Caso Thiago: crónica de las emociones que marcaron un juicio sin precedentes

Antes de las 9, cada una de las partes esperaba en el hall de ingreso a la Sala de Grandes Juicios, en el último día del juicio que se sigue por la muerte de Thiago y la tentativa de homicidio de su hermana, L.L.M. 

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La ansiedad se sentía, algunos la sobrellevaban sentados, otros parados y fumando un cigarrillo. No había nadie quien no buscaba un grupo para intercambiar sus sentimientos, opiniones. Así lo hacían las defensas, fiscales, familias, imputados y periodistas. 

La audiencia comenzó una hora más tarde de lo previsto y todos se pusieron de pie. Sin perder más tiempo, el presidente de Pablo Farah dio la palabra al Ministerio Público. Pablo Paz fue el primero en alegar con duras acusaciones contra Víctor Senise y Patricia Sánchez responsabilizándolos de las lesiones y circunstancias que le provocaron la muerte a Thiago y las lesiones de su hermana. 

Se conocieron detalles de las declaraciones de L.L.M. y J.Q. quienes la semana pasada habían declarado por Cámara Gesell. El alegato hizo quebrar en llanto a Sandra, madre biológica de los niños, que participaba de la audiencia sentada en la última fila. Una por delante, los abuelos de los chicos también se emocionaron y se contenían con abrazos. 

Patricia Sánchez escuchó las acusaciones con la mirada dirigida al piso mientras su pareja si se animaba a levantar la mirada que apuntaba a los fiscales. Frente a ellos, el Tribunal de juicio. Quien miraba a los acusados era el presidente, Pablo Farah, durante varios momentos, con una mirada firme, por momentos sin pestañar. Después fue el turno del fiscal Ramiro Ramos Ossorio que alegó las acusaciones en contra de las psicólogas y la asistente social imputadas por el delito de incumplimiento de deberes de funcionario público y falsedad ideológica. También se refirió al médico acusado de falsedad ideológica. El letrado pidió para la trabajadora social Marina del Huerto Vargas y la psicóloga Lorena Rechiutto la pena de 5 años y 6 meses de prisión efectiva y que queden detenidas inmediatamente. En tanto para la también psicóloga Jaqueline Rosas solicitó dos años de prisión condicional e inhabilitación por el doble de tiempo. Sobre las tres mujeres el fiscal señaló que todas realizaron informes que no se condecían con la realidad, ya que jamás refirieron al estado de desnutrición, lesiones ni malos tratos que los chicos sufrían. En último término, para el médico Sergio Alejandro Gonza, solicitó la pena de un año de prisión condicional e inhabilitación por dos años. Del profesional dijo que caben dos posibilidades: o no los vio a los niños e hizo los certificados de favor o los vio y de todas formas firmó.

Entonces se vivió otro momento se suma atención. Alegaba Orfeo Maggio, defensa de Senise y Sánchez. Con voz exaltada, acompañada de movimientos continuos de manos, argumentaba que quizás existieron golpes, pero que el niño no murió producto de ellos sino por un caso de broncoaspiración. Sostuvo la inocencia de los acusados mientras el presidente del Tribunal y las dos vocales giraron sus sillas hacia la derecha para escucharlos atentamente. 

La audiencia pasó a un cuarto intermedio a las 14, por una hora. Algunos decidían calmar la espera con un sándwich comprado frente a la Ciudad Judicial, otros partían a sus casas, apurados porque el debate continuaba a las 15 con los alegatos de las profesionales y el médico. Todo era ansiedad, incertidumbre, el nerviosismo se veía, se sentía.

Las defensas de los tres profesionales del ex Ministerio de Derechos Humanos, imputadas por incumplimiento de deberes de funcionario público y falsedad ideológica, pidieron la absolución lisa y llana de cada uno de ellos. También hizo lo propio la defensa del doctor Gonza, acusado de falsedad ideológica. 

Cada uno de los acusados pidió tomar la palabra nuevamente. Patricia Sánchez reconoció que alguna vez se le escapó un tirón de orejas y un chirlo. Pero, al igual que Senise, amaba a los chicos. Los profesionales en tanto dijeron que hicieron lo que estaba su alcance. 

Alrededor de las 19.30 llegó el momento esperado. El Tribunal se retiró de la sala para deliberar. A las 21 se conocieron las sentencias a cadena perpetua para Senise y Sánchez y su inmediato traslado a la Unidad Carcelaria. Los profesionales recibieron condenas excarcelables e inhabilitaciones. Los fallos recayeron sobre todos los acusados. 

Las condenas no dejaron a todos conformes. La familia de los niños pidió mayor dureza para los profesionales imputados, pero se mostró satisfecha por la sentencia a Senise y Sánchez. La defensa de los profesionales dijo que fueron injustamente condenados y apuntaron al Estado por las negligencias con las que funcionaban los programas de familias sustitutas. 

Así terminó un debate que se extendió durante tres semanas y su último día por unas 11 horas, un caso sin precedentes en la historia judicial de Salta.