“Yo vuelvo a Tartagal a través de la literatura”

Fabio Martínez ganó el concurso provincial de cuentos. Analiza su trayectoria como escritor, el rol de los talleres literarios y qué papel juega el departamento San Martín en lo que escribe.

23 Nov 2014
1

FABIO MARTÍNEZ. El escritor pródigo. FOTO LA GACETA.

Fabio Martínez presenta este lunes en el Cabildo, a las 20, “Dioses del fuego y otros relatos”, su tercer libro. El autor que sacudió el campo literario salteño con las lacónicas historias de “Despiértenme cuando sea de Noche” y que retrató como nadie los saqueos en Tartagal en lo peor del menemismo con su novela “Los pibes suicidas”, vuelve a Salta desde Córdoba dialogó con LA GACETA de este nuevo libro tan esperado.

-Aunque estás en Córdoba, ¿qué significa Salta en tu literatura?. Siento que ciertos espacios o climas en tu literatura no existirían si no hubieras vivido en esta provincia.

Yo vuelvo a Tartagal a través de la literatura. Lo mismo creo que a pesar de que Taragal queda en Salta hay una gran diferencia entre estas dos ciudades. Salta es "La linda" y Tartagal es terriblemente calurosa, llena de mosquitos, con innumerables problemas, una ciudad que queda cerca de la frontera y entonces se vuelve un lugar agobiante que para la estética literaria funciona muy bien…Como escritor no me hace falta crear un mundo nuevo donde tomen vida los personajes. Con Tartagal, en realidad con el departamento San Martin me basta y me sobra

-¿Podrías haber sido el mismo escritor que sos ahora si te hubieras quedado en Tartagal? Me pareceque Córdoba te dio posibilidades, como aprender con otros escritores, incluso la misma posibilidad de publicar.

Yo estoy seguro que hubiera sido un escrito muy malo, ja…La realidad es que Córdoba, con los distintos talleres literarios y Clínicas literarias me ayudó mucho a formarme como escritor.

-Eso muestra que al menos los narradores se construyen con el tiempo... los talleres fueron importantes para vos...

Estoy muy de acuerdo con eso. La literatura necesita esfuerzo, tiempo y paciencia. Te cuento. Yo hice cerca de 5 años de talleres literarios y te juro que cuando empecé en el primer taller escribía realmente muy mal, era de terror. Pero con los años pude ir puliendo mi narrativa, dándome cuenta de mis defectos y mis virtudes, leyendo autores que me ayudaron mucho y sobre todo teniendo contacto con otros escritores ya formados. Los talleres de Federico Falco, Luciano Lamberti, Fernando Stefanich me ayudaron un montón.

-¿Cuáles son esos escritores que leíste y te ayudaron? ¿Los malos escritores también ayudan mostrando lo que no hay que hacer?

No sé si los malos escritores te ayudan. Yo siempre recurrí a los buenos y me ayudaron a darle profundidad a mis textos. Lo que hice por lo general fue leer ciertos autores que tuvieran que ver con lo que estaba escribiendo en ese momento. Por ejemplo cuando estaba escribiendo Los Pibes Suicidas Ocio de Fabián Casas fue una fuente de inspiración, intenté por todos los medios copiar (robar) esa frescura y sensibilidad para contar lo que le iba pasando al narrador. También me sirvió mucho leer los Detectives Salvajes de Roberto Bolaño, La ciudad y los Perros de Mario Vargas Llosa. Pedro Páramos de Rulfo y Menos que cero de Bret Easton Ellis. Una novela súper recomendada para autores jóvenes que quieran hablar sobre esnifar coca. Y para este libro que sale el Lunes: Dioses del Fuego y otros relatos, la verdad que el libro de Luciano Lamberti : El Loro que podía adivinar el futuro fue un gran disparador.

- Estás preparando un taller para dictar este verano. ¿Cómo es ahora ser el que da un taller? Foster Wallace decía que el cliché termina siendo cierto: el profesor aprende aún más que el alumno. ¿Cómo hacer para respetar estilos, para no ser invasivo? ¿cómo planificar un taller literario?

