LA GACETA SALTA
Disney se alista para abrir un parque en China
Según la compañía de entretenimientos, será el más grande de los seis que están instalados en distintos puntos del planeta
21 May 2016
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VISTA AÉREA. Disney desembarca, con sus parques temáticos y sus personajes en el principal mercado de consumo del mundo. foto de fortune.com
SHANGHAI, China.- Jing Yishi no podía esperar más. Aún faltan unas semanas hasta el 16 de junio, cuando abrirá sus puertas el primer parque Disneyland de China. Esta joven de 26 años, oriunda de Shanghai, viajó dos horas en subterráneo, acompañada por su abuela, para echar un vistazo a la nueva atracción de la ciudad.
“Siempre he sido una gran fanática de las películas de Disney. Ahora podré vivir todo ese mundo de cerca”, aseguró Jing desde la tienda de recuerdos, que ya está abierta, y donde se puso unas orejas de Micky Mouse y otras a su abuela, tras lo cual ambas se sacaron una selfie con el celular.
Como ella, miles de curiosos deambularon en los últimos días por Disney Town, una zona aledaña al parque de entretenimientos, que cuenta con negocios y restaurantes que ya están abiertos al público. Pero el parque de atracciones, con sus impactantes juegos de altura, continúa siendo una incógnita para todos, salvo para los trabajadores de Disney y para sus familias, que serán los primeros en probar todas las instalaciones.
Ante las puertas del parque se arremolinaron curiosos que, mediante la reja de acceso, intentaron ver a lo lejos el nuevo castillo Disney. Según la propia empresa, el nuevo parque será el más grande de los seis que existen en el planeta. El centro de diversiones tendrá, además de seis mundos temáticos, un gran teatro en el cual se interpretará por primera vez en chino el musical de Disney “El Rey León”.
Inversión gigantesca
El gran interés suscitado semanas antes de la gran inauguración es una buena señal para los directivos de Disney, que confían en atraer a la ingente clase media china. Según los analistas, tan sólo en un radio de tres horas de viaje alrededor de Shanghai hay 330 millones de clientes potenciales y se espera vender unos 15 millones de entradas al año.
En la fase de construcción, el proyecto demandó ya U$S 5.500 millones y para el presidente de Disney, Robert Iger, se trata de la “mayor oportunidad” desde que en los años 60, cuando se abrió el primer Disneyland en Florida, Estados Unidos.
Al Gobierno de Pekín también le interesa el éxito del parque, que Disney gestionará junto con un socio chino. El presidente del país, Xi Jinping, recibió a Iger en el Gran Salón del Pueblo, un importante y poco habitual gesto político y empresarial, señal de que China quiere que Disneyland Shanghai se convierta en una muestra de la nueva orientación económica del país.
El gigante asiático crece actualmente a un ritmo del 6,7% anual, el menor de los últimos 25 años, por lo que se hace necesario impulsar el consumo interno y el sector servicios, al que pertenece la industria del ocio.
En Shanghai, la inversión de Disneyland, generó 10.000 puestos de empleo. Pero ese tipo de inversiones no son una garantía de éxito en sí mismo, como demuestra la experiencia de Disney en Hong Kong. A pesar del aumento del interés de los chinos por viajar, al parque hongkonés han llegado menos turistas de la China continental de lo que se esperaba. Once años después de su inauguración, Disney tuvo que despedir allí a 100 trabajadores.
También los visitantes de Disney Town en Shanghai se reservan por ahora su dinero. En las puertas de las tiendas de recuerdos hay filas de compradores, pero una vez adentro, la mayoría actúa como Jing Yinshi y su abuela. Se hacen fotos con peluches y gorras graciosas pero casi nadie sale con una bolsa en la mano. (DPA)
“Siempre he sido una gran fanática de las películas de Disney. Ahora podré vivir todo ese mundo de cerca”, aseguró Jing desde la tienda de recuerdos, que ya está abierta, y donde se puso unas orejas de Micky Mouse y otras a su abuela, tras lo cual ambas se sacaron una selfie con el celular.
Como ella, miles de curiosos deambularon en los últimos días por Disney Town, una zona aledaña al parque de entretenimientos, que cuenta con negocios y restaurantes que ya están abiertos al público. Pero el parque de atracciones, con sus impactantes juegos de altura, continúa siendo una incógnita para todos, salvo para los trabajadores de Disney y para sus familias, que serán los primeros en probar todas las instalaciones.
Ante las puertas del parque se arremolinaron curiosos que, mediante la reja de acceso, intentaron ver a lo lejos el nuevo castillo Disney. Según la propia empresa, el nuevo parque será el más grande de los seis que existen en el planeta. El centro de diversiones tendrá, además de seis mundos temáticos, un gran teatro en el cual se interpretará por primera vez en chino el musical de Disney “El Rey León”.
Inversión gigantesca
El gran interés suscitado semanas antes de la gran inauguración es una buena señal para los directivos de Disney, que confían en atraer a la ingente clase media china. Según los analistas, tan sólo en un radio de tres horas de viaje alrededor de Shanghai hay 330 millones de clientes potenciales y se espera vender unos 15 millones de entradas al año.
En la fase de construcción, el proyecto demandó ya U$S 5.500 millones y para el presidente de Disney, Robert Iger, se trata de la “mayor oportunidad” desde que en los años 60, cuando se abrió el primer Disneyland en Florida, Estados Unidos.
Al Gobierno de Pekín también le interesa el éxito del parque, que Disney gestionará junto con un socio chino. El presidente del país, Xi Jinping, recibió a Iger en el Gran Salón del Pueblo, un importante y poco habitual gesto político y empresarial, señal de que China quiere que Disneyland Shanghai se convierta en una muestra de la nueva orientación económica del país.
El gigante asiático crece actualmente a un ritmo del 6,7% anual, el menor de los últimos 25 años, por lo que se hace necesario impulsar el consumo interno y el sector servicios, al que pertenece la industria del ocio.
En Shanghai, la inversión de Disneyland, generó 10.000 puestos de empleo. Pero ese tipo de inversiones no son una garantía de éxito en sí mismo, como demuestra la experiencia de Disney en Hong Kong. A pesar del aumento del interés de los chinos por viajar, al parque hongkonés han llegado menos turistas de la China continental de lo que se esperaba. Once años después de su inauguración, Disney tuvo que despedir allí a 100 trabajadores.
También los visitantes de Disney Town en Shanghai se reservan por ahora su dinero. En las puertas de las tiendas de recuerdos hay filas de compradores, pero una vez adentro, la mayoría actúa como Jing Yinshi y su abuela. Se hacen fotos con peluches y gorras graciosas pero casi nadie sale con una bolsa en la mano. (DPA)
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