Alberto Fernández: “Con el tiempo Urtubey se volvió más conservador que Romero”

El abogado y ex jefe de gabinete durante la gestión Kirchner, pasó por Salta y habló de su descontento con la figura del gobernador. Criticó a Bonadío y llamó a la ciudadanía a manifestarse en la calle para defender el estado de derecho.

08 Dic 2017
1

FOTO LA GACETA

Alberto Fernández estaba en Salta cuando se enteró del pedido de desafuero y detención contra Cristina Kirchner. Se despertó y tenía decena de llamadas perdidas de radios de Buenos Aires. Encendió la tele. Navegó el celular y recién se enteró de lo que estaba pasando.

Horas después, el abogado de larga trayectoria en política (entre otras cosas fue jefe de gabinete del gobierno de Néstor Kirchner y también formó parte del gabinete de Cristina Fernández), ingresó a la redacción de LA GACETA y contó su impresión sobre el pedido del juez Claudio Bonadío; también habló con dureza sobre el gobernador Juan Manuel Urtubey, de quien ahora se encuentra alejado.

- ¿Cómo tomó la noticia de la decisión de Bonadío?

Me cayó mal, porque me parece que es una causa absolutamente forzada. Yo he sido siempre muy crítico del pacto con Irán. Creo que fue una decisión absolutamente inoportuna, absolutamente mala, tomada por Cristina. Pero es una decisión política, no es una cuestión judiciable. Y mucho menos puede ser un delito. Me parece absolutamente disparatada. Me parece que Bonadío a esta altura de los acontecimientos está demostrando una enemistad con Cristina, que a esta altura debería pensar si puede seguir adelante con el juzgamiento de esos casos. Me parece que ha perdido toda imparcialidad. Los argumentos que usa, la construcción forzada que hace es impropia de un juez.

- Cristina en la conferencia de prensa dijo que Macri es el director de la orquesta y Bonadío el que ejecuta la partitura judicial. ¿Usted también cree que el macrismo está detrás de esta decisión?

- Yo particularmente no creo que Macri esté involucrado en este tema. Quiero creer que no está involucrado. Lo que a mí me llama la atención, lo que yo veo desde que llegó Macri es que se hace un esfuerzo muy grande para demostrar que a Nisman lo mataron y que eso tiene que ver con lo que Nisman hizo por tratar de desentrañar la responsabilidad Iraní en la causa Amia. Y por qué digo que tiene la necesidad Macri de demostrar eso, porque la supuesta pericia de gendarmería, hecha dos años después, en una escenografía que montaron y que saca la conclusión contundente de que a Nisman lo mataron dos personas es incomprensible, es en términos procesales inadmisible. Y lo de ahora se inscribe en eso. Es tratar de demostrar que la denuncia de Nisman era cierta y que Cristina lo que intentaba era encubrir a los responsables. Yo creo que el pacto fue un desastre, porque excedía soberanía argentina, porque terminaba con el principio de territorialidad que se aplica en el derecho penal argentino; pero lo que buscaba Cristina era que el juez se traslade a Irán para indagar a los acusados porque los iraníes no admiten extradición de sus nacionales. Y creo que ella pensó que eso era una solución, a mí me parecía una solución espantosa porque no puede ser que un acusado si no quiere venir, la Argentina tenga que ir a donde está el acusado. Es un delirio eso. Pero creo que Cristina pensó eso. Podían pasar muchas cosas. Podía pasar que el juez se niegue, que diga yo no voy a ir, que vengan acá y entonces el pacto no hubiera servido para nada. Yo creo que ella buscó crear un atajo para que la causa pueda volver a tomar ritmo de investigación y tomó un atajo que la condujo a la nada misma. Pero no creo que eso sea delito, de ningún modo. Lo que me preocupa del fallo de Bonadío es que se inscribe todo esto en esa lógica que dice Nisman tenía razón. Y ahí me empiezo a preocupar, si el gobierno no está detrás.

- En qué avanzó la causa de la Amia durante la gestión de Macri?

- En nada. Pero es muy difícil avanzar. Porque han pasado muchos años y quedan pocas pruebas.

- Hoy y en estas últimas semanas hemos visto algo que se puede ver como un modus operandis. Esto de detener a personas sobre las que no hay sentencias y en esas detenciones exhibirlas como trofeos de caza.

- Es una metodología que ha impuesto el macrismo. Y se asienta sobre un fallo jurisprudencial vergonzoso dictado por la cámara federal, que terminó con 30 años de jurisprudencia en la justicia argentina. A partir de que llegó Alfonsín se empezó a afianzar la idea de que nadie era culpable hasta que así se probara. Todos somos inocentes hasta que se pruebe nuestra culpabilidad. Y que la pena y el encierro solo podían ser ejecutada cuando la culpabilidad quedara probada, a través de una sentencia definitiva. Esto se empezó a vulnerar con el fallo que dice que si el juez cree que el acusado se puede escapar o entorpecer la investigación, lo puede mandar preso. Me parece que es un retroceso enorme. Es haber retrocedido 30 años en la jurisprudencia argentina. Y para que la gente entienda el abuso, pensemos en caso populares donde esta regla no se aplicó. Por ejemplo el caso de Giselle Rímolo, condenada a 9 años de prisión por un homicidio: estuvo libre hasta que la corte la declaró definitivamente culpable y todo el proceso, que duró casi una década, estuvo en libertad. O pensemos en el padre Grassi, que fue detenido cuando la corte suprema lo condenó. Marco estos casos para que la gente se dé cuenta que no es un caso que yo estoy planteando porque afecta a políticos.

