Mano negra se busca

Lionel Messi deberá sentarse por primera vez en su vida en un banquillo de acusado para responder a una demanda judicial.

11 Oct 2015
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El interrogante. “¿Cómo paramos a este tío? Tendrá que ser por lo civil o por lo criminal”. La frase corresponde a 2010, pero volvió a escucharse en estos días en Barcelona ahora que Lionel Messi deberá sentarse por primera vez en su vida en un banquillo de acusado para responder a una demanda judicial. Su autor, el periodista Eduardo Inda, la pronunció antes de un clásico contra Real Madrid. Hablaba de fútbol. “Dentro de los límites del reglamento”, Inda pedía parar a Messi como fuera. Frenar, “por lo civil o por lo criminal”, según la figura que eligió, al crack-pesadilla que frustró los sueños imperiales de la chequera de Florentino Pérez con Real Madrid. Inda la pronunció cuando dirigía “Marca”, un diario siempre muy cercano a los intereses de Real Madrid. Cuando sus críticos se burlaban diciéndole “indecente”. Tratándolo de “jefe de prensa de Florentino Pérez”. Por eso sospecharon siempre de esa frase. Y por eso la recuerdan ahora.

La teoría catalana es que Messi, asumido el delito, está sufriendo un tratamiento judicial duro, y por ello diferente, respecto del que recibieron otros ídolos deportivos que también fueron acusados en su momento de evadir impuestos, como los casos, entre otros, de Rafael Nadal e Iker Casillas. Sugieren que todo forma parte de un doble ataque desde Madrid que tiene un mismo objetivo: debilitar a Barcelona por un lado y a Cataluña por otro. A Barcelona porque, con Messi afectado, Real Madrid, el club de Florentino, empresario de poder, podría recuperar el trono español y europeo. Y a Cataluña porque, apuntándole a un símbolo como Messi, se avisa que no es bueno tanto deseo independentista. ¿Demasiado conspirativo? Puede ser. Pero hay que hablar con gente amiga en España y revisar foros en la web para darse cuenta que así lo entienden al menos muchos allá. Especialmente los que vinculan abogados de Hacienda con el Real Madrid de Florentino Pérez. Cuentan que Messi fue ovacionado el último viernes, cuando fue con su familia al teatro a ver una obra de Ricardo Darín (Escenas de la vida conyugal). Darín fue distinguido días atrás por el crítico Carlos Boyero, del diario El País, como “uno de los cuatro o cinco mejores actores vivos”. Messi lo fue a ver por amistad. Y la gente lo ovacionó al verlo.

Sucedió apenas horas después de que el propio Messi circuló una foto suya en el sofá de su casa y diciendo “Y así estoy yo H…”. La H, supuestamente, es por la Hacienda española. A diferencia del fiscal, que había pedido sobreseimiento, Hacienda pidió que “Leo” también fuera sentado junto con su padre en el banquillo de los acusados y condenado a 22 meses y medio de prisión. Barcelona se declaró “extrañado por la divergencia de criterio” del Ministerio Fiscal y por una situación que calificó de “insólita”. Y denunció luego una supuesta campaña: “el FC Barcelona -dice el comunicado- denuncia el cúmulo de decisiones externas, totalmente inadmisibles, ajenas al ámbito deportivo” y que, afirma, “perjudican la estabilidad del club”. Johan Vehils, del diario “Sport”, bien cercano a Barcelona, escribió ayer sábado su “sorpresa” por tanta sanción contra “Barca” y porque Messi “sea el único jugador del fútbol español que tenga que sentarse en el banquillo de los acusados”. No hay pruebas ni las habrá, pero Barcelona, añade Vehils, debe exhibir mano dura si hay mano negra.