Yo recién estoy por empezar con esa experiencia. Voy a largar con un taller de verano y para mí es todo un desafío. Creo que voy a apuntar a la necesidad individual de cada participante. La primera clase va a ser fundamental, y les voy a pedir que sean sinceros y me digan porque están en este taller. A partir de eso voy a tratar de respetar las intenciones de cada uno. Yo siempre me acuerdo que cuando empecé era malísimo y el tallerista fue muy bueno conmigo, me animaba y me daba consejos y sobre todo me trataba como escritor. Yo ahora pienso y si ese tallerista hubiera sido cruel y me hubiera destrozado (que era lo que me merecía sin lugar a dudas) tal vez me hubiera deprimido y dejado el taller.

-En qué género te sentís más cómodo. Ahora publicás tu segundo libro de cuentos, y tenés una novela. Ahora, hay autores que nunca dan ese salto del cuento a la novela. ¿Qué características como escritor hay que tener para cada género?

-No tengo preferencias. Por ejemplo ahora estoy trabajando en un libro para adolescentes. La idea es que sean tres o cinco relatos, no más, pero largos. Y también tengo en mente una novela de la cual ya escribí unas cuantas páginas pero lo llevo muy tranquilo. Y yo creo que con los cuentos hay una mayor inmediatez. Si estás con ganas y tiempo en una noche o en una semana podés tener un buen cuento en mano, en cambio la novela necesita de mucha paciencia y demasiada corrección. Para escribirla necesitas tener en claro que como mínimo van ser dos años lo que te vas a demorar.

- ¿Qué diferencia hay entre el Fabio del primer libro de cuentos y el de ahora? No sé cuántos años pasaron, pero me imagino que significa un cambio...

Y ya hay diferencia entre el Fabio de la primera edición de Despiértenme y la segunda. Yo creo cuando salió ese libro había mucha frescura en mi narrativa pero asimismo muchos errores también. También hay una diferencia en la búsqueda. En los primeros relatos se notaba un gran vértigo en la narración y por ejemplo en este último libro Dioses del fuego hay dos textos largos donde me tomo mi tiempo para narrar y eso está bueno.

-Tenés más recursos y más poder de control sobre esas técnicas...

También tiene que ver con los miedos. Cuando uno empieza a escribir teme que el lector no se enganche y tal vez por eso ahí nomás quiere engancharlo con algo. Ahora estoy más tranquilo con eso y me permito escribir textos más pausados. Y hay muchas técnicas, en realidad muchos recursos a la hora de narrar. Una máxima que yo sigo es que se escribe siempre teniendo en cuenta todos los sentidos. Por lo general uno cuenta solo lo que ve, pero hay que contar también lo que escucha, lo que huele, lo que siente. Darle profundidad a la narración. Narrar también es como tener una cámara en la mano, podés hacer un paneo general pero en algún momento vas a tener que hacer foco en algún detalle. Y en esos detalles está el oficio del narrador.

- Esa idea de cámara me interesa por otro tema... ¿notás la influencia televisiva o cinematográfica cada vez más fuerte en los jóvenes escritores? ¿Vos ves series? ¿Crees que te sirve de algo?

Creo que siempre hubo una gran influencia de la literatura al cine y también del cine a la literatura. Es más yo creo que el gran éxito de las series actuales se debe a que volvió a la literatura de principios de siglo xx donde lo único que importaba era la historia y los lectores se desesperaban por leer el próximo capítulo. Asimismo creo en las series actuales hay mucha narración y sirve un montón para darse cuenta como en 40 minutos se puede presentar una historia y resolverla de manera atractiva. Hace poco fui a ver Relatos Salvajes y a pesar de que puede ser discutible su punto de vista yo creo que Szifrón es un gran narrador y en esa película se pueden ver muchas estrategias certeras y también equivocadas de cómo narrar una historia.

- ¿Lees lo que se está haciendo en Salta? ¿Te interesa?

-Me interesa mucho lo que se está haciendo en Salta. Especialmente lo que tiene que ver con los autores jóvenes. Lástima que muchas obras tienen una circulación muy acotada. En este tiempo leí autores como Juan Pas, Fernanda Salas, Salvador Marinaro, Gustavo Murrillo y me parecen autores interesantes. También leí el libro del concurso Miguel Ragone que como toda antología es despareja con cuentos muy buenos según mi percepción y otros que a mí no me gustaron mucho.

En Esta Nota

Salta
Comentarios