En el asentamiento Ampliación Parque La Vega temen ser desalojados y piden un acuerdo

Tras la tormenta de vientos y granizo que se vivió anoche en la ciudad de Salta, más del 50% del asentamiento de Ampliación parque La Vega se desplomó. Las carpas en donde viven más de 700 familias con niños se cayeron por la lluvia y el granizo, que no pudieron anticipar. Cuando comenzaban a juntar plásticos y palos para reforzar sus techos, la tormenta cesó.

La gente de asentamiento Parque La Vega anoche no pudo dormir porque sus colchones se empaparon y los plásticos se volaron. Ni bien juntaron sus cosas más importantes en lugares altos y resguardados, algunas personas se dispusieron a ayudar a niños y a gente mayor; trasladándolos a techos o casas cercanas de parientes en donde pudieran pasar la noche.

El merendero de asentamiento Parque La Vega hoy. Foto: La gaceta

La mercadería, la leña y la parrilla del improvisado merendero donde alimentan a los chicos, también se estropeó. “Hoy salimos a comprar y pudimos hacer un guiso para los niños”, expresó la encargada del comedor.

Respecto a la situación del asentamiento, la causa está judicializada por usurpación. Actualmente, los fiscales se abstienen de declarar pues sigue vigente la mediación con acuerdo de confidencialidad de las partes. Por otro lado, los asentados esperan que a la larga les cedan dichas tierras fiscales mediante un sorteo, cuotas o plan de pago. Es por ello que piden al gobierno un censo del predio. "Necesitamos que comprueben quiénes vivimos aquí porque realmente no tenemos dónde ir" expresaron los pobladores a LA GACETA. 

“Yo alquilaba una pieza para mi familia y trabajaba vendiendo sánguches. Pero con la pandemia la calle quedó desierta y no vendía nada, hasta que dejé de pagar el alquiler y me pidieron que me vaya” contó Cintia, que vive allí con su pareja y sus dos hijos. Por otro lado, Nicolás, que era remisero pero la policía averió su auto en un enfrentamiento, aseguró que tampoco tiene dónde ir si hubiera un desalojo, como los sucedidos hoy en Guernica (Buenos Aires) y los campos de la familia Etchevehere (Entre Ríos).

Foto: LA GACETA

En una mesa de diálogo con funcionarios de la Casa de Gobierno, el 14 de octubre les dieron una respuesta positiva sobre un acuerdo que hasta ahora no se concretó. “No quiero que me regalen nada. Queremos que nos ofrezcan alguna manera de pagar estas tierras de acá a diez años. Cuando sortean y entregan lotes y casas del IPV, una pequeña porción es para la gente que pasa necesidades, y otra grande para los poderosos” aseguró. “Queremos una entrega de terrenos transparente, y no a gente con plata que después construye una casa con pileta y la alquila” dijeron.

A su vez, los vecinos de los barrios aledaños, San Calixto, San Remo, Scalabrini Ortiz y Pablo Saravia, mantuvieron ayer una reunión con el secretario de Seguridad de la Provincia, Benjamín Cruz, para reclamar por la ola de robos que atribuyen al asentamiento. Denunciaron que hay un solo patrullero para custodiar 30 barrios, y que les roban a plena luz del día. El funcionario se comprometió a reparar las cámaras que no funcionan y a mejorar la precariedad de las comisarías de la zona.