El caso de Brisa y Claudio, una historia de celos, denuncias y violencia

Según un vecino, tres días antes el joven le había anticipado a sus amigos que mataría a su pareja porque quería dejarlo. Detalles de un nuevo juicio por femicidio en Salta.

30 Ago 2017
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JUICIO POR BRISA.

La mamá de Brisa Oriana Goytia relató ante el Tribunal de Juicio una historia de celos, denuncias y violencia. 
Verónica Muñoz contó que su hija estaba cansada de los acosos de Claudio Víctor Segundo quien tres días le había anticipado a sus amigos del barrio que mataría a la adolescente de 15 años porque ella lo quería dejar, según contó un vecino. 
Brisa se había ido de la casa de su mamá, en barrio San Remo, para tomar distancia de Segundo. La mañana del 6 de diciembre de 2016 le mandó un mensaje diciéndole que iría a visitarla para retirar una carpeta del colegio. Nunca llegó. "Me destrozó la vida", dijo.
La joven se encontró con el imputado y este la llevó a su casa, en barrio Pablo Saravia, a tan solo cuatro cuadras de distancia. La investigación judicial indica que discutieron y el joven se puso violento. La llevó a la adolescente hasta su pieza y la estranguló con un cinto de tela. En la escena del crimen encontraron también las vendas que el boxeador solía usar. 
Ana, hermana de Segundo, también estuvo ese día en la casa y se acercó hasta la pieza alertada por los jadeos de la víctima. Salió corriendo hasta la casa de enfrente y le pidió Carlos Alberto Zambrano que llamara al 911. 
"Llame al 911 porque Claudio la está ahorcando a la Brisa", dijo el hombre recordando las palabras de la adolescente. 
Cuando llegó la Policía, Segundo recibió a los efectivos y les mintió. Le dijo que su novia había estado en la casa, que discutieron y entonces ella se fue a realizar unas compras, pero que nunca había regresado. Lo que en realidad sucedía es que ya había cavado un pozo de 1,80 metro de largo por 40 centímetros de profundidad en el jardín de la casa donde enterraría a Brisa. 
La noticia corrió rápido por el barrio y a los pocos minutos la mamá de la víctima se enteró. Entonces ahí supo por qué nunca había llegado su hija a la casa a buscar la carpeta del colegio. 
Verónica describió que había denunciado en tres situaciones a Claudio Segundo porque su hija le confesó que le pegaba. Siempre, las marcas de los golpes del boxeador se dibujaban en la cara de la adolescente. Tenía prohibido acercarse a la joven, pero omitió la resolución de la Justicia hasta matarla. 
Según Zambrano, su esposa le contó que según comentaron los vecinos, tres días antes del crimen Segundo, entre bebidas, le había anticipado a sus amigos que mataría a Brisa porque lo quería dejar. La interceptó aquel mediodía, hace ocho meses, cuando la adolescente iba a buscar una carpeta. 

La mamá de Brisa Oriana Goytia relató ante el Tribunal de Juicio una historia de celos, denuncias y violencia. 

Elizabeth Muñoz contó que su hija estaba cansada de los acosos de Claudio Víctor Segundo quien tres días le había anticipado a sus amigos del barrio que mataría a la adolescente de 15 años porque ella lo quería dejar, según contó un vecino. 

Brisa se había ido de la casa de su mamá, en barrio San Remo, para tomar distancia de Segundo. La mañana del 6 de diciembre de 2016 le mandó un mensaje diciéndole que iría a visitarla para retirar una carpeta del colegio. Nunca llegó. "Me destrozó la vida", dijo.

La joven se encontró con el imputado y este la llevó a su casa, en barrio Pablo Saravia, a tan solo cuatro cuadras de distancia. La investigación judicial indica que discutieron y el joven se puso violento. La llevó a la adolescente hasta su pieza y la estranguló con un cinto de tela. En la escena del crimen encontraron también las vendas que el boxeador solía usar. 

Ana, hermana de Segundo, también estuvo ese día en la casa y se acercó hasta la pieza alertada por los jadeos de la víctima. Salió corriendo hasta la casa de enfrente y le pidió Carlos Alberto Zambrano que llamara al 911. 

"Llame al 911 porque Claudio la está ahorcando a la Brisa", dijo el hombre recordando las palabras de la adolescente. 

Cuando llegó la Policía, Segundo recibió a los efectivos y les mintió. Le dijo que su novia había estado en la casa, que discutieron y entonces ella se fue a realizar unas compras, pero que nunca había regresado. Lo que en realidad sucedía es que ya había cavado un pozo de 1,80 metro de largo por 40 centímetros de profundidad en el jardín de la casa donde enterraría a Brisa. 

La noticia corrió rápido por el barrio y a los pocos minutos la mamá de la víctima se enteró. Entonces ahí supo por qué nunca había llegado su hija a la casa a buscar la carpeta del colegio. 

Elizabeth describió que había denunciado en tres situaciones a Claudio Segundo porque su hija le confesó que le pegaba. Siempre, las marcas de los golpes del boxeador se dibujaban en la cara de la adolescente. Tenía prohibido acercarse a la joven, pero omitió la resolución de la Justicia hasta matarla. 

Según Zambrano, su esposa le contó que según comentaron los vecinos, tres días antes del crimen Segundo, entre bebidas, le había anticipado a sus amigos que mataría a Brisa porque lo quería dejar. La interceptó aquel mediodía, hace ocho meses, cuando la adolescente iba a buscar una carpeta. 

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Juicio por Brisa
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