Ciro Pertusi: “el equilibrio es la más difícil de las luchas”
El ex líder de Ataque 77 habló con LA GACETA sobre su nuevo proyecto musical, Jauría, que este domingo tocará en la Fábrica de la Música.
Cuatro músicos que habían quedado huérfanos de su hogar artístico se reinventaron y armaron una banda cuyo único parámetro es la libertad. Con el ex líder de Ataque 77, Ciro Pertusi, a la cabeza, esta Jauría de artistas está de gira y llegará este domingo a Salta. En la Fábrica de la Música –Pellegrini al 900- tocarán temas de sus dos discos “Jauría” y “Libre o muerto”, también nuevas versiones de Ataque.
Antes del show, Ciro le contó a LA GACETA cómo logró encontrar el equilibrio con Jauría tras el éxito y el desgaste con Ataque 77. “Cuando deje la banda me fui a vivir a Playa del Carmen, en México, con la idea de trabajar como instructor de buceo y cuando comencé a hacer las averiguaciones ya estaba tarareando nuevas canciones. Ahí me junte con un loco argentino a grabarlas y chau el buceo. Los comencé a llamar a los chicos y ellos desde Argentina se pusieron a laburar con los temas”, recuerda.
En la entrevista también habla del punk, género que su banda reivindica, y destacó cómo es el trabajo con sus compañeros: Mauro y Sebastián Ambesi, y Ray Bajardo.
Desde que arrancó, la carrera de Jauría fue y es maratónica. El segundo disco “Libre o muerto”, tiene 21 temas e incluso muchas composiciones quedaron afuera. ¿Cómo fueron estos años?
Aplicamos una modalidad diferente de la que veníamos haciendo con los otros proyectos. En Jauría todos componemos. Siempre viene un mínimo de ocho canciones por integrante. Es bastante complicado para armar pero es grato también tener algo para elegir.
Con la banda encontraste el equilibrio que buscabas, ¿cómo fue el proceso?
Un poco es como el dicho que dice que “la experiencia es un peine que te dan cuando te quedas calvo”. Acá es tener el peine y el pelo. Todavía soy joven, vigente y con empuje. A parte de esa energía me la da Jauría porque es como un nuevo amor y cuando empieza una nueva relación te sentís imparable. Jauría me renovó muchísimo y también en la banda pude apreciar mucho más toda la gran historia que hice con Ataque 77. Me parece que ese es el equilibrio y además que todos los integrantes también hacen y meten mano en la composición. A mí me gusta mucho trabajar sobre las composiciones de otros y la prueba de eso está en Ataque. Las letras o arreglos que hacía para las músicas de Mariano, lograba que nuestra fusión detonara mucho más. Ahora lo puedo hacer con los chicos y ellos conmigo. La verdad que es un laburo muy interesante. Todos aprendimos a ceder porque la creación es muy territorial. Creo que con lo aprendido y con lo desaprendido, con la virtud y el error, todos vamos encontrando el equilibrio.
Después de casi 10 años, con Ataque ya venías desgastado y cansado. Te fuiste a vivir a México y desde allá impulsaste Jauría. Cómo lograste reinventarse y comenzar de nuevo? ¿Fue como tocar fondo y tomar impulso para salir?
Todavía me pregunto lo mismo porque hay cosas que no termino de comprender o las estoy entendiendo de a poco. Creo que el ser humano es muy sorprendente porque a veces pensás que llegaste al tope o al final del umbral del dolor y de repente te encontrás con que se abre una nueva puerta. Me parece que tiene que ver con llegar a ciertos extremos. Mi vida está muy marcada por cosas que pasan a mí alrededor. Estoy rodeado de cosas fuertes, desde tragedias y hasta cosas sentimentalmente extremas para bien o para mal. A veces estoy en una situación que no da para más y de repente miro alrededor mío, y están pasando cosas muy buenas porque nunca todo es malo. El equilibrio es la más difícil de las luchas.
Una vez dijiste que sos un obrero del rock pero que tenés un modo de ser y de vivir punk…
Por la parte obrera soy un tipo idealista las 24 horas y eso me lleva brindarme mucho a lo que hago. Por otro lado tengo una manera muy particular del ver el punk, que tiene que ver con una idea un poco más purista, que no es la distorsionada y controversial que llegó al país. El punk tiene su parte agresiva y oscura pero realmente la receta es nada que ver, es muy amplia. El mensaje es ´hacelo vos mismo y como mejor te salga’, es no imponer ni imponerse uniformes. Acá tenemos la tendencia, que es muy del argentino sobre todo, a tener un rollo con el tema de los uniformes, para bien o para mal pero hay contradicciones. No nos gustan los uniformes, estamos en contra de los militares porque vivimos una dictadura muy severa y por otro lado continuamos con la figura de un general como Perón, que está súper instalado en un sector y no hay forma que se puedan correr de ese lugar para ver o probar otra cosa. Eso es un uniforme. Se habla de la libertad, de la militancia y se está en contra de los militares pero hoy en día se vive en un ámbito en el que prevalece la imposición o pensando que el que no hace lo que yo digo está en contra. Antes había que temerles a los militares pero ahora resulta que hay una especie de ejército de gente que dice lo que debería ser y lo que no debería ser. Por eso se da que hay un bulling contra un tipo que hace música, como Chano de Tan Biónica. Está instalado darle y burlarse de él. Nos destacamos por los derechos humanos pero por otro lado tenemos la medalla de oro en violencia y agresión.
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