Martín Grande: "No es lógico que haya 52 candidatos periodistas en Salta, simplemente porque no hay dirigencia"

- ¿Qué significa ser precandidato a diputado nacional?

Primero es una gran responsabilidad. Significa también poner en riesgo mi empresa y mi credibilidad, no es fácil congeniar dos cosas que viajan por caminos tan diversos. Ser periodista y candidato a la vez es complejo. No es fácil pero ya las aguas se aclararon, los rumbos se han marcado y voy a hacer lo mismo que hice hace siete años cuando fui candidato a intendente de la ciudad de Salta. No me fue mal en aquella prueba así que ahora espero que me vaya igual.

- ¿Crees qué es compatible hacer política y ejercer el periodismo?

¿Se puede ser abogado y político? Sí; ¿Médico y político? Sí; entonces porque no podemos ser periodistas y políticos. La verdad es que se puede ser cualquier cosa y político, menos juez o miembro de la Auditoria que sí resulta incompatible, pero el periodismo no tiene por qué tenerla. Escuché varias críticas por parte de otros candidatos qué dicen que yo corro con ventajas porque soy periodista. Yo no corro con ventajas, soy periodista y me toca ser candidato. Bueno, a jorobarse, hubieran elegido el periodismo ellos. Mientras pueda seguiré haciendo mi programa. Será una tarea dura, pero mientras pueda mejor.

- Antes de que se conociera tu candidatura se hablaba de una interna con Guillermo Durand Cornejo, hubo especulación y hermetismo pero con el cierre de listas se dilucidó todo. ¿Qué pasó?

Hace mucho tiempo me habían ofrecido ser candidato a diputado nacional. Después empezó una disputa con Guillermo Durand Cornejo de la cual no participé. Yo tomé un café con él cuando me dijeron que podía ser candidato y allí ambos nos confesamos que nos habían ofrecido la candidatura. Después de eso decidí apartarme del tema porque consideraba que era una cosa violenta. Después que se separaron las aguas, me nombraron candidato oficialmente.

Yo no participé de la puja, para nada. Y aclaré bien los tantos cuando me hicieron el ofrecimiento: “candidato a diputado nacional y nada más. Si les serví bien y si no, no se me movía un pelo porque sigo en mi trabajo”.

- Desde el PRO aseguran que sos un ‘producto PRO’ y por eso te eligieron ¿Qué tenés vos que te diferencia del resto?

Yo pienso mucho como la gente del PRO desde hace tiempo atrás. Nadie habrá visto que cambié mi discurso porque soy candidato. Yo he sido y sigo siendo el mismo Martín Grande. Ahora que las ideas del PRO coincidan con las mías de eso no hay ninguna duda. Ahora, recordar también que nunca milité en un partido y sigo sin hacerlo. Ahora la coincidencia de ideas e ideales me une más al PRO que a cualquier otro partido.

-Como precandidato, ¿Qué podés brindarles a los salteños desde el Congreso?

Sobre todo soy un laburante. Yo tengo fama de ser un tipo que labura mucho y eso es lo que pienso hacer como diputado nacional. Esos que te dicen que van a hacer una ley para la felicidad del pueblo, es una gran mentira. Yo me ofrezco y pongo el lomo por el pueblo, el que quiera usar mi servicio voy a estar a disposición, no importa quién. El que necesite de los servicios de Martín Grande como diputado nacional lo tendrá. Saben dónde queda mi radio, mi oficina, hasta te diría conocen mis usos y costumbres. Así que primero que nada voy a trabajar para ellos.

Eso de decir que uno tiene la ley que va a salvarnos de todos los problemas no es cierto. Yo no la tengo y felicito a quienes la tengan. Básicamente un diputado es una persona que se pone a disposición de la gente, abre puertas, consigue cosas. Para mí un buen diputado es eso, un tipo que recorre la provincia y se pone a disposición de la gente para ayudar en lo que pueda.

-.¿Que problemáticas crees que se deben resolver de forma urgente o prioritaria?

