Axel: "podría seguir cantando baladas en el piano pero elegí salir de esa zona de confort"

El músico vuelve a Salta a presentar su nuevo álbum, "Ser". El show será este sábado, a las 21, en el Teatro Provincial.

06 Oct 2017
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 "Ser es un disco que recorre muchos sentimientos, cada canción es una película distinta que muestra un momento especial de mi vida", resume Axel sobre el álbum que este sábado presentará en Salta. 

De historias de amor y desamor, de historias de pérdidas y bienvenidas se compone "Ser", un material que según las palabras del artista es el más importante de su carrera. En él vuelve a fusionar estilos. Tiene aires folclóricos mezclados con el pop y la música urbana. Composiciones con voz y guitarra que, como él define, "tocan lo profundo del ser". 

La invitación a escucharlo es para este sábado, a las 21, en el Teatro Provincial -Zuviría 70-. Antes del show, Axel le contó a LA GACETA cual es el mensaje de "Ser". 

¿Cómo llevás la gira de “Ser” a pocos meses de haberlo lanzado?

Sí, tiene apenas un mes. Es arriesgado salir de gira con un disco tan reciente cuando la gente todavía no conoce del todo las canciones pero también contamos con la complicidad de un público que nos sigue hace muchos años y confía que lo que hacemos es de calidad. Tengo muchas ilusiones porque Ser es un disco muy especial. Si bien tiene muchas canciones rítmicas y bailables, hay temas que tocan lo profundo del ser, el corazón, el alma, que cuentan historias fuertes, de amor y de desamor; también historias que tienen que ver con las pérdidas, las bienvenidas, los sueños y la paz. Es un disco muy variado que tengo muchas ganas de mostrar en vivo y empezar a sentir a la gente.

Manifestaste que “Ser” es el disco más importante de tu carrera. ¿Por qué lo sentís así? ¿Refleja un nuevo comienzo?

Sí, en los últimos dos años y medio, con todo lo que pasé, mi vida se reseteó, o la resetié yo a propósito de alguna manera. De repente mi entorno se vio muy modificado, gente que se alejaba de mi vida porque elegía hacerlo o porque yo lo elegía. Cambié el lugar en donde vivir, también paradigmas que tenía en mi cabeza. Costó mucho pero fue muy bueno hacerlo. La premisa que me puse cuando comencé a pensar en este disco fue intentar hacer el mejor disco de mi vida y el resultado es muy positivo. Tiene sentimiento, calidad, evolución y también riesgo porque busqué salirme de la zona de confort y seguir creciendo con la música, en la sonoridad, en los arreglos. “Ser” es un disco que recorre muchos sentimientos, cada canción es una película distinta que muestra un momento especial de mi vida.

¿Cuál sentías que era tu zona de confort?

Musicalmente yo sé que sentarme en un piano a hacer baladas funciona y que a la gente le gusta. Desde el momento que escribí “Amo” y que tuvo mucho éxito, me podría haber quedado en ese lugar, haciendo baladas de amor, tranquilamente, pero elegí salir de esa zona de confort. Si bien lo sostengo también busco renovarme y creo que ese costado está reflejado en el disco con canciones como “Bailas para amar” o “Soñemos juntos”, que son más rítmicas y con otras temáticas.

¿Cómo explicás el proceso por el cual te animaste a la fusión?

Yo pienso que a los límites en la música los ponemos nosotros y que son mentales. En mis discos mezclo la balada, el pop y la música urbana con el folclore. Eso me encanta. Creo que los géneros conviven perfectamente porque es una manera de seguir teniendo presente la música ancestral. Este álbum tiene dos canciones que son “Aguaribay” y “No pretendas”, que tienen mucho espíritu folclórico pero que están combinadas con una guitarra eléctrica, una batería y una linda poesía. Ya no es como antes que si hacías rock era solo eso y punto. Ahora está todo más mezclado.

El lugar donde vivís con tu familia influye mucho en tu espiritualidad y por ende en tu forma de crear canciones.¿Cómo es Traslasierra y cómo es vivir allí?

En Traslasierra puedo ver el sol desde que sale hasta que se esconde, sin que nada me impida conectarme con él en cualquier momento del día. Tengo una vida muy austera, donde los fines de semana me junto con amigo a hacer figuras en cerámica, tallar madera y cocinar dulce casero con los frutos de los árboles que tenemos en el campo. Tenemos nuestra propia huerta. Es una vida natural, no tenemos inseguridad porque es un lugar donde hay tranquilidad y no hay contaminación ni mental ni visual. Por supuesto dejamos de tener cerca a la familia cercana como primos y hermanos pero en calidad de vida se gana mucho.

También te toca encontrar el equilibrio entre vivir en un lugar alejado del sistema y después entrar en la vorágine de hacer una gira maratónica…

Sí, pasé de estar en la montaña a tomarme 18 aviones en 35 días, a subir y bajar de un bus para dar entre 15 y 20 entrevistas por día. Es fuerte pero siempre pienso que después llegó a mi casa toco la tierra, estoy con mi familia y así todo se equilibra de vuelta.

¿De qué manera pensás tu intimidad siendo una figura tan popular?

Me manejo con mucha naturalidad. No soy un tipo que tenga mucho rollo ni mucha vuelta. Por supuesto que preservo mucho a mi familia pero tampoco me ando ocultando porque no es mi estilo, no me interesa. Hago una vida normal. Si alguno de mis hijos quiere ir al cine o andar en tren busco la manera de que lo haga con naturalidad, siempre atendiéndonos a las consecuencias de que la gente cuando salgo a la calle me pare y me pida que me saque una foto. Para mí no es problema ser un problema.

Desde hace diez años con tu fundación Sur Solidario ayudan a chicos y chicas carenciados. Desde tu contacto con esa realidad social, ¿cómo ves actualmente la situación de pobreza infantil en el país?

En Sur Solidario recibimos 800 chicos todos los días en cuatro sedes en Buenos Aires. Desde que creamos la fundación, hace diez años, la cantidad de niños fue creciendo. Arrancamos con 100 y con tiempo eran 200, 300 hasta llegar a los 800 que van hoy. Histórica y lamentablemente desde que tengo uso de razón Argentina siempre vivió momentos extremos. Cuando era chico en los 80 existía una “caja pan” para la gente carenciada y veo no se logró una solución para eso. Creo que el camino para que la gente salga de su situación de pobreza es la educación porque educar hace que la gente quiera trabajar, razonar, tenga sueños, tenga herramientas para crecer. 

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