LA GACETA SALTA
“Llámame Bruna” propone una historia de prostitución desde la mirada femenina
María Boop personifica a Raquel Pacheco, quien se dedicó a la industria del sexo de los 17 a los 21 años.
09 Oct 2016
El primer encuentro entre ambas fue con los ojos vendados y cada una tocando el pecho de la otra, para sentir los latidos del corazón. Así se conocieron Raquel Pacheco, quien fue la prostituta más famosa de Brasil (conocida como Bruna Surfistinha), y María Boop, quien la representa en la serie que Fox Premium estrenará esta noche, a partir de las 23, en las señales y plataformas que el grupo tiene por cable, satélite e Internet.
“Llámame Bruna” aborda en su temporada inicial el primer año del personaje real en el mundo del sexo pago, cuando tenía apenas 17 años y había abandonado la familia que la había adoptado. Recaló en un burdel de lujo de San Pablo para luego tener su propio departamento y saltar a la fama al relatar sus experiencias en un blog con 15.000 visitas diarias, que derivó en el libro “El dulce veneno del escorpión” y en una película. En 2005, con 21 años, dejó la profesión y se casó con un ex cliente.
“Raquel me contó durante 40 minutos su vida, sus padres, sus recuerdos de infancia, su decisión de hacerse prostituta y su presente. Yo repetía lo que me iba diciendo en primera persona, y cuando nos sacaron las vendas al mismo tiempo, nos abrazamos y fue muy emocionante porque me dijo que veía en mí esperanza, futuro y brillo en los ojos. Ella ahora es Dj, vende productos eróticos y es asesora en temas sexuales por Internet”, le dice Boop a LA GACETA, en una entrevista en la Capital Federal, por invitación de FOX.
La serie tendrá componentes de drama, thriller y romance en el contexto del mercado sexual, con conflictos como núcleo central que impulsa los capítulos. Pasarán también las compañeras de Bruna en la casa de citas; las rivalidades entre ellas; las doble vidas y las crisis familiares; los gustos y perversiones de quienes las contratan; la complicidad policial; la violencia y el control represivo de los proxenetas.
Antes de comenzar a filmar, la actriz dialogó con muchas prostitutas en su lugar de trabajo e incluso conoció a algunos clientes para abordar la problemática desde la realidad actual. Luego, el elenco completo trabajó más de dos meses en ensayos (un régimen que no es habitual en las producciones brasileñas), lo que posibilitó abordar las escenas más eróticas, con desnudos incluidos, desde un espacio de confianza y comodidad que le quitó tensión, le produjo naturalidad y le dio tranquilidad. Por su contenido, la serie es para mayores de 18 años, y también actúan Jonathan Haangensen (“Ciudad de Dios”), Carla Ribas, Stella Rabello y Nash Laila, entre otros.
Si bien la actriz tiene el respaldo total de su familia y que se alegraron de que haya quedado seleccionada entre 500 candidatas para el papel, aclara que su padre no verá la serie: “me dijo que no estaba preparado para mis desnudos; mi hermano mellizo va a editar la filmación y sacar ciertas escenas”.
“Hacer mi primer protagónico con esta historia fue un desafío muy grande, una gran oportunidad como actriz”, destaca Boop, quien aclara que no tiene “el menor control sobre las expectativas que tiene la gente sobre la historia ni sobre mi interpretación, lo que tienen un lado bueno, como la curiosidad del público, y otro malo”.
Madurez y responsabilidad
La joven se define como feminista y, desde ese lugar, afirma que esta serie “es más responsable, realista y madura que otras que se hicieron sobre el tema; deja de lado el romanticismo y el glamour que presentan a la prostitución como algo fácil, cuando pasa de todo, como violaciones, abusos y agresiones, que también mostramos”.
Así diferencia a “Llámame Bruna” de “El negocio”, “Diario de una prostituta” o “The girlfriend experience”, por ejemplo, y agrega que, por el enfoque dado, no está orientada a la mirada del público masculino sino pensada también para que la vean las mujeres. “No sé por qué en los últimos tiempos comenzaron a aparecer series sobre este tema. Son osadas y provocativas, pero el enfoque que le dan es distinto al nuestro”, señala.
En ese diseño fue determinante la mirada de la directora, Márcia Faria. “Bruna eligió prostituirse; venía de un hogar de clase media, pero muchas de sus amigas quizás no tuvieron opción, y también hablamos de éso en la producción. Hay que debatir sobre los motivos que llevan a las chicas a ese destino y en las políticas públicas al respecto, pero alejado de los conceptos moralistas”, remarca.
