Qué hacer con el aguinaldo: ¿invertir, ahorrar o saldar cuentas?

Economistas analizan las posibilidades de quienes fueron más prudentes con los gastos y de aquellos que se endeudaron demás.

15 Dic 2017
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Para muchos, el cobro del aguinaldo es sinónimo de compras y, para otros, la posibilidad de saldar deudas.

Para quienes fueron más prudentes con sus gastos durante el año, es una oportunidad para invertir o darse algunos gustos como comprar electrodomésticos, invertir en el auto o disfrutar de unas vacaciones fuera del país. Contrariamente, a otros, se les presenta una alternativa para aliviar las cuentas.

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Las posibilidades son variables según los ingresos, pero sin dudas obliga a todos a pensar en sacarle provecho al aguinaldo en una economía que terminará el año por encima del 20% de inflación y un 2018 que inicia con nuevas y más subas.

Los profesionales consultados por LA GACETA entienden que el cobro del aguinaldo es una buena oportunidad para saldar deudas, aliviar las tarjetas y ser más cautos de cara a un 2018 donde habrá que ver si el gobierno nacional puede, finalmente, bajar la inflación a los dígitos deseados.

¿Cómo hacer que el dinero sea rentable?

Especialistas analizan que hay dos terrenos bien marcados: la clase pudiente y por otro lado las clases media y baja. Para los primeros representa una oportunidad de invertir el dinero con la compra de Lebacs o dólares y hacer trabajar sus ahorros.

Contrariamente, “las condiciones actuales de la economía, la desvalorización de la moneda y las bajas tasas que pagan los bancos hacen que los plazos fijos no sean una buena alternativa para destinar el aguinaldo”, explica Valeriano Colque, economista.

El especialista asegura que una alternativa fiable es cambiar los electrodomésticos, adelantar cuotas o pagar el flete y patentamiento del 0km que llegará a casa o disfrutar un viaje en el exterior fruto de un año ajetreado de trabajo. Sin embargo, reflexiona: "actualmente solo el 10% de la población goza de sueldos altos que permiten invertir, cambiar el auto o viajar al extranjero. La masa lo usa para vivir y pagar cuentas”.

Por su parte, Gastón Moreno, profesional de la misma área, entiende que, a pesar de estas condiciones a las que pueden acceder ciertos sectores de la sociedad, “no hay un buen panorama de inversiones porque la incertidumbre de la economía que viene hace que la actividad esté paralizada. El que quiere invertir o comprar lo piensa dos veces, la incertidumbre frena la actividad económica que genera y recauda menos recursos”.

Deudas: una oportunidad para aliviar las tarjetas y saldar créditos

A los problemas de la inflación cotidiana se suman las deudas en tarjetas de crédito y préstamos personales, hipotecarios o prendarios a los que comúnmente accede la sociedad.

Colque y Moreno entienden que el cobro del aguinaldo es una buena oportunidad para saldar deudas, aliviar las tarjetas y ser más cautos de cara a un 2018 donde habrá que ver si el gobierno nacional puede, finalmente, bajar la inflación a los dígitos deseados.

“Antiguamente el aguinaldo se lo usaba para arreglar la casa, comprar electrodomésticos o el auto, según el ingreso. Pero actualmente le está costando a las clases medias y bajas salir de las deudas, porque el costo de vida se encareció. En términos generales casi nadie puede hoy ahorrar un aguinaldo, evidentemente no está rindiendo y además puede volver a ser gravado por las Ganancias lo que quita más márgenes para saldar deudas”, sostiene Colque.

En esa misma línea, Moreno explica: “si no hay margen para ahorrar o invertir, como le pasa a la gran masa de la sociedad, lo mejor es aliviar las tarjetas de crédito. Hay un gran problema con ellas porque a veces son una trampa cuando se paga el importe mínimo del resumen. El Costo Financiero Total (CFT) puede alcanzar el 100% cuando después se quiere cancelar la deuda y termina siendo carísimo para el bolsillo de las familias”. Acerca de las deudas asumidas con entidades bancarias, aconseja cancelar o adelantar cuotas para tener un "aire" mayor en la economía del día a día.

El costo de la canasta básica navideña ronda desde los $ 79 hasta los $ 750 -de acuerdo al convenio que firmó la provincia con cadenas de supermercados y mayoristas-. 

La economía que viene: suba de tarifas, inflación y paritarias lejanas

Durante diciembre se registraron importantes subas en servicios para los salarios de los salteños con los incrementos en los combustibles (6%), prepagas (6%), luz (34%), gas (57%), GNC (18%). A ellos se suma el costo de la canasta básica navideña que ronda desde los $ 79 hasta los $ 750 -de acuerdo al convenio que firmó la provincia con cadenas de supermercados y mayoristas- y los que vendrán en los próximos meses de 2018 como el boleto de colectivo que tendrá siete meses consecutivos con subas de $ 0,50 hasta llegar en julio a $ 10,45, y la tarifa de taxis y remises donde un sector pidió una actualización del 12% y otro del 20%.

En medio de las subas, las paritarias salariales comenzarán a discutirse en febrero para los trabajadores del Estado. No hay que obviar que la negociación se dará en medio del Pacto Fiscal y las políticas de ajuste y reducción del déficit.

“En ese contexto hay que ser inteligentes. Ya sabemos que siempre durante los primeros meses de un nuevo año se dan incrementos que sacuden al bolsillo de los trabajadores, no hay que gastar más de lo que se puede y debe. El problema que muchos tienen es que pueden gastar 20 y terminan gastando 40. Hay que restringir los gastos y moderar el consumo”, aconseja Colque.

“La suba de precios genera un gran problema porque las empresas dejan de vender cada vez que algo sube como por ejemplo las naftas. Si no hay ventas hay desempleo. El problema económico es grande y la discusión que tiene la Argentina hoy esa saber quiénes son los ganadores y perdedores de la reforma tributaria. El Gobierno piensa que va a recaudar más pero si la actividad económica es baja, recaudará menos”, dice Moreno.

En ese escenario, Colque y Moreno consideran que la economía se acomodará el próximo año y crecerá alrededor de tres puntos y posiblemente el crecimiento se sostenga en 2019. El desafío para los trabajadores será moderar los gastos y no asumir deudas que complicarán el bolsillo. Para los inversores serán meses de especulación y análisis.



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