La denunciante indicó que él la tomó del brazo y le dijo: “ahora te voy a violar a vos”. Contó que forcejeó con él hasta lograr escapar. Los pesquisas descartaron esta posibilidad porque el acusado no tenía celular ni moto.

“Ahora trataremos de establecer quiénes fueron los que lo ayudaron. Porque si es así, deberían afrontar un proceso por encubrimiento. Pero todo es muy prematuro y debe ser investigado a fondo”, indicó José María Molina, representante legal de la familia Riquel.

5- Soprendido en medio de un cañaveral

Guaymás caminaba solo cuando fue descubierto por dos vecinos que andaban en la zona. En principio, lo ataron para esperar que llegara la policía, pero al correr la voz de que lo habían encontrado, se presentaron en el lugar más de 100 personas. Entre todos lo golpearon, lo hirieron con picos de botellas y cuchillos. Por el lugar pasó un móvil policial y los agentes se detuvieron al pensar que se trataba de una aprehensión civil, pero poco pudieron hacer para que la turba dejara de agredirlo. Ni con la llegada de refuerzos lograron frenar a los más exaltados.

Los violentos, que superaban ampliamente en número a los efectivos, lograron apoderarse nuevamente del joven y terminaron asesinándolo. Ni la llegada de un casi centenar de efectivos logró frenar a la horda. Los uniformados decidieron trasladarlo a la morgue de urgencia al observar que los vecinos pretendían prenderle fuego. Ayer por la mañana, el fiscal Ignacio López Bustos recibió la notificación de que se trataba de Guaymás. Hasta el momento no se ha podido confirmar si sus familiares retiraron su cuerpo para sepultarlo.

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