Caso Thiago: el médico que revisó al niño aseguró que no advertía signos de violencia

Explicó por qué lo atendió si no es un especialista pediatra. Aseguró que le advirtió esta situación al padre sustituto y que la víctima tenía signos de desnutrición y bajas defensas.

18 Jul 2017
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SERGIO ALEJANDRO GONZA (NEGRO). El médico aseguró que no advertía signos de violencia en T.Q.

Inició el juicio que se sigue por la muerte de T.Q. y el maltrato a su hermanita, M.L.L., y en el primer día de audiencias el médico, Sergio Alejandro Gonza, fue el único de los imputados en prestar declaración ante el Tribunal. Negó responsabilidades y aseguró que cuando conoció al niño advirtió a sus padres sustitutos el complejo cuadro de salud que presentaba. 
Relató que conocía con anterioridad a Víctor Marcelo Senise a quién trataba por su problema de diabetes. Trabaja en un consultorio ubicado en la esquina de Tucumán y Laprida, en Villa Chartas, y hasta allí fue el imputado con los cuatro chicos que tenía a su cargo, entre ellos T.Q. y M.L.L.
Aseguró que lo visitaron porque Senise pretendía que revisara a los chicos porque en la escuela le pedían que llene los certificados para poder escribirlos y comenzar las clases. Dijo que le recordó al hombre que él no es médico pediatra, pero al tratarse de un estudio menor, los revisó y llenó las planillas. 
Entonces Gonza fue interpelado por el fiscal Ramiro Ramos Ossorio sobre si es que no advirtió las lesiones en los cuerpos de los niños; el médico dijo que no, que no acostumbraba a sacarles las remeras a pantalones para hacer controles simples. Si contó que puntualmente a T.Q. y su hermanita nunca manifestaron dolor, pero las revisiones se hacían con ropa. En el consultorio, la mayoría de las veces, estaba Senise y en una sola oportunidad Sánchez. 
Señaló en su relato que la primera vez que vio a T.Q. le advirtió a Senise sobre el bajo peso que tenía el niño, entonces el padre sustituto dijo que “hace poco se lo entregaron y que lo recibió así”, apuntando a la mamá de ellos, Sandra. Contó que le recomendó que viera un pediatra. 
Llegaron los meses de bajas temperaturas y T.Q. padecía enfermedades respiratorias. Su bajo peso dificultaba y prolongaba la recuperación, también el reposo. Por esos días del 2015, Gonza le dio alrededor de 47 días de reposo, T.Q. faltaba periódicamente a la escuela, pero supo que la segunda vez que le recetó descanso el niño se reintegró antes de tiempo a clases. 
Justificó que los descansos eran prolongados porque “un chico de bajo peso demora el doble en curarse de un resfrío, no tiene defensas”. Aseguró que no sospechó ni observó signos de violencia infantil. “Los chicos iban por demás vestidos al consultorio”, agregó. 
Ante el Tribunal dijo que vio por última vez a T.Q. un mes antes de que se produjera el fallecimiento, el 8 de julio de 2015. 
“Me cargan toda la responsabilidad, no me dedico a la pediatría”, recordó. Entonces, nuevamente, fue interpelado por uno de los representantes del Ministerio Fiscal de por qué accedió a revisarlo, tratarlo y medicarlo si no es idóneo. 
Gonza justificó: “si venís vos con tu chico no te puedo decir andate, llevatelo”. Aseguró que, quizás, actuó más por una cuestión humana. 
El médico señaló que no tuvo mayores responsabilidades en el cuidado y la salud de T.Q., paciente que revisó para llenar una planilla para que pueda ser inscripto en la escuela. Cuando el niño empezó a padecer enfermedades pulmonares, Gonza sacó un estetoscopio de su bolsillo para justificar su accionar. 
“Imagínense que en verano si yo apoyo este aparato en la espalda o el pechito de un niño les hace frío, entonces en invierno no lo iba a exponer a un resfrío porque yo no acostumbro a revisarlos sin ropa”. 
El médico está acusado del delito de falsedad ideológica. Los fiscales, Pablo Paz y Ramos Ossorio, fundamentaron en su acusación que Gonza nunca revisó a los niños y que incluso los informes médicos que certificó eran falsos. Los pacientes no fueron valorados a pesar de acusar enfermedades respiratorias. También, los informes carecían de información precisa de la salud de los pacientes.

