Maluma cumplió la fantasía de la noche perfecta con un show irrompible

Sex symbol profesional, mezcla de chico tierno y entretenedor peso pluma, Maluma a los 23 años tiene el magnetismo de los galanes inoxidables y no necesita mucho más que eso para poner multitudes a sus pies. Sin embargo, sí que tiene más, y a demostrarlo se dedica en su gira internacional, que en la noche del miércoles llegó a Salta y dejó inaugurada la temporada de fiestas de fin de año.

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El colombiano desplegó su show de grandes éxitos ante un Estadio Delmi colmado y sumiso a sus encantos, que complementó con una banda de batería, guitarras y sintetizadores, dos coristas y seis bailarinas, además del apoyo escénico y artístico de Piso 21, invitados especiales en dos tramos del show.

Puntual y preciso, el espectáculo comenzó con alto impacto, pantallas monumentales y sonido impecable en la primera batería de reguetones. "Tu me partiste el corazón", "Sin contrato", "Desde esa noche", un set que marcó huella para el juego de seducción y trampa que propone el ídolo, bien agarrado a su perfil de amante furtivo, cosificado sin pudores y dispuesto a pasarse la mano por la entrepierna cada vez que la letra lo permite, como en el afiebrado "Vente pa'cá".

"Me siento muy feliz de estar aquí. Soy un hombre muy romántico. Esta noche me voy a poner un poquito más romántico", saludó y presentó la selección acústica de la noche, subido a una banqueta y acompañado nomás por una guitarra.

Maluma tiene talento de sobra para demostrar que no es solo una cara bonita y se asegura de dejarlo en claro, con la voz despojada y a prueba del desgaste de una gira intensa como la que está presentando en Argentina: serán en total siete shows, que comenzaron el sábado en Rosario, el domingo en Córdoba, martes en Tucumán, anoche en Salta, el viernes en Buenos Aires, el próximo sábado en Santa Fe y el domingo cerrará la escala nacional con su última fecha en Buenos Aires.

"El perdedor", "Tengo un amor", "Vuelo hacia el olvido", mostró el lado más edulcorado de la noche, que pedía baile y fiesta en la pista y que le fueron concedidos con creces en la última media hora de Maluma. El primer cambio de vestuario, después de un intermedio a cargo de Piso 21, una jam instrumental y juegos de luces, lo devuelve con "Borro cassette" y "Chantaje", dos infalibles para levantar muertos y que siguió hacia el final con una versión de "La bicicleta" y "Carnaval".

Con ese trío se despidió, pero nadie se iba a ir del Estadio sin su "Felices los 4". Para ellos, para todos y hasta la vuelta, Maluma lo cantó dos veces, con coreografía, en versiones y a puro corazón y pelvis, por la alegría contagiosa de bailar y seducirse.