Video: una muerte desnuda las carencias del asentamiento Cerámica

Los vecinos de la joven que murió electrocutada cuentan cómo es vivir sin servicios y con riesgos permanentes.

27 Jun 2016
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PRECARIEDAD
Una muerte desnuda las carencias del asentamiento Cerámica
Los vecinos de la joven que murió electrocutada cuentan cómo es vivir sin servicios y con riesgos permanentes.
Solo diez minutos se tarda en llegar desde el centro hasta el asentamiento ubicado detrás de la Cerámica del Norte, que se encuentra a tres cuadras de la esquina de calles Independencia e Hipólito Yrigoyen. Sin embargo, la ambulancia tardó media hora en llegar para asistir a la joven que había sufrido una descarga eléctrica y que terminó muriendo.
Las precarias calles de tierra siguen inundadas por la lluvia del sábado y entre el barrial y el pésimo estado de las mismas, “las ambulancias no quieren venir”, cuentan los vecinos, desesperados porque les cumplan las promesas que se eles hicieron desde el Gobierno.
El domingo, pasadas las cinco de la tarde, Pamela Marisol Argañaraz recibió una descarga eléctrica en la casa que le estaba construyendo la ONG “Techo”. Fue asistida por vecinos y las personas que se encontraban en el lugar, pero la ambulancia llegó demasiado tarde y nada pudo evitar que la joven madre de 21 años perdiera la vida.
La tragedia que enluta al asentamiento tiene causas tan claras como previsibles. Las más de 40 familias que viven en el lugar no cuentan con ningún servicio básico. Están colgados de la electricidad para poder tener luz en sus rudimentarias viviendas, que las calles estén iluminadas ya suena a utopía.
El recurrir a velas ya causó otras tragedias, como la sucedida pocos años atrás cuando se incendió una casa en la que había tres niños. Dos murieron y otro sufrió quemaduras en el 90% de su cuerpo.
Ellos mismos debieron cavar, conseguir caños e instalarlos para que les llegue agua, aunque muchas veces deben recurrir a los pozos y juntarla en tachos. Esta necesidad los llevó a cortar la avenida Artigas a principios de año.
De calles de tierra intransitables, viviendas precarias y de promesas incumplidas de regulación del Estado se nutren las 300 personas que viven desde hace cuatro años en el lugar, esperando una respuesta que les mejore la vida. 

Solo diez minutos se tarda en llegar desde el centro hasta el asentamiento ubicado detrás de la Cerámica del Norte, que se encuentra a tres cuadras de la esquina de calles Independencia e Hipólito Yrigoyen. Sin embargo, la ambulancia tardó media hora en llegar para asistir a la joven que había sufrido una descarga eléctrica y que terminó muriendo.

Las precarias calles de tierra siguen inundadas por la lluvia del sábado y entre el barrial y el pésimo estado de las mismas, “las ambulancias no quieren venir”, cuentan los vecinos, desesperados porque les cumplan las promesas que se eles hicieron desde el Gobierno.

El domingo, pasadas las cinco de la tarde, Pamela Marisol Argañaraz recibió una descarga eléctrica en la casa que le estaba construyendo la ONG “Techo”. Fue asistida por vecinos y las personas que se encontraban en el lugar, pero la ambulancia llegó demasiado tarde y nada pudo evitar que la joven madre de 21 años perdiera la vida.

La tragedia que enluta al asentamiento tiene causas tan claras como previsibles. Las más de 40 familias que viven en el lugar no cuentan con ningún servicio básico. Están colgados de la electricidad para poder tener luz en sus rudimentarias viviendas, que las calles estén iluminadas ya suena a utopía.

El recurrir a velas ya causó otras tragedias, como la sucedida pocos años atrás cuando se incendió una casa en la que había tres niños. Dos murieron y otro sufrió quemaduras en el 90% de su cuerpo.Ellos mismos debieron cavar, conseguir caños e instalarlos para que les llegue agua, aunque muchas veces deben recurrir a los pozos y juntarla en tachos. Esta necesidad los llevó a cortar la avenida Artigas a principios de año.

De calles de tierra intransitables, viviendas precarias y de promesas incumplidas de regulación del Estado se nutren las 300 personas que viven desde hace cuatro años en el lugar, esperando una respuesta que les mejore la vida. 

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