“Nuestros corazones no dan más”: la triste historia de una salteña y un tripulante del ARA San Juan

“Cada vez son más las estadísticas y los metros y los análisis que se nos calan en los huesos exigiéndonos que seamos más realistas, más serios, más mundanos” rezan las palabras publicadas por María Eugenia Ulivarri Rodi.

La joven de 30 años creció en Salta y se recibió de abogada en la Universidad Católica. Trabajó en el Concejo Deliberante y en un estudio jurídico, pero luego volvió a la ciudad en donde nació: Mar del Plata.

Hace un año y cinco meses que estaba en pareja con Renzo David Martin Silva, de 32 años, oriundo de San Juan y que forma parte de la tripulación del submarino ARA San Juan, perdido desde el 15 de noviembre.

Renzo creció en Mendoza, donde comenzó a jugar al rugby, la pasión que comparte con su padre que vive en España.

Cuando se enteró que un submarino llevaba el nombre de su provincia de origen, decidió ingresar a la Escuela Naval Militar, a los 18 años. Su pasión por el mar lo llevó a lograr el cargo de teniente de fragata.

"Es un estilo de vida muy atrapante y llena de aventuras. Estando en un submarino, uno se vuelve parte de una familia, tener la sensación de autosuperación para lograr un bien común. Volvería a entrar a la Armada sin dudarlo, volvería a pasar todo lo que pasé, con el mismo entusiasmo", había afirmado el submarinista al medio La Gaceta Marinera y que reprodujo Clarín.

Según afirma este medio, la pareja tenía planes de casarse en enero. "Amor de mi vida, hoy cumplimos un año y cinco meses juntos y acá te espero firme como rulo de estatua como el primer día. Te amo infinitamente. Ruego a Dios y a la Virgen para que te guíen de regreso a casa junto a toda la tripulación del Submarino ARA San Juan” publicó en redes sociales María Eugenia.

La joven salteña por adopción compartía con su novio una gran pasión por el mar y es teniente de fragata auditora en la Armada Argentina.

Es por eso que dedica palabras no solo a su novio sino al resto de la tripulación del ARA San Juan.

“Nuestros corazones no dan más. Vemos al Sophie Siem volver sin nuestros 44 hermanos. 44 salvavidas vacíos. 44 mantas que no abrigan a nadie. Vemos a los equipos de rescate regresar a la rutina que esta tragedia les rompió para siempre. Vemos cómo se organizan los días para un duelo inexistente y cómo se busca homenajear a los héroes de la Patria con algún monumento” expresa la joven en su cuenta de Facebook.

El amor que parece ser más fuerte que cualquier cosa, la impotencia de que el ARA San Juan no aparezca, una espera sin tiempos, son solo algunas de las sensaciones que pueden leerse en las palabras de María Eugenia.

"Te amo, te amo hasta el infinito. Y seguiré esperando firme como rulo de estatua el momento sagrado en el que volvamos a encontrarnos. Te amo para siempre mi vida. Nuestro amor es más grande. Con vos hasta el final. Sea cual sea" sentencia la joven.