Ludovica Squirru: “soy una mensajera”
La astróloga y gurú de las predicciones cuenta cómo será el año del Mono de fuego y explica cómo usar mejor el horóscopo chino.





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A los 60 años, dicen los orientales, una persona alcanza la edad en la que renace y se pare a sí misma. Se llama el ciclo del Tai Sui, y marca el final de un recorrido por las cinco energías del fuego, la tierra, el agua , el metal y la madera. Ludovica Squirru, la argentina más china del mundo, cumplirá con ese ritual milenario en el año del Mono.
“Me estoy proponiendo llegar lo más sana posible, holísticamente hablando, en equilibrio, armonía, dejar atrás todo lo que no sirve o no me importa, desde el orden en las relaciones hasta los amigos y los trabajos”, cuenta, en una charla con LA GACETA SALTA. “Estoy haciendo una limpieza kármica preventiva, porque la astrología china debe ser preventiva, como la medicina china. Aspiro a poder estar conciente con este nuevo despertar que es cambiar de década, y eso implica ver la vida con perspectiva de lo que falta pero para poder hacer lo que de verdad querés”, dice. “Es lo que estoy haciendo, me agarrás en un momento de plenitud, viviendo en el lugar que quiero, donde sembré una semilla, en Córdoba, y que tiene que ver con esta consciencia fundacional”.
La astróloga, viajera, poetisa, gurú oracular y maestra asegura también que en el horizonte ubica destinos solamente donde se siente en esa plenitud. “Me ofrecen hacer cursos y dictar seminarios en Buenos Aires pero no puedo, no me inspira. En Salta sí, me recontra inspiro”, apunta. “Por algo tiene la conjunción de casi todas las bellezas que se necesitan: geográficas, climáticas, culturales, de mezcla humana. Es un lugar muy inspirador donde voy desde muy joven, no solamente por giras sino por amigos increíbles que tengo en la ciudad de Salta, en Cachi, Cafayate, San Lorenzo. Recorrí bastante la provincia y para mí es muy inspiradora como escritora. En la poesía y en la narración Salta siempre está”.
-¿Cómo será el Año del Mono para Argentina?
-Este mono es de fuego y trae una revolución espiritual y mundial en todos los órdenes. Va a cambiar el mapa del mundo y la forma del gobierno, las de la convivencia entre los seres humanos. El mono viene a sacar las máscaras y es quien trae la llama sagrada que tenía Buda. Es un mono ying yang, el único animal del horóscopo chino que tiene la dualidad del bien y el mal, de lo positivo y lo negativo, la luz y la oscuridad. Habrá que ver cuál es tu camino, tu proceso, tu karma para ver con qué te alinea este mono. Viene con todo el proceso que se desató en el Año del Dragón (2012), hasta ahora.
-¿Cuál proceso?
-El universo está en ebullición y el Mono va a seguir con ese proceso, pero de forma muy acelerada. Es un signo que se caracteriza por producir en su propia vida y en la de los demás muchos cambios, ideas nuevas y transformadoras, modificaciones de situaciones atávicas y ancestrales. Es la modernidad de la comunicación, es un signo que disfruta de participar e incluir gente diversa. Creo que va a ser un año fascinante en lo que pasa en Argentina. Este es un mono revolucionario y visionario, original y con ganas de que las cosas no queden estancadas, también de participación. Podemos tener permisos para atrevernos a hacer cosas en lo personal y en lo colectivo que a lo mejor estaban un poco estancadas.
-¿Qué hay para Salta en este año?
-Creo que en Juan Manuel Urtubey tienen un gobernador increíble, un líder gallo que sabe muy bien llevar lo que está pasando en la transición del país y el mundo, que es muy difícil. Creo que es un buen mediador de todo lo tanático, lo negativo que pasa y es un gran transmutador y alquimista. Tiene esa virtud, además de poder acercar diferencias y seguir adelante. Salta es protagonista en los destinos del país, desde Güemes en adelante. Mirá que no me interesa ningún político, pero Urtubey me parece que puede ser un representante lindo del gallo de tierra.
-¿Qué le ves de interesante como líder?
-Lo que ve mucha gente, un líder joven, que sabe encauzar las cosas, que tiene equilibrio, lleva una provincia dificilísima y no tranzó en la última media hora, se jugó ¿Te parece poco?
-¿Para qué sirve el horóscopo?
-Cada lector o persona tiene el astrólogo que se merece. Cada uno elige y busca, pero si uno encuentra un libro o a alguien que escribe hace 33 años y brinda una herramienta de autoconocimiento, como la astrología china, que sirve para mejorar algo de lo que sos y traés, sin resultados mágicos. Acá no existe la magia. Somos co-creadores del destino, hay uno escrito y otro que hacemos todos los días. Lo que hago es colaborar a que la gente encuentre caminos de autoconocimiento para mejorar cosas de su vida… y siempre trato de mejorar.
-Leer tus libros para muchos es un ritual, una manera de empezar el año con el pie derecho
-Uno no sabe qué le pasa al lector. Lo que más enganchan son las predicciones y es a lo que se abalanzan las personas cuando tienen el libro. Pasa desde el primer ser humano que habitó el planeta, pero también considero que los buenos lectores leen desde la primera página hasta la última. Hay capítulos que atrapan más pero es un libro que da la posibilidad de leerlo por partes, etapas, estados de ánimo. Cuando hago las predicciones soy conciente de qué es lo que tengo que decir.
-¿Te fijas después si se cumplieron?
-Sí, me fijo un año después y se me ponen los pelos de punta. Las inmigraciones, los éxodos desde África, el Isis, los atentados, todo lo que pasó ya lo escribí antes de que pasara.
-¿Qué se viene en 2016?
-Van a pasar cosas muy duras. Está muy sacudida la Tierra. En Córdoba no paro de sentir temblores, Chile no da más. Van a pasar más desastres de ese tipo a nivel mundial. Esto es un desastre porque lamentablemente no hay políticas preventivas de nada. El primer tema es la ecología. Hay que dar lecciones desde jardín de infantes a los chicos. El planeta que están heredando de la humanidad lo sigue depredando y haciendo desastres. No quiero ser pájaro de mal agüero. Lo que se trata es de concientizar. Hay que hacer carne el problema e intentar modificar y transmutar. Yo soy una mensajera, pero eso no implica que no pasen cosas aún peores.
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