- Cuál debe ser el mensaje a la militancia. El otro día, en la presentación de un libro sobre Milagro Salas, noté que hay muchas personas, especialmente los jóvenes, que tienen una necesidad violenta de manifestarse. Sienten impotencia. ¿Hay que calmarlos?

- Cuando yo hablé de Milagro Sala algunos me decían por qué te involucrás con ese tema. Milagro siempre me trató mal, siempre me insultó, el problema es que ella está mal detenida y no es que hay una justicia para mis amigos y otra para mis enemigos o adversarios. El caso de Milagro Sala es el comienzo de todo esto. Fue un procedimiento que dijo vamos a detenerla porque puede obstruir la justicia y la detuvieron preventivamente. Pero en realidad fue un acto de disciplinamiento político. Miren lo que les va a pasar si se meten con el gobernador Morales. Y como ocurría en Jujuy nadie se preocupó. Nos preocupamos algunos, que estudiamos el derecho penal y enseñamos derecho penal hace muchos años y veníamos que ese era una injusticia. Ahora eso ha llegado a la ciudad de Buenos Aires. Entonces todo adquiere otro ribete. Y ya no es lo mismo Milagro Sala presa que Cristina Kirchner presa. Ahora todo empezó allí y la gente se tiene que irritar. No tienen que ser los jóvenes, tenemos que ser todos. Los ciudadanos debemos salir a la calle y decir esto no debemos permitirlo. Y no porque seamos kirchneristas o no. Yo soy el primero que quiere que las causas de corrupción se investiguen hasta el final y los responsables sean condenados, pero respetando las normas de derecho.

- La justica además parece no haber observado algunas causas contra el macrismo...

- Además. Y tampoco los medios. Porque el presidente con un decreto le permitió a su hermano blanquear 35 millones de dólares que antes los robó al estado argentino. Y no pasa nada. Son señores que hablan de la injusticia. Yo quisiera vivir en otra Argentina. Y me gustaría que Macri, por lo menos, si dijo que iba a terminar con esas cosas nocivas del cristinismo, que lo termine de verdad. Es esto que yo llamo la moralidad del posmodernismo, la moralidad líquida, que es pedirle buenas conductas a los otros, mientras que el que las pide no respeta las reglas.

- Este gobierno asumió diciendo que iba a terminar con la grieta. Pero hoy esa grieta parece haberse exacerbado. ¿Cómo se termina con esa grieta?

- Con el sentido común y con la racionalidad. Lo que está claro es que hay que dejar de usar a la justicia para actuar en política. La justicia no tiene por qué meterse en la política no tiene por qué usar a la justicia.

- Usted hace unos años pensaba que Juan Manuel Urtubey podía ser parte de la renovación política de la Argentina. ¿Cómo lo ve ahora?

- Yo hace mucho que no lo veo. Tomé distancia por lo que fueron sus conductas que llegaron de él en Buenos Aires. Juan Manuel llegó acá con una impronta progresista, para terminar con Romero, estaba acompañado de organizaciones sociales, y por partidos de centro de izquierda y con el tiempo Urtubey se volvió más conservador que Romero. Eso hizo que yo tomara distancia de él. Porque a mí me duele mucho ver algunas cosas que hizo. Dejemos de lado el tema de la enseñanza religiosa que aparentemente estaba en la constitución y es un tema que lo excede a él. Pero él les dio un primo a los legisladores que votaron en contra del Matrimonio igualitario, premió a gente que votó en contra de una ley que se aprobó. Después la corte dispuso que había que reglamentar los abortos como consecuencia de violación y demás y se había establecido que cada gobernador debía implementar eso y acá Urtubey creó una lista de médicos aborteros, con lo cual volvió inocuo el fallo de la corte. Porque qué médico se quiere inscribir en esa lista. El aborto es una medida excepcional, no es una regla. Y con eso Urtubey volvió inocuo algo que había hecho la corte y había sido un gran avance. Esas cosas a mí me hicieron tomar mucha distancia de Juan. Y además, después Juan Manuel tuvo una actitud de mucha cercanía con el gobierno de Macri, que a mí me molestó mucho porque yo creo que Macri es muy nocivo para la Argentina, sus políticas son muy nocivas.  Efectivamente pensé que él podía ser una cara progresista, renovadora del peronismo, pero su conducta me demostró que no es la persona. Ahora, en esto no juega el resultado electoral último. Las últimas elecciones creo que le hacen más difícil a él insertarse nacionalmente.



Comentarios