Bolsonaro recibe insultos en una visita al norte de Brasil

Las protestas se desataron cuando los guardias de un comercio mataron a golpes a un hombre negro. El presidente minimizó el hecho y dijo que el racismo no es un problema en el país.

23 Nov 2020
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GRABADO. Un guardia sostiene a Freitas mientras el otro lo golpea.

RIO DE JANEIRO, Brasil.- Las calles de las principales ciudades de Brasil se llenaron de manifestantes durante el fin de semana, con miles de personas protestando por la muerte a golpes de Beto Freitas, un hombre negro de 40 años, a causa de la paliza que le dieron dos guardias de seguridad de una tienda, en la ciudad de Porto Alegre.

El malestar se hizo sentir en la propia cara del presidente Jair Bolsonaro, que fue increpado en las calles de la ciudad de Macapá, situada en el noreste del país, tras criticar las manifestaciones por la igualdad racial de esta semana en su discurso en el G20. En un vídeo difundido en redes sociales se ve como Bolsonaro pasea por las calles de la ciudad con el cuerpo fuera de la ventanilla de un coche, mientras las personas que están en la calle le gritan “fuera” e insultos dirigidos a él y a su comitiva, a la que califican de “ganado”.

El crimen de Freitas, considerado por amplios sectores sociales y la familia de la víctima como un asesinato por cuestiones raciales, fue grabado por un testigo y difundido en redes y medios de comunicación. En el video se ve como Freitas es golpeado durante cuatro minutos por un guardia, mientras otro le sujeta las manos por la espalda.

La jefa de la Policía Civil de Porto Alegre, Nadine Anflor, dijo al diario “Folha” que es prematuro asegurar que se trata de un crimen racial, aunque la existencia de racismo sistémico en la sociedad brasileña es “innegable”, según Anflor.

Las protestas, que coincidieron con el Día de la Conciencia Negra, ocuparon varias ciudades del país y terminaron con altercados, como la quema de una tienda en San Pablo.

En medio de este malestar social, el presidente Jair Bolsonaro, le restó importancia a lo sucedido y aseguró que el país tiene problemas, pero “son más complejos que las cuestiones raciales”. Para el mandatario, “el mayor mal del país sigue siendo la corrupción moral, política y económica. Quiénes niegan este hecho, ayudan a perpetuarlo”, señaló en su cuenta de Twitter. Dijo además que los ciudadanos no deberían dejarse “manipular por grupos políticos”.

“No tiene sentido dividir el sufrimiento del pueblo en grupos”, añadió, para luego afirmar que como presidente es “daltónico”, ya que para él, “todos tienen el mismo color”, afirmación insultante para las minorías raciales porque niega el sufrimiento de estos grupos y los invisibiliza.

GRABADO. Un guardia sostiene a Freitas mientras el otro lo golpea.

Los tuits de Bolsonaro se difundieron después de que su vicepresidente, Hamilton Mourao, alentara la polémica al asegurar que no existe el racismo en Brasil. Un par de días antes, Ana Lúcia Martins, la primera concejala negra elegida en la ciudad de Joinville, denunció que había recibido amenazas de muerte por parte de grupos neonazis.

Muchos comparan la muerte a golpes de Freitas con lo ocurrido con George Floyd en Estados Unidos. La polémica desatada a nivel local por los tuits críticos de Bolsonaro traspasó las fronteras del país porque el mandatario dijo en su discurso en el G20 que hay personas que “quieren destruir” la imagen de cultura diversa de Brasil en el mundo. “Fue la esencia de este pueblo lo que se ganó la simpatía del mundo. Sin embargo, hay quienes quieren destruirlo y poner en su lugar el conflicto, el resentimiento, el odio y la división entre razas, siempre enmascarados de ‘lucha por la igualdad’ o ‘justicia social’”, remarcó.

Bolsonaro no atraviesa su mejor momento después de que la gran mayoría de candidatos respaldados por él cayeran derrotados en la primera ronda o no partan como favoritos en la segunda de las elecciones municipales que se decidirán el próximo domingo. (Europa Press)

Enfrentados: el jefe militar desmiente al mandatario

Sonó como amenaza y ahora tiene que enfrentar el desafío de sus propios militares: la semana pasada, cuando la elección de Joe Biden a la presidencia de Estados Unidos era un hecho, Jair Bolsonaro mostró su descontento. “Sólo la diplomacia no alcanza. Cuando se termina la saliva, tiene que haber pólvora”, dijo el ex capitán del Ejercito brasileño. Dos días después, el comandante del Ejercito, general Edson Pujol, afirmó que los militares son una institución del Estado brasileño, no del gobierno de turno, y que no tienen partido político. “No cambiamos cada cuatro años nuestra manera de pensar y de cumplir nuestras misiones”. El ministro de Defensa, el general Fernando Azevedo e Silva, dijo que las relaciones con Estados Unidos son estratégicas, más allá de quien gobierne. (Europa Press)

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