“Pronto Lucho descansará junto a mi madre”

Edgardo Santillán viajará de Rosario de la Frontera a Córdoba para traer los restos de su hermano, Luis Agustín, desaparecido durante la dictadura militar.

16 Abr 2015
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Edgardo Santillán junto a su hija Ariela. FOTO GENTILEZA ARIELA SANTILLAN

“Ayer por la tarde me dieron los resultados de los estudios de ADN. Fue una sensación muy fuerte cuando me dieron la noticia”, contó Edgardo Santillán, hermano de la víctima, a LA GACETA.

A Luis Agustín Santillán lo secuestraron y asesinaron en Córdoba en diciembre de 1975. Lo dejaron como NN en unos hornos ubicados en el predio del centro clandestino de detención La Perla. Este año, el Equipo Argentino de Antropología Forense identificó sus restos, que pronto serán entregados a su hermano Edgardo.
 
“Los primeros días de mayo voy a ir a Córdoba para hacer todos los trámites y traer los restos de mi hermano”, contó Edgardo. “Pienso traerlo de Córdoba ponerlo junto a la tumba de mi madre. Hoy los dos ya descansan en paz”, dijo con la voz entrecortada par la emoción.  

Lo buscó hasta el último día

Luis y Edgardo eran los dos únicos hijos que tuvo el matrimonio Santillán Zevi. Cuando desapareció “Lucho” -como era conocido en el pueblo- su madre, Blanca Violeta Zevi encarnó una búsqueda desesperada para dar con el paradero de su hijo.

“Mamá viajó por todos lados buscando a mi hermano y presentó denuncias en todos lados. Ella nunca perdió las expectativas, pero murió sin encontrarlo”, lamentó el hombre al tiempo que agregó: “hoy abrimos un capítulo nuevo en nuestras vidas. Ya todos descansamos”.   


Hoy Luis Agustín Santillán tendría 67 años. Su hermano lo recuerda como un muchacho muy querido y lleno de amigos. “Toda su juventud tubo una excelente relación con todo el pueblo. No se metía con nadie, era muy educado”, recordó Edgardo.

Siempre esperé que vuelva a casa

Ariela Santillán Arias, tiene 22 años y es hija de Edgardo. La joven vive en Metán, en la casa donde vivían sus abuelos Blanca y Benigno Agustín.

“En casa siempre me hablaron de mi tío Lucho. Cuando era niña siempre esperaba que el venga a casa y siempre preguntaba por él. A medida que fui creciendo entendí la historia que es parte de mi vida; así como la larga lucha de mis abuelos. Uno siempre espera que regrese. La fe y la esperanza siempre están”, relató Ariela a LA GACETA. 

La joven, mamá de dos niños, el 18 de marzo se encontraba en su casa cuando sonó el teléfono y la voz de la doctora Mirta Rubín le comunicaba la noticia de que encontraron cuatros restos humanos y que uno podría ser el de su tío Luis Agustín. 

“Me largué a llorar por el teléfono y hasta la doctora lloró conmigo. Es imposible explicar lo que sentí, las emociones que tenía.  Hacía menos de un mes la señora que trabaja en casa me comentó que había venido un hombre diciendo que él vivió de chico en esta casa y mis esperanzas volvieron pero, un mes después, apareció la noticia de los restos en La Perla”, se lamentó la joven.

Ariela fue quien le contó a su papá que existía la posibilidad de que Luis Agustín sea uno los encontrados en los hornos de La Perla. Ayer, llegaron los resultados de científicos que confirmaban que realmente su tío era uno de los restos hallados en Córdoba. 

“Fueron una mezcla de millones de emociones.  Ahora solo espero, como cuando era niña, que mi tío Lucho regrese y así pueda descansar en paz. Trato de no pensar en todo lo que pasó. Solo quiero que él ahora regrese a casa”.


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