Cada vez es más difícil traer recitales y espectáculos a Salta

La caída en la venta de entradas y la poca respuesta de la gente complican la escena para la llegada de shows a la ciudad.

01 Oct 2014
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BERSUIT. Una de las bandas del festival Cultura Itinerante, que toca mañana en la Balcarce. FOTO TN.COM.AR

Mañana jueves se iba a realizar un festival en el Micro Estadio Delmi. El Cultura Itinerante, con Pier, Cuatro Pesos de Propina, Bersuit Vergarabat y La Franela, se pensó para una audiencia masiva en el mayor espacio cubierto de la ciudad, pero la baja respuesta del público en boleterías obligó a reprogramar el concierto en un boliche de la Balcarce. 

La fecha sigue en pie, será a partir de las 21, en The Bond (Balcarce 864), con dimensiones de intimidad obligada y quizá más propicia para la experiencia ideal de ver tocar a las bandas en una proximidad poco usual. Sin embargo, el trasfondo preocupa a los productores y la escena no es nueva. Y aunque no marca tendencia, habla de una circunstancia que desde hace tiempo viene dándole márgenes cada vez más estrechos al mercado de espectáculos que llegan de afuera a proponerse en la ciudad.

Salta nunca estuvo cerca

Violeta Aquino, desde la producción del Cultura Itinerante, acusa recibo de la respuesta recesiva del público salteño. "La plaza está agotada y creo que muchos artistas y productores están pensando en frenar y volver el año que viene", dice, y anuncia que lo de mañana será lo último que hará en el año, para volver recién en abril con la gira despedida de Joan Manuel Serrat. "Con esto nos quedamos con un frentazo abierto, pero ellos (los músicos) lo quieren hacer pero vamos a pérdida total. Es parte de la responsabilidad y el compromiso de actuar, que lo vamos a cumplir", agrega y apunta que la fecha de la gira en Jujuy, prevista para el viernes 3, se debio suspender porque se superpuso con el show de Abel Pintos en esa ciudad, una competencia ante la que cualquiera pierde.

A la hora de hacer cuentas, las cifras que aporta Aquino hablan de un desequilibrio complicado de cubrir para los productores independientes. El alquiler del Microestadio se lleva un mínimo de 120 mil pesos, entre el costo de alquiler (15 mil), luces y sonidos básicos (unos 80 mil), permiso técnico de un ingeniero (cuatro mil), más la ambulancia, seguridad privada, armado de camarines, policía, seguro y varios etcéteras. Y si hasta ahí todas las cuentas salieron mal, el panorama se complica ante una gira que involucra el movimiento de tres colectivos, hoteles, comidas. Con entradas a 200 pesos y venta que no llegó a las 600 localidades, la matemática se pone difícil y Aquino opta por retirar sus fichas.

Hasta que pase el temporal

En la producción teatral las cartas no son muy distintas y Guillermo Clasadonte coincide en la lectura del mapa de la plaza. "El público está muchísimo más desanimado para comprar y tiene que ver con la situación general, la gente prefiere salir menos, es una tendencia en espectáculos, cultura, gastronomía. Hay una baja de un 30 o 40% respecto del año pasado y este año fue particular porque se programó tarde las giras de los shows que venían de Buenos Aires, Carlos Paz y Mar del Plata. El Mundial también dividió el año y muchos decidieron no venir", explica y agrega que muchos artistas pensaron que en el segundo semestre el público se iba a volver a entusiasmar y eso no pasó.

El precio de las entradas, aunque es alto para el promedio de la gente, sigue siendo bajo en cuanto a lo que representa dentro del financiamiento de las giras. "Las entradas no aumentaron tanto en relación a lo que subieron los servicios. Los shows pagan todos sus gastos con boletería y en general no se cubrieron los gastos", dice Clasadonte y aporta una comparación: "en general las entradas siempre costaron alrededor del equivalente a 30 dólares, y en los últimos años no se llegó nunca a ese promedio".

Para Genaro Alfarano, la metáfora que describe el momento es "remar en un río de dulce de leche con escarbadientes". El productor de eventos reggae y músico, que el año pasado encaró la fallida escala de Cultura Profética en la ciudad, dice que en un espectáculo en el que le va "bien" convoca un centenar de espectadores. "En 2010 metía 1500 o 2000 personas, hoy si van 100 tengo mucha suerte", declara. "Es una remada a dos manos y nunca me fue redituable. Lo de Cultura fue lo peor que hice en mi vida, hasta el dia de hoy estoy pagando, tuve que vender mi negocio y nos fue muy mal a todos. Pero por ahora no tengo planeado dejar de hacerlo. Es un momento, se trata de aguantar".

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