En busca del ser humano: 20 preguntas al mundo

Cyril Bruyelle, el joven francés que recorre el planeta para investigar lo que piensan las personas, pasó por Salta. Hablamos sobre las impresiones de su visita a Argentina y sobre la cultura del norte del país.

26 Feb 2017

Luego de estudiar en una de las escuelas de negocios más prestigiosas de Europa, y de alcanzar lo que muchos llaman el éxito laboral y material, Cyril Bruyelle, un joven francés de 28 años, renunció a su trabajo y armó un proyecto que lo lleva por el mundo a conversar con las personas con el fin de entender cómo pensamos y por qué somos como somos.

-¿Qué buscás con 20 Questions to the World (20 preguntas al mundo), el proyecto que te tiene de paso por aquí?

-Con este proyecto yo busco comprender más al mundo, desde lo geopolítico, desde lo sociológico y desde lo ideológico. Me gusta mucho leer libros y periódicos para entender lo que pasa en el mundo, en cada país. Pero el hecho de viajar y preguntarle las mismas cosas a cada persona en diferentes países, me da una imagen propia.

El proyecto de entrevistas breves que trae a este joven francés a recorrer nuestro país tiene un formato bien particular. En cada ciudad que visita, elige al azar a personas de todas las clases sociales y les hace preguntas a través de las que pretende comprender el pensamiento de cada uno. “Cerrá tus ojos, estamos en 2100, ¿qué podés ver?”, “¿Qué creés que tenemos en común todas las personas”, “Cuando eras niño, ¿qué querías ser de mayor?”, “Si pudieses elegir algo que enseñar en todas las escuelas del mundo, ¿qué sería?”. A partir de éstas y otras preguntas, su trabajo busca que las personas podamos ver lo que tenemos en común y entendernos mejor. Acercarnos, a fin de cuentas.

-¿Cómo te recibió Argentina?

-Me sorprendió lo simpática que fue la gente conmigo. Cuando llegué necesitaba lugar para dormir, y personas para entrevistar, claro. Y la gente me recibió muy bien. Cada vez que le tuve que preguntar a alguien cómo hacer para llegar a algún lado, en cualquier ciudad argentina donde estuve, todos me ayudaron con una sonrisa.

-¿Qué podés decirme sobre lo que pensamos los argentinos?

-Tras un mes de viajar por el país, tengo la sensación, no de conocer Argentina profundamente, pero sí de tener mi propia imagen del país. Pude conseguir lo que buscaba al llegar acá, porque con todos los entrevistados hablamos mucho de la situación nacional, de lo político y lo social. Pude percibir que la situación político-social está muy tensa. La gente habla mucho de eso. De lo que pasa con el presidente, de los empleos públicos, de los subsidios, de la violencia. Sin embargo, muchos me han dicho que en estos tiempos difíciles, los argentinos son muy solidarios entre ustedes, y luchan juntos por hacer grande al país. Me gustó ese sentimiento de querer avanzar juntos. Más allá de las quejas sobre el gobierno nacional, todos manifestaron sus ganas de avanzar junto a los demás argentinos.

-¿Qué fue lo primero que te llamó la atención cuando entraste al país?

-Todo el mundo me decía “cuidado con tu mochila”, “no muestres que tienes una cámara de fotos” o “no uses el teléfono en la calle porque te lo van a robar”. Hicieron que yo tenga la impresión de tener que estar constantemente mirando hacia mi espalda. Me lo decían en Buenos Aires, en Córdoba, la gente siguió repitiendo la palabra “cuidado” una y otra vez. Siempre he visto a Argentina como un país desarrollado, con seguridad, entonces no me esperaba esto. Personalmente, creo que si estás todo el tiempo cuidándote de esa manera, no vives. Yo sigo normalmente como soy y si tiene que pasar algo, pasará. De momento, no ha pasado nada malo.

-¿Cómo está siendo tu estadía en el norte de Argentina?

-Salta es la ciudad de Argentina donde más tiempo estoy pasando y es la que más me ha gustado. Su arquitectura colonial me pareció fascinante, me recordó un poco a Buenos Aires, pero pienso que aquí se funde de una manera más natural con la cultura local. Del norte me ha llamado mucho la atención lo distinto que es a las otras partes del país donde estuve, por la cultura y el folklore de esta zona. Me recuerda a la diferencia entre los conceptos de Pueblo y País. En Turquía, donde estuve hace unos meses, están los kurdos, que también están en Irak y en Siria, y son una etnia o un grupo cultural que verdaderamente tienen una identidad común. Creo que la cultura andina vive una situación similar, están presente en el norte de Argentina, en Bolivia, en Perú, y en esos países son una comunidad diferente a otras. Esa diferencia, esa heterogeneidad, me sorprendió mucho acá en el norte argentino.

Creo que la cultura local está más presente aquí que en ninguna otra parte de las que visité en Argentina. Se expresa con más fuerza, se respira en la calle, quizás porque no son costumbres importadas, sino que es una cultura más local, bien de aquí. En todas las entrevistas que hice por el norte, las personas siempre destacaron esto como el corazón de esta región.

-¿Cómo lo pasaste en las peñas?

-¡Imaginate que hasta aprendí a bailar chacarera! Fui a muchas peñas, y me asombró que los cantores, además de cantar las canciones, se toman un tiempo entre una y otra para explicarlas. Explican por qué cantan cada una de estas canciones, de dónde vienen. Eso me ayudó a entender más esta cultura y cuáles son las raíces de su folklore. Me pareció maravilloso el hecho de querer compartir su herencia, sus costumbres. No es sólo que están ahí, cantan y se van. Va más allá, es un acto verdaderamente cultural.

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-¿Qué respuestas recordás de los salteños sobre tu cuestionario?

-Han respondido muchas cosas distintas. Recuerdo particularmente la respuesta de una mujer, María, quien al ser consultada sobre qué es la felicidad me dijo que, para ella, es aprender a valorar lo simple, poder estar bien con lo que cada uno tiene. Un poeta me dijo que piensa que la felicidad es morir en paz; poder mirar su vida y estar tranquilo con lo que vea. Y cuando le pregunté qué querría que se enseñara en todas las escuelas del mundo, él me habló de la libertad. Me dijo que lo que nos define no es la libertad como idea, sino los actos libres, que son los actos que hacemos cada día para poder ser libres.

-¿Qué te llevás de tu paso por Argentina?

-En todos los lugares en los que estuve, la gente está orgullosa de sus costumbres regionales, pero todos saben que en otras partes del país existen culturas diferentes, y todos están orgullosos de la diversidad que tiene el país.

Por otro lado, me gustó mucho el modo en que se vive el baile en Argentina. Lo vi en Buenos Aires con el tango y en el norte con el folklore. Son maneras muy intensas de bailar, te llega a las tripas. Me sorprendió el gran orgullo que tienen en cada lugar por el baile de su zona. Cuando estuve en milongas porteñas o ahora que estoy yendo a peñas acá en el norte, viví momentos muy emocionantes durante los que se me caían las lágrimas. En Europa no tenemos nada parecido. Ésta es una cultura muy especial.

Entrevista de Leandro Moscardó. Leé más del autor en el sitio losanormales.com.ar


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