“Los libros no existen hasta que son leídos”

De visita en el país, el escritor mexicano Benito Taibo habló con LA GACETA sobre la vigencia de los clásicos, la esperanza que tiene en las nuevas generaciones y se definió como un lector que también escribe.

26 Nov 2017
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LA CONVICCIÓN. “Tengo la certeza absoluta de que a los chicos no hay que educarlos. Sólo hay que quererlos”, distingue el escritor mexicano.

Por Alejandro Duchini - Para LA GACETA - Buenos Aires

Yo no quería tener hijos, plantea de entrada el hombre que, a cambio, se hace cargo de un sobrino cuyos padres fallecieron en un accidente. Así comienza Corazonadas (Planeta), el nuevo libro del mexicano Benito Taibo. Lo que cuenta es la historia de ese tío y ese sobrino bajo el mismo techo.

“Son los mismos personajes de Persona normal (título anterior), pero desde la otra cara de la moneda. Un ajuste de cuentas. Muchas veces escribes y años después sientes que fuiste injusto con algunos personajes. Ahora le di voz al tío. Y sigo la lógica de homenaje a la lectura, al libro como objeto transformador que cambia la vida a las personas”, me dice Taibo mientras desayuna en un hotel de Recoleta, en Buenos Aires, ciudad a la que llegó tres días antes. Su agenda incluyó una presentación colmada por youtubers -público que le genera orgullo, comenta- y unas cuatro horas en el rol de vendedor de libros. Fuera de agenda, en cambio, salió a buscar autores argentinos que, por cuestiones de la industria, no llegan a su país.

- Tío y sobrino parecen amigos.

- Tengo la certeza absoluta de que a los chicos no hay que educarlos. Sólo hay que quererlos. El mundo sería distinto si no los quisiéramos educar con nuestras lógicas, si sólo pudiésemos escucharlos. Pero no los oímos. Hay que confiar en ellos, ser más cómplices que tutores. A mis padres francamente les interesó poquísimo mi paso escolar. Estaban interesados en algo más importante, que era mi educación sentimental, y no en qué notas sacaba. Eso lo agradezco muchisimo.

- ¿Reclama más complicidad?

- Hay que ser cómplices, poder contarse todo. Cuando digo todo, es todo. Si no aparece esa barrera intergeneracional. Las vidas de estos personajes enseñan que lo ordinario puede ser extraordinario.

- En sus mensajes, y Corazonadas no es la excepción, repite críticas a la sociedad de consumo.

- Ya lo contó Alfred Bester en su libro Carrera de ratas, una de las mayores críticas a la sociedad de consumo: dos ratas puestas en un laberinto que se destrozan por llegar al queso. Es una metáfora de nuestra sociedad. Sin dudas tenemos más de lo que necesitamos. El problema es que hay condicionantes creados por la sociedad de consumo. Si fuésemos más elementales seríamos más felices. Deberíamos darnos cuenta de que no necesitamos demasiado.

- ¿Usted es un optimista?

- Más que optimismo prefiero llamarlo esperanza. Dicen que un optimista es un pesimista mal informado. Pero no. Prefiero ver en un optimista a alguien con esperanza, a alguien que sigue creyendo en lógicas elementales para la transformación. Acaba de suceder un terremoto en México: la sociedad casi entera pensaba que esta nueva generación de millennials egoístas y sin ideología no pensaban en el futuro. Y ellos fueron quienes salieron a la calle a salvar vidas a desconocidos, a dejar lo mejor de sí mismos. Eso es esperanzador. La sociedad civil organizada es la única que podrá cambiar a la sociedad actual, porque ya sabemos que los partidos y los políticos no harán nada. Las sociedades saben qué necesitan y qué les conviene.

- Corazonadas es fruto de su entusiasmo.

- Así es, porque el entusiasmo es una fuerza motora. Te levantas por la mañana y dices “voy a transformar el mundo”. Puede que necesites empezar por el cajón de tu casa. El mundo se cambia de maneras distintas. Empiezas por pequeñas cosas como tu casa, sigues en la calle y luego el barrio. Necesitas entusiasmo.

- También defiende de las críticas a quienes actúan como adolescentes eternos.

- ¿Dónde diablos está escrito que no se puede seguir siendo adolescente en determinado momento? Las convenciones sociales indican que debes volverte serio, que pagues las cuotas del auto, que te pongas dos corbatas, que asumas cosas que no pediste pero están marcadas por la sociedad de consumo. ¿Dónde está escrito todo eso?

- ¿Qué rol ocupan los libros en esta sociedad?

- Uno muy muy importante: son creadores, catalizadores de emociones, creadores de personalidad, agentes de ciudadanización, de conciencia crítica, de pasiones. Son mucho más de lo que parecen a simple vista. Son sin dudas transformadores y agentes del cambio. Y volviendo a lo esperanzador, siento que estamos ante una generación que lee mucho más que las anteriores. Veo las ferias de libros atestadas por jóvenes de entre 14 y 20 años. Particularmente por mujeres; en proporción de 7 a 3. Increíble. No es un tema de esperanza u optimismo, sino algo que veo todos los días.

- Si un joven le pregunta para qué leer, ¿qué le dice?

- Los libros encuentran lo mejor de nosotros mismos. En los libros están todas las pasiones humanas, lo mejor y lo peor de nosotros. Hay que leer porque los libros son formadores de personalidad, formadores de ciudadanos. Son civilizadores.

- ¿Cómo se induce a los chicos a la lectura?

- Los caminos del libro son insospechados. Llegan de maneras curiosas, distintas, muchas veces por contagio. La recomendación del libro siempre fue el mejor sistema para llegar a la gente. El boca a boca es lo que más libros ha vendido. Hoy, ese boca a boca está sometido a un proceso que tiene que ver con la transmisión del mismo mensaje por el mayor amplificador de todos los tiempos, que es internet. Chicos que se plantan ante una camarita y dicen “acabo de leer Grandes esperanzas. Dale una oportunidad”. No hay obligatoriedad. Hay un simple “a mí me gustó”. Creo que se están vendiendo libros como pocas veces. Hay críticos o amargados que dicen que se lee por moda. Y les pregunto: ¿no se leyó por moda a Sartre, Cortázar y tantos más? Hay que sacar la connotación negativa a la palabra moda. Porque leer tiene que ver con que estás leyendo, además del libro, a tus pares, a tu entorno. Me parece maravilloso que los chicos sean legión, en el mejor de los sentidos.

- ¿Por qué leer los clásicos?

- Porque no son viejos sino que han superado la prueba del tiempo. Pasaron de generación en generación sin envejecer, dando argumentos sólidos entendibles. Pero que los jóvenes lean lo que les dé la gana. Porque todos, inevitablemente, acabamos por llegar a los clásicos. Por eso no me apuro para que los chicos lean los clásicos. Ya los leerán. A los 12 leí La Ilíada y no entendí nada. Y a los 25 la disfruté. Tiene que ver con cómo vas creciendo como lector. La cultura es esa cosa que sirve para generar nuevas preguntas, no para dar respuestas.

© LA GACETA

PERFIL

Benito Taibo nació en Ciudad de México en 1960. Novelista, poeta y periodista, se define ante LA GACETA como lector antes que escritor. Algunos de sus títulos son Vivos y suicidas, Persona normal, Querido Escorpión, Tiempo de héroes y villanos y el reciente Corazonadas.

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