Urtubey: “la discusión es local, no necesito que venga nadie”

Lo dijo el gobernador a LA GACETA, haciendo referencia a la visita de los candidatos presidenciables.

06 Abr 2015
A seis días de las PASO, la disputa entre Juan Manuel Urtubey y Juan Carlos Romero se agudiza y pareciera no dar tregua. El gobernador y precandidato a renovar por cuatro años más su mandato, concedió una extensa entrevista a LA GACETA, donde no calló nada. 

Urtubey volvió a embestir duramente contra Romero, a quien acusó de “prometer barbaridades” y de postularse para “patrón”. 

El mandatario -que aseguró que sus aspiraciones presidenciales quedarán relegadas al 2019- analizó el panorama nacional y definió a los referentes de la oposición como “cachivaches”. 

¿Por qué un tercer mandato? 

Porque estamos a mitad de camino, el piso del cual partimos fue tan, pero tan bajo que siete años no alcanzaron para generar el punto de equilibrio del cual sea irreversible volver para atrás. Si yo me declaro cansado, me estreso y me voy a pelear un cargo nacional o dedicarme a otra cosa, para mí es una irresponsabilidad en materia institucional y política. Porque dejo que esto haya sido una “primavera socialista” y después volvemos de nuevo a la Salta de la concentración de poder de los “Luises de Francia”. Hoy estamos tan cerca de dejar ese pasado como de volver a ese pasado. 

Yo no me perdonaría nunca, que por una cuestión de ambición o vocación personal, dejar que Salta vuelva para atrás, cuando yo tuve la oportunidad de definitivamente dejar atrás ese pasado. 


Hay algunos analistas políticos que hablan del síndrome de los diez años, ¿no tiene miedo de este síndrome?... Teniendo en cuenta que le pasó a Menem, a Romero y le está pasando al kirchnerismo y en Salta a Miguel Isa

Sí. Soy consciente que sería genial en términos de prestigio personal irme: mirá que bien este tipo podría seguir y se fue… pero me preocupa más que Salta vuelva hacia atrás. Yo estoy dispuesto a “timbear” mi prestigio detrás de un proyecto político, porque si yo soy más grande que mi proyecto, no estoy siendo funcional a lo que pensé toda la vida. 

La discusión más fuerte de Salta no es entre dos personas, son dos modelos de organización social diferentes. Yo no vengo a reemplazar un viejo liderazgo autocrático por uno nuevo. Yo soy un flaco normal que, bueno, soy gobernador, pero soy ahora y lo seguiré siendo después, al frente está el poder establecido, yo no postulo reemplazar una familia de poder por una nueva. Yo me dedico a esto porque tengo vocación y después me dedicaré a otra cosa. 

Mi prestigio personal me importa poco, yo lo que quiero es cambiar Salta. De la pregunta que me hice a mí mismo, si yo hubiese podido garantizar que este proyecto político siga adelante y no vuelva para atrás sin ser yo candidato, no tenía la certeza. Si yo no me presentaba Romero quizás ganaba las elecciones. Aun con el peligro de que te vaya bien o mal como gobernador, también como el desgate personal que te genera tantos años con este trabajo, te quema la cabeza, no te quepa ninguna duda.

A usted se lo define como un gobernador K ¿Es correcta esa definición?

Yo soy peronista desde que milito cerca de 1983 y calculo que me moriré siendo peronista. La verdad objetiva es que nuestro espacio político lo conduce Cristina Fernández de Kirchner con una convicción esencialmente peronista, eso me seduce y me parece bien. Creo que el personalismo es alienante. En Salta estoy dando una batalla cultural contra el personalismo, imaginate que no me voy a enganchar con el personalismo a otra escala, sería un incoherente. 

Si hay alguien que se ha corrido del culto de la persona, soy yo. Tenemos un drama, sobre todo el norte argentino, toda nuestra región, agravado con el liderazgo de la familia Romero, que son como 50 años de patrón. Yo no me postulo para patrón. Tampoco lo voy a seguir a un patrón a nivel nacional. Lo que yo planteo es romper un modelo de dominación. En la historia nacional se va a valorar mucho más este tiempo, que ahora con la coyuntura. 

Nosotros quisimos y queremos romper ese modelo. Vamos a ver si podemos ganarle a Romero, espero que le ganemos, así le ganamos a esa concepción. En definitiva, estamos discutiendo dos mundos distintos, los pobres tipos que vienen de afuera a apoyarlo a Romero te das cuenta la incomodidad que tienen. Una de las grandes virtudes del desdoblamiento de las elecciones en Salta es que el gobernador es gobernador y no es delegado de ningún candidato nacional. 

