“Retroactiva es una cachetada en la jeta, una sacudida bien fuerte”

El sábado se presentó el poemario de Macarena Diosque. Este es un análisis del libro.

20 Dic 2017
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Por Andrea Mansilla (*)

Retroactiva es una manifiesta. Y no me estoy equivocando de género cuando hablo, estoy haciendo lo que hace Maca en cada poema: estoy usando el lenguaje políticamente, estoy nombrando de nuevo. En el caso de este libro, hay mucho que está dicho por primera vez, porque cada verso es una revelación no sólo de Macarena Diosque persona que siente afecto, miedo, odio, sino de Macarena Diosque lesbiana feminista antiespecista. Para lograrlo, Maca trabajó mil veces cada poema, cambió versos, les puso rima, les sacó la rima, buscó la música, les sacó la música, los quiso quemar, los quiso... Y ese trabajo está escrito en la precisión de cada palabra elegida en poemas como aquel que lapida la pija cis hetrosexual, un poema en el que la teoría que nos ha ensenado a ser disidentes está refractada en los versos.

Al mismo tiempo, este libro de poesía es un lugar seguro para la amistad y el afecto. Lesbianas al sol es un poema que habla sobre eso y al leerlo, una se siente como calentita, arropada, cómoda y feliz. Es un lugar seguro para ser quienes creemos ser y quienes queremos ser.

Lo componen más de veinte poemas sobre el compañerismo, la revolución, el mundo cruel y cuantos más. No importa tanto cuando la estética habla por sí sola:


Quiero

ser parte

de tu microclima

personal

ser videocasette

alquilado

una noche de tormenta,

olor a

caramelo menta,

cohetes

estallando

justo

a las doce,

pies metidos

en el agua pileta.


Y por momentos, Retroactiva también es una cachetada en la jeta, una sacudida bien fuerte:


les escuchamos las chispas

mientras nos creemos

protagonistas

de vidas

que nos son ajenas

y nos vamos a dormir

con el ego inflado

creyendo

haber empatizado.


Quiero resaltar algo que me parece muy importante: en todo el proceso de este libro no intervinieron varones. Está hecho íntegramente por manos feministas, por identidades disidentes. Es importante porque en un mundo en el que la palabra del varón cis heterosexual (y las voces funcionales) es la hegemónica, un libro construido por otres es un acto revolucionario. Aunque se trate de una deliberada decisión política, nadie más podría haber hecho una tapa tan contundente como María Ibarra, nadie hubiese leído el libro como Quimey Figueroa, sumado al diseño de Belén Martínez. Representan la descolonización del ser que tanto anhelamos. Gritan resistencia en cada paso que dan, y ahí, en esa lectura otra, en esa escritura otra, nace este libro.

Eso hay que decir cada vez que esta edición se recomiende, preste, robe o compre: es un libro hecho cien por ciento por manos feministas.

El mundo es una mierda, pero este libro está acá para enfrentarlo.



(*) Texto leído en la presentación de Retroactiva.



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