Salta tiene un montón de cosas que la ponen en absoluta desventaja y una de ellas es la falta de infraestructura. No tener asfaltados nuestros caminos a Chile, la ruta 34 o 40 terminada. Que hoy estén discutiendo Metán y General Güemes de hacer pasar una autopista por medio de la ciudad, me parece de otra época. El mundo sabe que las autopistas pasan por afuera de las ciudades y no por adentro. Hay que solucionar esas cosas hablando con la gente, otorgándoles créditos blandos para que se puedan trasladar a donde saldrá la autopista porque las autopistas pasan por afuera de la ciudad.

En ese caso uno ve a diputados y senadores diciendo ‘no vamos permitir eso’ pero en realidad se jode a la gente si las obras pasan por el medio de los municipios. Aquí no valen los intereses particulares, por supuesto que haya negocios y fuentes de empleo que deben ayudarse pero que la ruta pase por adentro de la ciudad me parece algo de locos. Ahí es donde hay que mostrar valentía. Esa es una de las principales diferencias con los otros candidatos, yo lo pienso y lo digo.

- ¿Cómo ves a Salta respecto de las medidas implementadas por el Gobierno Nacional?

El que dice que la provincia sigue postergada no tiene idea de lo que se está haciendo en Salta. En estos momentos hay siete comunidades completas que forman parte de los cien municipios con peores servicios del país que se están haciendo de nuevo con obras cloacales, eléctricas y sanitarias. Quien diga que no se hace nada está hablando pavadas.

El intendente Gustavo Sáenz dice que le han duplicado el presupuesto. ¿Por qué se creen ustedes que Sáenz está apoyando Cambiemos País? Nunca nadie le dio lo que están dando ahora.

Este proyecto de 12 mil millones para la autopista que va a ir desde Tucumán hasta Jujuy, ¿Alguna vez escucharon hablar de eso aquí? ¿Cuánto tiempo estuvieron hablando de la ruta entre Pichanal y Orán? Bueno se termina ahora a fin de año.

Los que dicen que no se hace nada quieren que se crea que no se está haciendo nada, pero se está haciendo mucho. Hay una importante cantidad de obras.

- ¿El frente que conformaron con Gustavo Sáenz busca constituirse como una alternativa de cara a 2019?

No sé. Yo tengo un objetivo bien claro, que no solamente es esta campaña sino también la de 2019 con la reforma de la Constitución. Yo, pierda o gane, sin importarme el resultado, el año que viene voy a estar embanderado con la reforma de la Constitución provincial, porque no voy a permitir nunca más que la Constitución odiosa, negativa, malísima que tenemos hoy siga. No quiero más gobernadores por doce años, quiero que el que gobierne lo haga cuatro años y se vaya a su casa con un diploma y no vuelva nunca más. Es la forma lógica de no tener que andar buscando candidatos.

No es lógico que haya 52 candidatos periodistas en Salta, simplemente porque no hay dirigencia. La dirigencia dejó de trabajar en los barrios.

En 24 años hubo dos gobernadores, es una exageración. Un chico que cumple 30 años solo conoció dos gobernadores, es una vergüenza. La política no se renueva y para que se renueve su mandato tiene que durar cuatro años y nada más. Eso significa que cada cuatro años habrá una generación que entrará a la política y otra saldrá.

La política es una buena pasantía, enseña mucho sobre todo en la formación de los jóvenes. Ahí van a quedar los que les guste la política y los que no, pero con esta reforma enorme habrá muchos cargos para renovar.

-.¿Qué provocó en Salta el enquistamiento de pocas personas en la política?

Mirá como estamos. ¿Qué se modificó bestialmente en la provincia? La última gran modificación Romero dirá que fue turística y que la hizo él; Urtubey dirá que la hizo él en el interior y por eso lo votan tanto y no en capital. Esto tiene que revolucionar toda la provincia.

