Las calles barrio Primera Junta se convirtieron en lagunas de barro

A pesar de que las lluvias cesaron, los vecinos de la zona sudeste siguen teniendo las calles inundadas. El barro y la tierra son un verdadero problema que ya se hizo cotidiano.

26 Mar 2017
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Más de 1000 personas viven en barrio Primera Junta, en la zona sudeste de la ciudad, a donde aún no llegó el asfalto ni la red de gas.

A pesar que ya no llueve, muchas de las calles de esta barriada siguen inundadas.

Desde que se urbanizó esta parte de la ciudad, hace 13 años, que los vecinos no ven obras de importancia en este lugar.

Un tanque de agua que abastece al barrio, es lo único que no los hace sentir tan postergados.

Pese a esto, en el barrio grandes acumulaciones de agua forman lagunas en muchas de las calles. Además, los vehículos se ven obligados a circular pegados a las paredes de las casas o por canchas de futbol y espacios verdes.

Es que los que transitan las calles sin asfalto de este lugar debieron buscar recorridos alternativos para no quedarse estancados en medio del agua y el barro.

“El principal problema que tenemos acá son las calles, son espantosas” expresa con decepción Miguel Vázquez, vecino de barrio Primera Junta.

Por su parte, María García, tiene un almacén en una de las esquinas de la barriada y sufre por el estado de las calles hace más de ocho años, cuando se mudó a este lugar.

“Si no es el barro es la tierra, vos vas a ver que pasa el colectivo y levanta mucha tierra” comenta la vecina y además afirma que esto le trajo problemas de salud.

“Yo empecé a sufrir alergia a la tierra. Hay vecinos de barrio Sanidad que también empezaron a tener alergia a la tierra y por el simple hecho de vivir así” cuenta García.


Grandes piscinas en la calle

Caminar las calles de este barrio sin ensuciarse el calzado es prácticamente imposible.

Aunque las precipitaciones cesaron hace un tiempo, el barro sigue presente en la vía pública, los desniveles se acentúan aún más y la falta de obras se evidencia con mayor profundidad.

“Hay un montón de piscinas en el barrio” comenta García y cuenta lo que pasó en la vereda de su casa: “en esta calle, por la que pasa el colectivo, hace dos semanas se hizo un pozo, ya venía así y se amplió más, a tal punto de que teníamos una piscina, teníamos una pileta” dice asombrada.

Esto le pasa a muchos otros vecinos, para quienes esquivar pozos ya se ha vuelto una costumbre cada vez que salen de casa.

Un canal en desuso

Los vecinos de la zona no entienden la existencia de un canal en la entrada del barrio, que no cumple ninguna función.

Según afirman, nadie les supo dar una explicación de la utilidad de esta obra, que encima no se terminó nunca.

“Habíamos pedido que cierren el canal, está abierto y no cumple ninguna utilidad” afirma Vázquez, y agrega: “puede pasar algo peligroso, gracias a Dios nunca pasó nada”.

Los habitantes del barrio cuentan que este canal estaba cerrado hasta hace algunos años y que después se abrió pero nadie sabe por qué.


Calles que no son calles

A falta de calles transitables, otros espacios se transforman en vías de circulación de autos, motos y colectivos.

Obligados a esquivar las lagunas, los vehículos transitan por espacios verdes, plazas y hasta canchas de fútbol.

Claro, en esos sitios no se acumula agua, pero los vecinos se quedan sin lugares de esparcimiento y los sitios en donde jugaban los niños ahora son un verdadero riesgo.

“Los pocos espacios verdes que tenemos te los rompen porque se tienen que subir por ahí porque las calles están rotas” comenta decepcionado Vázquez.

“Somos un barrio al que dejaron quieto, nos dejaron olvidados” sentencia el vecino.



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