Inició el juicio que se sigue por la muerte de T.Q. y la tentativa de homicidio a su hermnita, L.L.M., y en el primer día de audiencias el médico, Sergio Alejandro Gonza, fue el único de los imputados en prestar declaración ante el Tribunal. Negó responsabilidades y aseguró que cuando conoció al niño advirtió a sus padres sustitutos el complejo cuadro de salud que presentaba. 

Relató que conocía con anterioridad a Víctor Marcelo Senise a quién trataba por su problema de diabetes. Trabaja en un consultorio ubicado en la esquina de Tucumán y Laprida, en Villa Chartas, y hasta allí fue el imputado con los cuatro chicos que tenía a su cargo, entre ellos T.Q. y L.L.M.

Aseguró que lo visitaron porque Senise pretendía que revisara a los chicos porque en la escuela le pedían que llene los certificados para poder inscribirlos y comenzar las clases. Dijo que le recordó al hombre que él no es médico pediatra, pero al tratarse de un estudio menor, los revisó de todas maneras y llenó las planillas. 

Entonces Gonza fue interpelado por el fiscal Ramiro Ramos Ossorio sobre si es que no advirtió las lesiones en los cuerpos de los niños; el médico dijo que no, que no acostumbraba a sacarles las remeras y pantalones para hacer controles simples. Si contó que puntualmente a T.Q. y su hermanita nunca manifestaron dolor, pero las revisiones se hacían con ropa. En el consultorio, la mayoría de las veces, estaba Senise y, en una sola oportunidad, Sánchez. 

Señaló en su relato que la primera vez que vio a T.Q. le advirtió a Senise sobre el bajo peso que tenía el niño, entonces el padre sustituto dijo que “hace poco se lo entregaron y que lo recibió así”, apuntando a Sandra, la mamá biológica. Contó que le recomendó que viera un pediatra. 

Llegaron los meses de bajas temperaturas y T.Q. padecía enfermedades respiratorias. Su bajo peso dificultaba y prolongaba la recuperación, también el reposo. Por esos días del 2015, Gonza le dio alrededor de 47 días de reposo, T.Q. faltaba periódicamente a la escuela, pero supo que la segunda vez que le recetó descanso el niño se reintegró antes de tiempo a clases. 

Justificó que los descansos eran prolongados porque “un chico de bajo peso demora el doble en curarse de un resfrío, no tiene defensas”. Aseguró que no sospechó ni observó signos de violencia infantil. “Los chicos iban por demás vestidos al consultorio”, agregó y dijo que esto no le parecía raro, quizás ante la presunción de ocultar los golpes.

Ante el Tribunal dijo que vio por última vez a T.Q. un mes antes de que se produjera el fallecimiento, el 8 de julio de 2015. 

“Me cargan toda la responsabilidad, no me dedico a la pediatría”, recordó. Entonces, nuevamente, fue interpelado por uno de los representantes del Ministerio Fiscal de por qué accedió a revisarlo, tratarlo y medicarlo si no es idóneo. 

Gonza justificó: “si venís vos con tu chico no te puedo decir andate, llevatelo”. Aseguró que, quizás, actuó más por una cuestión humana. 

El médico señaló que no tuvo mayores responsabilidades en el cuidado y la salud de T.Q., paciente que revisó para llenar una planilla para que pueda ser inscripto en la escuela. Cuando el niño empezó a padecer enfermedades pulmonares, Gonza sacó un estetoscopio de su bolsillo para justificar su accionar. 

“Imagínense que en verano si yo apoyo este aparato en la espalda o el pechito de un niño les hace frío, entonces en invierno no lo iba a exponer a un resfrío porque yo no acostumbro a revisarlos sin ropa”. 

El médico está acusado del delito de falsedad ideológica. Los fiscales, Pablo Paz y Ramos Ossorio, fundamentaron en su acusación que Gonza nunca revisó a los niños y que incluso los informes médicos que certificó eran falsos. Los pacientes no fueron valorados a pesar de acusar enfermedades respiratorias. También, los informes carecían de información precisa de la salud de los pacientes.

Víctor Senise y Patricia Sánchez están acusados de los delitos de homicidio simple en perjuicio de T.Q. y homicidio simple en grado de tentativa en perjuicio de L.L.M. Además, las psicólogas del ex Ministerio de Derechos Humanos, Lorena Alejandra Recchiuto, Marina del Huerto Vargas y Mónica Yaqueline por incumplimiento de deberes de funcionario público y falsedad ideológica en concurso real. Sergio Gonza por falsedad ideológica. 

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