Esto también tiene que ver con la absoluta honestidad republicana de sus mandatarios. No se puede vivir en una mansión cuando sos el gobernador de una provincia pobre. No se puede volar en LearJet que cuestan miles de dólares por hora y administrás tanta pobreza. Eso se tiene que terminar y tienen que entender los salteños que no hay que elegir capataces, dueños de estancias, sino administradores. Que ni siquiera tiene que vivir en Finca Las Costas, sino en su casa. Habrá más policías, te cuidarán más, pero vas a seguir rodeado de tus vecinos.

La otra vez contaba lo que el primer ministro sueco presentó al Parlamento. Me pareció todo un ejemplo. El ministro sueco tiene el derecho de vivir en la residencia gubernamental, pero, oh problema, esa residencia tiene 300 metros cuadrados y está prohibida la servidumbre entonces el ministro presentó un pedido para que lo dejen vivir en un departamento de 40 metros porque no puede estar gobernando y limpiando. Entonces el mantiene limpia su habitación, un baño y una espacio de trabajo. Pero los otros 260 metros no los limpiaba porque no tenía tiempo. No digo que lleguemos a eso de inmediato pero sí a ser gente normal.

-. Recién mencionaste a Juan Carlos Romero ¿Tus diferencias políticas con él resultan insalvables teniendo en cuenta la salida de Salta Nos Une del frente Cambiemos País?

No se tratan de diferencias políticas, en muchas cosas que hizo Romero estoy de acuerdo. Pero no estoy nada de acuerdo en que el tipo tenga siete demandas judiciales y no las solucione, que no haya culpables ni sentencias. Quiero que esto se dilucide de una vez, no me parece que después del abrazo entre Juan Carlos Romero y Juan Manuel Urtubey las causas hayan quedado quietas. Iban a galope tendido, los caballos no podían doblar en la curva por la velocidad y ahora están en boxes. Es vergonzoso y la gente lo considera normal. Es tan claro el entongue que bueno, me da bronca.

-. ¿Fue un alivio la salida de Salta nos Une?

Salta Nos Une se fue del espacio porque yo fui demasiado grosero con Bettina Romero. No debí haber personificado el mal en ella. No fue cortés de mi parte. La disputa la tengo con el padre, pero en ese momento se decía que ella podía ser mi compañera de fórmula y cuando estuve en Buenos Aires, aquella vez, lo dije: “cualquier cosa, menos servir de mascarón de proa para que una dinastía política se instale nuevamente en el poder”. Debí haber sido más educado.

Yo hubiese hecho lo mismo que ella. Hubiésemos estado incomodos todos.

La salida de Jorge Guaymás no te imaginás lo que fue para mí, una alegría grande. Justo ese día me recibía el presidente Mauricio Macri y me preguntó por lo sucedido y yo le mostré el prontuario de Guaymás. O sea, es un golpeador de mujeres, no es un chico bueno, es de los malos. No sé qué hacía acá, digamos. Ese fue mi gran alivio. Por lo de Bettina no siento alivio, lo de Guaymas fue un premio.

- ¿Qué se diagramó en la reunión de la que participaste en Buenos Aires?

No se diagramó nada. En Buenos Aires participamos de una reunión de Gabinete donde se mostró lo que se hizo y por qué se hizo, para brindarnos argumentos sobre las políticas nacionales. Si vos estás convencido de una política te tienen que dar los argumentos. Y se mostró hacia dónde vamos.

- ¿Hacia dónde vamos?

Hacia un país normal, no es normal donde vivíamos. Eso de encerrarse en tu propia economía no resulta en ningún lugar del mundo, la prueba de eso es Venezuela. Un país normal tiene que producir lo que el mundo necesita y comprar lo que el mundo vende barato. Tenemos que seguir el ejemplo de los países desarrollados como Uruguay, Chile y Perú. Hay que buscar desarrollarnos de una vez por todas.

Los frutos se ven cuando crecés ordenadamente. Va a ser un camino áspero, estéril, lleno de espinas pero de a poco se mejora; hasta que le llegue a todos va a ser doloroso.