Aclaremos primero algo: aún cuando sea declarado culpable, Messi jamás iría preso, porque el pedido de prisión no supera el mínimo de dos años y porque “Leo” no tiene antecedentes. Más aún, los especialistas creen que Messi, que ya pagó todo lo reclamado y fue en 2014 el principal contribuyente en España, con más de 50 millones de euros, terminará siendo sobreseído. Cansado de ciertas bombas que llegan desde Madrid, Messi decidió semanas atrás demandar al diario “El Mundo”, que insiste en exhibirlo en portada por una supuesta causa judicial que no existe. “Barcelona” también intuye “mano negra” en la durísima sanción de la FIFA por el fichaje de menores en La Masía que impide incorporar jugadores al club. Lo mismo que por el caso Neymar, que tiene bajo proceso judicial al propio presidente del club, José María Bartomeu. Se suman la gran difusión que tuvo la causa por evasión contra Javier Mascherano (también ya pagó todo) y la silbatina que sigue sufriendo Gerard Piqué, pro-independentista, en cada estadio cada vez que juega con la selección de España. El independentismo de Cataluña, guste o no, es un tema que no puede soslayarse. Y Barcelona, el equipo que volvió a ser el mejor del mundo la temporada pasada, es un símbolo poderoso.

“Barca” recuperó trono sin Josep Guardiola. También sin Xavi. Y sí con un Messi en estado de gracia. Que se cargó solito al equipo. Por eso sonaron todas las alarmas la tarde de la lesión de “Leo” en la rodilla izquierda. Barcelona entendió rápidamente que dos meses de parate pueden ser una eternidad. Al primer partido sin “Leo”, contra Bayer Leverkusen en el Camp Nou, por Liga de Campeones, los hinchas se impacientaron rápido y, con el marcador 0-1, silbaron al equipo. Barcelona terminó ganando 2-1. Pero técnico y jugadores, me cuentan, quedaron afectados por esos silbidos. Esta vez fueron sus propios hinchas, no Florentino Pérez. Es decir, no hay aquí teoría victimista ni conspirativa posible, sino la confirmación de que los hinchas de Barcelona, si no se gana, son acaso tan impacientes como los de cualquier otra parte del mundo. Al partido siguiente, no hubo reacción agónica y Barcelona perdió 2-0 en cancha de Sevilla. ¿Reaparecerán los silbidos si sigue otro resultado adverso en la vuelta al Camp Nou?

Están todas las alarmas encendidas en el equipo de Luis Enrique. Crece el lamento porque, por la sanción de la FIFA, el club no puede usar a nuevos fichajes como el turco Arda Turam, ex Atlético de Madrid. Se habla de un presupuesto complicado, porque los salarios de los jugadores se comen el 73% del total. Y las crónicas, esperanzadas, insisten en contar que Messi trabaja todos los días para estar mejor. A que esté listo para el clásico del 21 de noviembre contra Real Madrid.

Tema de Selección

También la selección argentina salió con silbidos del Monumental el jueves pasado, tras la derrota 2-0 contra Ecuador. Aquí ni siquiera cabe alguna teoría victimista. Ni sospechar de los arbitrajes. La selección jugó mal. Un primer tiempo como hacía mucho que no se le veía. Es un equipo que quiere salir jugando desde abajo, pero no tiene con qué. Que habla de toque, pero que tiró veinticinco pelotazos, 11 en el primer tiempo, 14 en el segundo. Que el jueves abrió avenidas en sus dos laterales. Que estuvo lejos de ser un equipo corto y jugó a pelota dividida contra un rival atléticamente superior. Y que, si el partido hubiese durado más, dejó la sensación de que el resultado podría haber sido peor. Recordarnos a otra selección de camiseta amarilla que se fue ganando 5-0 del Monumental, la Colombia de Valderrama, claro. “Leo -decía el jueves el cartel electrónico del Monumental- te necesitamos. Recuperate pronto”. Los fiscales mediáticos se quedaron sin el chivo expiatorio que habían elegido tras la final de la Copa América. Ecuador, como sucederá el martes con Paraguay, pudo ordenarse colectivamente mejor ante la ausencia de Messi. Ahora es Argentina la que tiene que reaccionar. Jugar a la altura de lo que indica el ranking de la FIFA. Como la Selección número uno del mundo.

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