1. Prevenir antes que curar
Antes que nada hay que saber que la prevención es lo más importante. Si estamos cocinando en casa, usar las hornallas traseras, no usar manteles cuando hay niños pequeños en casa, tapar enchufes, son algunos de los clásicos consejos que se deben tener en cuenta ya que la mayoría de los accidentes son domésticos.
Es por esto que, ante cualquier actividad que realicemos en casa, hay que evaluar si la estamos tomando, minimizando riesgos.
“Nunca dejar a alguien accidentado solo, porque siempre va a necesitar una mano amiga y una palabra de aliento”, expresó la licenciada en enfermería Miriam Mellao, en una clase sobre “Prevención de Accidentes y Primeros Auxilios” en una reciente clase que brindó ante estudiantes, docentes y público en general, en la Universidad Nacional de Salta, invitada por las autoridades de la Facultad de Ciencias Naturales, ya que sus alumnos suelen hacer salidas de estudio al campo y necesitan estar capacitados.
2. Quemaduras, ¿arde tu ropa?
Ante cualquier tipo de emergencias es importante mantener la calma.
Si una persona se ha quemado, inmediatamente hay que exponer la parte quemada al agua fría: ducha y canilla serán nuestros aliados. Si la quemadura es pequeña, envolver hielo en un paño y dejarlo actuar sobre la herida.
Si la ropa está ardiendo, lo mejor es tirarse al suelo y rodar. Cubrir a la persona con mantas o sábanas mojadas para evitar la deshidratación.
Lo que no hay que hacer:
No colocar pomadas o dentífrico sobre las quemaduras, no retirar la ropa y no reventar las ampollas porque pueden infectarse.
3. Caídas, golpes de cabeza
Es muy común escuchar que si un bebé o niño se cayó y golpeó su cabeza no debemos dejarlo dormir. Esto es totalmente cierto, si la persona duerme, no se puede evaluar el estado de conciencia y sus síntomas: si está desorientado, confuso, la mirada, si puede responder preguntas básicas como su nombre y dónde se encuentra.
Ante una caída, primero hay que observar el estado general del accidentado: si hay sangrado, fracturas, si presenta convulsiones.
Si hay fracturas, hay que evitar el movimiento, no tratar de corregir la posición del miembro afectado para evitar lesiones peores.
Si hay un desgarro, la persona necesita reposo, hielo, vendaje y se debe elevar el miembro lesionado.
Derivar a la persona accidentada al Centro de Salud.
4. Accidentes de tránsito
En caso de observar un accidente de tránsito y ser los primeros en acercarse a los heridos, hay que tener en cuenta que, al detenerse, no se debe poner en riesgo la propia vida.
Pida ayuda a otro vehículo si está en la ruta o al 911.
Se deben limitar los movimientos de cabeza y cuello del accidentado, verificar el estado de conciencia realizándole algunas preguntas básicas como su nombre y dónde se encuentra. Si hay fracturas no tratar de corregirlas.
Acérquese al accidentado, dialogue con él, acompáñelo e intente tranquilizarlo hasta que llegue la ayuda especializada.
5. ¿Qué hacer en caso de deshidratación de adultos?
La boca se torna seca, estás cansado, no tenés hambre pero sí mucha sed y comienza a dolerte la cabeza: te estás deshidratando.
Las bebidas deportivas tienen sales minerales que hidratan inmediatamente a la persona y debe beberlas de a sorbos.
Si no están a tu alcance, podés mezclar media cucharadita de bicarbonato de sodio (o si no tenés, sal) y tres cucharadita de azúcar en un litro de agua y beberla lentamente.
A veces la deshidratación genera vómitos. Si es así, chupá un cubito de hielo de a poco.
6. Mal de altura
Es muy común que a más de 2.500 metros de altura en estos lugares como los que solemos recorrer en Salta, la persona comience a sentirse mal: dolor de cabeza, mareos, naúseas, dolor en el cuello, fatiga, aceleración de la respiración y el pulso por los cambios de presión atmósferica y disminución en la concentración de oxígeno. Si los síntomas no mejoran luego de hacer reposo y recurrir a medicamentos como ibuprofeno o paracetamol, es recomendable comenzar el descenso antes de llegar a situaciones graves como el Edema cerebral o el Edema Agudo de Pulmón. Tan sólo con bajar 400 ó 500 mts, los síntomas empiezan a mejorar.
“Es importante que nunca vayan solos al campo”, explica la licenciada en enfermería Miriam Mellao a LA GACETA, de esta manera si alguien se descompensa pueden acompañarlo o ayudarlo a descender.