Se reactiva una causa de homicidio vinculado al narcotráfico

La Justicia imputó a Raúl Castedo por el crimen de Liliana Ledesma ocurrido en 2006 en Salvador Mazza.

07 Jul 2016
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PASARELA DONDE ASESINARON A LILIANA LEDESMA.

JUDICIALES
Se reactiva una causa de homicidio vinculado al narcotráfico
La Justicia imputó a Raúl Castedo por el crimen de Liliana Ledesma ocurrido en 2006 en Salvador Mazza.
“Si algo me pasa los responsables son Aparicio y los Castedo”, supo decir Liliana Ledesma tiempo antes de ser emboscada y asesinada de siete puñaladas en Salvador Mazza. Previo a eso, la víctima había denunciado al por entonces diputado provincial, Ernesto José Aparicio, y a los hermanos Raúl y Delfín Castedo por actividades vinculadas al narcotráfico.
El Juez de Garantías 2 en feria, Fernando Mariscal Astigueta imputó ayer a Raúl Amadeo Castedo como presunto autor responsable del delito de homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas y alevosía en grado de coautor en perjuicio de Liliana Ledesma.
Su hermano Delfín permanece prófugo y con pedido de captura internacional mientras que Aparicio falleció en noviembre de 2013.
El sorpresivo avance de la causa en perjuicio de Castedo se debe a que el ahora imputado, fue extraditado meses atrás desde Bolivia, donde se encontraba cumpliendo una condena penal.
El cuestionado juez Mariscal Astigueta (podría ser enjuiciado por su mal desempeño en el caso de la niña wichi violada), también rechazó el pedido de libertad solicitado por la defensa de Castedo. De esta  manera quedó a disposición conjunta del Juzgado Federal de Orán por las causas relacionadas al narcotráfico en las que está envuelto y de la Justicia ordinaria de Tartagal por el homicidio de Ledesma. 
Ayer prestó declaración indagatoria hasta las 17 horas y en su declaración intentó deslindar su responsabilidad en el hecho que se le imputa, negando la acusación.
La historia de una causa en la que ya hubo condenados 
Mientras Liliana cruzaba una pasarela en Salvador Mazza fue emboscada y brutalmente asesinada de 7 puñaladas, dos de ellas mortales, en el estómago y en el corazón, y un tajo que comienza en el labio superior y termina abriendo el inferior dejando al descubierto dientes y encías. El modus operandi y las marcas dejadas en su cuerpo evidenciaban un mensaje mafioso.
La mujer era una joven madre vendedora de huevos y había denunciado a Ernesto Aparicio por tener vínculos con el narcotráfico y por haber bloqueado caminos cercanos a la frontera para evitar los controles de Gendarmería.
Gilberto “Gili” Villagómez, esposo de Liliana, era un reconocido narco boliviano que había muerto acribillado a balazos el 3 de Julio de 1.999. Mientras estuvo viva, ella siempre dijo que su esposo fue asesinado por reclamarle una suculenta deuda a Aparicio, relacionándolo así con el tráfico de drogas. 
En 2010 la ex Cámara en lo Criminal de San Ramón de la Nueva Orán condenó a prisión perpetua a María Gabriela Aparicio (hermana del exdiputado que fue la entregadora), Aníbal Tárraga, Lino Abdemar Moreno y Casimiro Torres; mientras que le impuso diez años de prisión a Patricia Guerra y cuatro años de prisión efectiva a Juan Moreno. 
Castedo y Aparicio fueron beneficiados por Reynoso
En 2007 se avanzó en una causa federal por narcotráfico en la que el testimonio de un narcotraficante arrepentido que estaba detenido en Buenos Aires, sumado al resultado de escuchas telefónicas que comenzaron a hacerse en noviembre de 1999, fueron los elementos clave para que la Cámara Federal de Apelaciones de Salta dictara el procesamiento del ex diputado justicialista Ernesto José Aparicio como destacado integrante de una banda que ingresaba cocaína al país desde Bolivia y la enviaba a Buenos Aires para exportarla rumbo a Europa.
Según contaba el diario Clarín, ocho años antes de eso, el arrepentido había involucrado a Aparicio como el supuesto cabecilla de una banda de narcos en la que habría estado asociado con los hermanos Raúl Amadeo y Delfín Reinaldo Castedo y con narcos bolivianos.
Recién meses después el por entonces juez federal de Orán, Raúl Reynoso, ordenó la captura de Aparicio y de los hermanos Castedo, pero luego los liberó por falta de mérito. 