¿Cómo influye el panorama nacional en las elecciones de Salta? 

Yo creo que influye poco, porque en definitiva la elección nacional está muy lejos, está bien que todos estamos puestos con la cabeza en la elección, pero es tan denso el debate local que se come todo. Estamos discutiendo dos modelos de provincia distintos. Juan Carlos Romero puede prometer barbaridades como promete, fue gobernador 12 años y todos saben lo que es capaz de hacer y yo llevo siete años y medio y también. Podemos prometer mucho, pero la gente te va a juzgar por lo que hiciste. Frente a ese debate, la discusión nacional es casi un chiste. Yo no tengo muy claro quién es quién a nivel nacional. Yo soy peronista y parte de un proyecto nacional ¿Romero qué representa? De a ratos a Sergio Massa, de a ratos a Mauricio Macri ¿Por qué, por una fotito que veíamos?... Representa una sociedad comercial, es Salta Forestal. Es el empresario que juega a la política… se parece más a Macri que a nosotros.

¿Se sentaría a charlar con Mauricio Macri?

Yo charlo con todo el mundo y, cualquiera sea el resultado nacional. Si me toca ser gobernador me voy a sentar a trabajar para que a la Argentina y sobre todo a Salta, le vaya bien. Tengo un respeto personal con Macri, pero está en las antípodas de mi pensamiento.

En algún momento también se lo vio con Sergio Massa. Hubo fotos charlando en el velorio de Antonio Cafiero…

Estábamos hablando sobre los dichos de su mujer, a quien conozco mucho antes que a él. En el fondo, ha caído tanto el nivel de la política argentina, que se han convertido en unos tilingos del año cero. No hay competencia.

Por ejemplo...

Por ejemplo lo de Walter (Wayar) en Salta me da mucha pena, si (Alfredo) Olmedo lo hace es normal. Pero Walter, es un tipo salido del peronismo, un cuadro político, que se formó en la militancia. Que caigas en eso, es la degradación más absoluta en términos intelectuales y como dirigente. Si vos sos un cachivache político bueno. Miguel Del Sel lo puede hacer y cae bien, que lo haga Walter cae bien afuera, hasta que saben quién es. 

Yo entiendo que lo que termina validando a Cristina y al kirchnerismo es que los del frente son tan cachivaches que, por Cristina podés decir cualquier cosa, pero el día que encontrés en la oposición alguien del nivel intelectual de Cristina se la concedo, ninguno la tiene. Todos los tipos que están al frente son unos cachivaches importantes, pueden llegar con la gente, ser simpáticos y salir en tapa de “Caras”. 

Mi preocupación es que fue tan denso el kirchenirmo a nivel intelectual e ideológico y político, tan fuerte, que a veces la tendencia de la gente es irse a algo más light,  “ahora queremos algo más relajado”, y te ponen un tilingo y te lo ponen a un Del Sel y la gente lo vota… a mí eso me molesta, me pone mal.


Daniel Scioli viene a apoyarlo este martes…

¡Que venga Obama si quieren! La discusión es local, yo no necesito que venga nadie. El que quiera venir que venga, hay una mirada tan pueril en la política argentina, estamos rodeados de cachivaches. Todos ven las fotos y nada más. 

¿Relega cuatro años más sus aspiraciones a presidenciables?

Sí, porque -como te decía- yo no puedo ir detrás de algo improbable, porque es altamente improbable, casi una taba que tirás para ir creciendo más adelante. Soy consciente y veo la realidad. No puedo timbear el futuro de Salta. Yo me voy de Salta de presidente o porque la gente me vota en contra… ¿Qué posibilidades hay que sea presidente? Muy bajas, casi nulas, una pelotudez. Si trabajaba hace seis meses podía discutir o no, pero todo lo que hice en Salta lo perdía, y no lo pierdo yo en términos de poder. Cuando yo me vaya de Salta no voy a volver porque el día que me vaya del gobierno me voy y no vuelvo nunca más, ni pongo un gobernador que haga lo que yo digo. Acá te vas y no volvés nunca más. El gran drama son los tipos que se van y quieren volver. Si te vas, te vas. 

¿En el 2019, piensa estar en la mesa chica de la discusión nacional?

Sí, de acá me voy seguro. Iré a buscar trabajo a Buenos Aires…

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