Video: así celebran el Ramadán los salteños musulmanes
Aunque son una minoría diminuta en la población local, declaran abrazar el Islam desde un lugar similar al de las religiones mayoritarias: encontrarse a sí mismos en la relación con un único Dios.
Esperar el sol que incinera, el calor inclemente del desierto que anuncia también la disolución de los pecados, y amansar el ego a través de la abstinencia. Ramida, el noveno mes del calendario islámico, coincide en Arabia con el período más intenso del verano y marca el comienzo del ayuno obligatorio para los musulmanes. Durante 29 o 30 días, de acuerdo a la duración del mes lunar, nada entrará ni saldrá del cuerpo, desde el alba hasta el crepúsculo.
En este lado del mundo, el Ramadán sucede en invierno, en un idioma y una cultura ajena a las tradiciones de origen, pero persiste entre los que se acercan al islamismo como una fuente de respuestas a preguntas universales. Suleyman Geddes Al-Yerrahi, Imam de la sede de la asociación Yerrahi para la Difusión del Islam, prepara el espacio y el tiempo para recibir a los congregados por Alá en la mezquita de Villa Soledad. Pocos y juntos, algo más de una docena de salteños participan desde 2013 de la fe que desde hace 1438 años le fuera revelada al profeta Muhammad en la Meca y quedó guardada en el libro sagrado del Corán. “Somos argentinos que abrazamos el Islam a través del sufismo, que es la parte mística el Islam”, dice el Sheykh, nacido en Jujuy, radicado durante casi 30 años en Buenos Aires y desde hace seis instalado en Salta como referente local del islamismo argentino.
Según datos publicados por el Centro de Investigación Pew, en 2015 había 1.800 millones de musulmanes en todo el mundo, alrededor del 24% de la población, de los cuales menos de siete millones están en Latinoamérica y en Argentina son aproximadamente 700 mil. Minoría entre las minorías, los salteños que abrazan esta fe son pocas decenas, dentro de una sociedad de fuerte presencia cristiana y con un profundo desconocimiento del islamismo.
“Tenemos una experiencia que no tiene nada que ver con lo que se cree del islam. Islam significa Paz, es la traducción literal de la palabra. Es una revelación que Dios envió al mundo y como toda revelación el propósito es transformar tu interior”, explica Suleyman. “Todo el propósito es trabajar sobre nosotros mismos para que a partir de una transformación interior eso se vea reflejado en nuestros actos, nuestra vida, pero principalmente nuestro ser”, agrega.
Vincularse, religarse con un único dios y sin intermediarios. "Que cada uno de nosotros sepa que Dios lo está mirando y escuchando y que simplemente con volverse hacia él va a responder", agrega Salomón -como se traduce su nombre musulmán al español- y presenta a sus compañeros de fe como "buscadores" con quienes comparte el camino.
Cerca de las siete de la tarde, mientras el sol desaparece del cielo y después de la última de las cinco oraciones diarias, van a romper el ayuno con agua y dátiles, en silencio y descalzos, en ronda alrededor de ninguna imagen, de ninguna jerarquía, con la conexión enfocada en la experiencia de la entrega. "El ayuno es una renovación absoluta a todo nivel, sobre todo el interno. Ese interior después se refleja en el exterior. Son unas 12 horas donde nada entra ni sale del cuerpo, la comida, la bebida, fumar, tener relaciones íntimas, y después de esos horarios sigue la vida normal. El ayuno más importante es que también ayuna nuestra boca, ojos, oídos, manos y pies, de todo aquello que no sea de agrado de Dios. Ayuna el ser material y espiritual", explica.
Mirá los testimonios de algunos de los salteños que abrazaron el Islam y que están realizando el ayuno de Ramadán hasta eñ 25 de junio, cuando celebrarán la Fiesta del Desayuno, Eid Al-Fitr-
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