“Si algo me pasa los responsables son Aparicio y los Castedo”, supo decir Liliana Ledesma tiempo antes de ser emboscada y asesinada de siete puñaladas en Salvador Mazza. Previo a eso, la víctima había denunciado al por entonces diputado provincial, Ernesto José Aparicio, y a los hermanos Raúl y Delfín Castedo por actividades vinculadas al narcotráfico.

El Juez de Garantías 2 en feria, Fernando Mariscal Astigueta imputó ayer a Raúl Amadeo Castedo como presunto autor responsable del delito de homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas y alevosía en grado de coautor en perjuicio de Liliana Ledesma.

Su hermano Delfín permanece prófugo y con pedido de captura internacional mientras que Aparicio falleció en noviembre de 2013.El sorpresivo avance de la causa en perjuicio de Castedo se debe a que el ahora imputado, fue extraditado meses atrás desde Bolivia, donde se encontraba cumpliendo una condena penal.

El cuestionado juez Mariscal Astigueta (podría ser enjuiciado por su mal desempeño en el caso de la niña wichi violada), también rechazó el pedido de libertad solicitado por la defensa de Castedo. De esta  manera quedó a disposición conjunta del Juzgado Federal de Orán por las causas relacionadas al narcotráfico en las que está envuelto y de la Justicia ordinaria de Tartagal por el homicidio de Ledesma. Ayer prestó declaración indagatoria hasta las 17 horas y en su declaración intentó deslindar su responsabilidad en el hecho que se le imputa, negando la acusación.

La historia de una causa en la que ya hubo condenados 

Mientras Liliana cruzaba una pasarela en Salvador Mazza fue emboscada y brutalmente asesinada de 7 puñaladas, dos de ellas mortales, en el estómago y en el corazón, y un tajo que comienza en el labio superior y termina abriendo el inferior dejando al descubierto dientes y encías. El modus operandi y las marcas dejadas en su cuerpo evidenciaban un mensaje mafioso.

La mujer era una joven madre vendedora de huevos y había denunciado a Ernesto Aparicio por tener vínculos con el narcotráfico y por haber bloqueado caminos cercanos a la frontera para evitar los controles de Gendarmería.

Gilberto “Gili” Villagómez, esposo de Liliana, era un reconocido narco boliviano que había muerto acribillado a balazos el 3 de Julio de 1.999. Mientras estuvo viva, ella siempre dijo que su esposo fue asesinado por reclamarle una suculenta deuda a Aparicio, relacionándolo así con el tráfico de drogas. 

En 2010 la ex Cámara en lo Criminal de San Ramón de la Nueva Orán condenó a prisión perpetua a María Gabriela Aparicio (hermana del exdiputado que fue la entregadora), Aníbal Tárraga, Lino Abdemar Moreno y Casimiro Torres; mientras que le impuso diez años de prisión a Patricia Guerra y cuatro años de prisión efectiva a Juan Moreno. 

Castedo y Aparicio fueron beneficiados por Reynoso

En 2007 se avanzó en una causa federal por narcotráfico en la que el testimonio de un narcotraficante arrepentido que estaba detenido en Buenos Aires, sumado al resultado de escuchas telefónicas que comenzaron a hacerse en noviembre de 1999, fueron los elementos clave para que la Cámara Federal de Apelaciones de Salta dictara el procesamiento del ex diputado justicialista Ernesto José Aparicio como destacado integrante de una banda que ingresaba cocaína al país desde Bolivia y la enviaba a Buenos Aires para exportarla rumbo a Europa.

Según contaba el diario Clarín, ocho años antes de eso, el arrepentido había involucrado a Aparicio como el supuesto cabecilla de una banda de narcos en la que habría estado asociado con los hermanos Raúl Amadeo y Delfín Reinaldo Castedo y con narcos bolivianos.

Recién meses después el por entonces juez federal de Orán, Raúl Reynoso, ordenó la captura de Aparicio y de los hermanos Castedo, pero luego los liberó por falta de mérito. 

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Delfín Castedo
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