En Brasil hay un debate muy fuerte en torno a la posibilidad de legalizar el proxenetismo, antes que reglamentar la prostitución ejercida libremente. “Yo no estoy a favor de ese proyecto, pero sí de que las mujeres sean sujetos políticos de sus propias historias. Algunas lograron organizarse y proponer leyes para ellas, pero es muy difícil avanzar porque el Congreso es muy conservador”, concluye.
“Llámame Bruna” aborda en su temporada inicial el primer año del personaje real en el mundo del sexo pago, cuando tenía apenas 17 años y había abandonado la familia que la había adoptado. Recaló en un burdel de lujo de San Pablo para luego tener su propio departamento y saltar a la fama al relatar sus experiencias en un blog con 15.000 visitas diarias, que derivó en el libro “El dulce veneno del escorpión” y en una película. En 2005, con 21 años, dejó la profesión y se casó con un ex cliente.
“Raquel me contó durante 40 minutos su vida, sus padres, sus recuerdos de infancia, su decisión de hacerse prostituta y su presente. Yo repetía lo que me iba diciendo en primera persona, y cuando nos sacaron las vendas al mismo tiempo, nos abrazamos y fue muy emocionante porque me dijo que veía en mí esperanza, futuro y brillo en los ojos. Ella ahora es Dj, vende productos eróticos y es asesora en temas sexuales por Internet”, le dice Boop a LA GACETA, en una entrevista en la Capital Federal, por invitación de FOX.
La serie tendrá componentes de drama, thriller y romance en el contexto del mercado sexual, con conflictos como núcleo central que impulsa los capítulos. Pasarán también las compañeras de Bruna en la casa de citas; las rivalidades entre ellas; las doble vidas y las crisis familiares; los gustos y perversiones de quienes las contratan; la complicidad policial; la violencia y el control represivo de los proxenetas.
Antes de comenzar a filmar, la actriz dialogó con muchas prostitutas en su lugar de trabajo e incluso conoció a algunos clientes para abordar la problemática desde la realidad actual. Luego, el elenco completo trabajó más de dos meses en ensayos (un régimen que no es habitual en las producciones brasileñas), lo que posibilitó abordar las escenas más eróticas, con desnudos incluidos, desde un espacio de confianza y comodidad que le quitó tensión, le produjo naturalidad y le dio tranquilidad. Por su contenido, la serie es para mayores de 18 años, y también actúan Jonathan Haangensen (“Ciudad de Dios”), Carla Ribas, Stella Rabello y Nash Laila, entre otros.
Si bien la actriz tiene el respaldo total de su familia y que se alegraron de que haya quedado seleccionada entre 500 candidatas para el papel, aclara que su padre no verá la serie: “me dijo que no estaba preparado para mis desnudos; mi hermano mellizo va a editar la filmación y sacar ciertas escenas”.
“Hacer mi primer protagónico con esta historia fue un desafío muy grande, una gran oportunidad como actriz”, destaca Boop, quien aclara que no tiene “el menor control sobre las expectativas que tiene la gente sobre la historia ni sobre mi interpretación, lo que tienen un lado bueno, como la curiosidad del público, y otro malo”.
Madurez y responsabilidad
La joven se define como feminista y, desde ese lugar, afirma que esta serie “es más responsable, realista y madura que otras que se hicieron sobre el tema; deja de lado el romanticismo y el glamour que presentan a la prostitución como algo fácil, cuando pasa de todo, como violaciones, abusos y agresiones, que también mostramos”.
Así diferencia a “Llámame Bruna” de “El negocio”, “Diario de una prostituta” o “The girlfriend experience”, por ejemplo, y agrega que, por el enfoque dado, no está orientada a la mirada del público masculino sino pensada también para que la vean las mujeres. “No sé por qué en los últimos tiempos comenzaron a aparecer series sobre este tema. Son osadas y provocativas, pero el enfoque que le dan es distinto al nuestro”, señala.
En ese diseño fue determinante la mirada de la directora, Márcia Faria. “Bruna eligió prostituirse; venía de un hogar de clase media, pero muchas de sus amigas quizás no tuvieron opción, y también hablamos de éso en la producción. Hay que debatir sobre los motivos que llevan a las chicas a ese destino y en las políticas públicas al respecto, pero alejado de los conceptos moralistas”, remarca.
En Brasil hay un debate muy fuerte en torno a la posibilidad de legalizar el proxenetismo, antes que reglamentar la prostitución ejercida libremente. “Yo no estoy a favor de ese proyecto, pero sí de que las mujeres sean sujetos políticos de sus propias historias. Algunas lograron organizarse y proponer leyes para ellas, pero es muy difícil avanzar porque el Congreso es muy conservador”, concluye.
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