Cerro de la Virgen: entre la fe de los milagros y las críticas por la seguridad

Pasaron 18 meses de dos trágicos accidentes y una de las familias denuncia la falta de seguridad en el templo y de habilitación municipal. Critican el silencio y la impunidad del caso.

30 May 2017

Graciela Armella tenía 55 años cuando murió el 29 de noviembre de 2015 por un fuerte golpe en la cabeza después de caer de un colectivo en movimiento que descendía del Cerro de la Virgen. Pasaron 18 meses y la familia pide justicia denunciando, además, la falta de compasión de quienes explotan el Santuario.

“Era muy devota de la Virgen, a todos siempre nos hablaba de ella, incluso a mí me llevó una vez”, contó Sandra Carral Garcín, hermana de la víctima, en diálogo con LA GACETA. Un día antes de morir, Graciela había visitado una vez más el Cerro de la Virgen pero se cruzó con la muerte después de una mañana de oración y reflexión.

Cerca de las 18, uno de los tantos colectivos –que prestan servicio en el área metropolitana- que son usados para el descenso de los peregrinos arrancó con sus puertas abiertas y la mujer salió despedida. Su cabeza pegó contra el pavimento causándole un traumatismo encéfalo craneano. Fue trasladada de urgencia al hospital San Bernardo donde murió al día siguiente.

Pero el accidente de Armella no fue el único ese día. Pocos minutos antes, un micro de larga distancia –que llevaba 39 peregrinos de La Rioja- se accidentó en el descenso de la curva y terminó enclavado en una banquina, a metros del acceso norte de la ciudad. Bomberos, la Policía y las ambulancias desplegaron un amplio operativo y trasladaban a ocho heridos al mismo Hospital. Una de ellas ingresaba en código rojo y murió a las pocas semanas.

La familia de Graciela pide justicia y el caso llegó a la Comisión de Familiares contra la Impunidad. Apunta a la seguridad y falta de control comercial con la cual la fundación que explota el templo abre sus puertas cada sábado y recibe a miles de fieles de todos los puntos del país y del mundo.

Sandra Carral asegura que el Cerro de la Virgen recibe a los fieles sin estudios de impacto ambiental y social, certificados de aptitud ambiental, de uso conforme, de habilitación o estudios de seguridad que no responden o se ajustan a normativas provinciales y municipales, que contemplan los eventos con una gran concurrencia de personas.

“No tienen compasión”

La mujer aseguró que desde el accidente de su hermana, “ningún integrante de la fundación o María Livia se acercó a interesarse por Graciela, si estaba bien y o si en la familia necesitábamos algo”.


Apuntó contra las normas de seguridad porque “se usan colectivos que recorren la ciudad y no tienen cinturones de seguridad, las personas están continuamente al peligro”, dijo. Sandra también denunció que “lo mínimo que espera” es que pinten una estrella amarilla como se recuerda a las víctimas por siniestros.

En los próximos días, la familia espera constituirse como querellante en la causa y que la investigación avance.

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