El Ballet Salta festejará sus 47 años con un homenaje a Jorge Cafrune

Cada mes de julio, desde hace 47 años, el Ballet Salta viene a la ciudad para celebrar su aniversario. Y cada festejo siempre tiene algún invitado o una consigna especial. Este año, la compañía dirigida por Marina y Hugo Jiménez homenajeará al maestro del folclore, Jorge Cafrune, a través de la voz de su hija, Yamila. El espectáculo se llama “Salta de fiesta” y será esta noche, a las 21.30, en el Teatro Provincial –Zuviría 70-.

Hugo Jiménez venía de ser el primer –único- bailarín en ganar la Consagración en el Festival de Cosquín cuando su amigo, el reconocido coreógrafo argentino Santiago “El chucaro” Ayala le dijo que había llegada el momento de desplegar sus alas. Él eligió convocar a bailarines y armar una compañía.

Los primeros integrantes fueron Chango Ibarra, Rodolfo Vázquez, Nena Reynoso, César Vaca, Perdiguero, Miguel Filppi, Silvia Vaccaro, Daniel Juárez, Ricardo Cabrera, Alejandra Barboza, entre otros.

El poeta Jaime Dávalos la bautizó Ballet Salta para que trascienda y junto a Marina, su incondicional compañera, se instaló en Buenos Aires. Desde allí, el Ballet salió al mundo y se convirtió en embajador de la danza folclórica pero el corazón de sus directores siempre estuvo en su Salta.

A Cafrune lo conocían de toda la vida. Hugo, por ejemplo, siempre recuerda que cantaban en juntadas con amigos del barrio untos cuando él tenía 14 años y Cafrune 18. “Hacerle este homenaje es nuestro manera de hacer que nuestra amistad perdure”, destacan los bailarines y coreógrafos.

“Salta de fiesta” tendrá diferentes momentos. El Ballet Salta protagonizará cuadros de tango, además los alumnos y alumnas de la escuela de la compañía interpretarán diferentes danzas de todo el país. “Serán más de 100 bailarines en escena y habrá 30 cambios de vestuario”, adelantó Marina.

La invitada especial del encuentro será la cantante, Yamila Cafrune, hija de Jorge Cafrune y representante de su legado artístico y humano. Yamila es cantora y recopiladora, como su papá. “Me gusta buscar y rescatar canciones del baúl de los recuerdos del folclore”, destaca la también abogada que lleva editados 12 trabajos discográficos.

La primera experiencia de Yamila en la música fue a los 25 años y está ligada a Cosquín. El festival fue su primer escenario cuando todavía dedicarse a la música no era una posibilidad. Sin dudas, la experiencia fue reveladora.

El gen musical estaba ahí, latente. La cantante cuenta que ella tenía 12 años cuando su papá murió y que fue construyendo su historia a partir de relatos y recortes de diarios. “Mi papá nunca se consideró un artista sino un cantor popular, es lo mismo que siento yo. Cantar es mi vida, y llegar a la gente es lo que más me gusta”, destaca la intérprete.