Conoce la historia de Pepino Pe: un payaso callejero revolucionario

Daniel Yapura es un clown que sale todos los días a la plazoleta IV siglos a ganarse la sonrisa de la gente y la moneda que asegure el pan en la mesa.

30 Dic 2017

Carlos Daniel Yapura o “Pepino Pe”, como lo conocen, es un payaso que trabaja en las calles de Salta entre decenas de otros artistas que salen a ganarse el pan del día. A pesar de los prejuicios de la gente y la persecución constante de la policía, el espíritu de animar a los niños se mantiene intacto.

Pepino llega tirando una maleta gigante hasta la plazoleta IV siglos, pero esta vez ya estaba ocupada por la presentación de un pesebre criollo de la parroquia de Itatí. Entonces decide trasladarse con sus cosas hasta el centro de la plaza 9 de Julio.

El centro de Salta está convulsionado. En la recova del Cabildo unos manifestantes piden justicia por Santiago Maldonado y Rafael Nahuel. A unos metros, otro grupo se instala para bailar afro al ritmo de los tambores, mientras que en la Catedral le cantan a la Virgen en el atrio.

El payaso mete su mano en uno de los bolsillos de la maleta y saca pinturas de colorrojo y blanco, y comienza a aplicárselas suavemente en el rostro. Luego abre la maleta roja con ruedas y saca ordenadamente un par de sogas, tres clavas blancas, un diábolo para moverlo con un hilo, una pelota de fútbol 5, y un látigo para "domar a las fieras". Allí a dentro lleva todo lo necesario para sacarles una sonrisa a los niños y también a algunos adultos.

"Ser payaso es el sueño de mi vida. Lo que una persona quiere antes de morirse, yo ya lo cumplí" dijo pepino mientras recuerda cuando se fue de su casa muy joven. "Más allá de vivir de esto, yo tengo una ideología de vida con el payaso", agrega.

Daniel Yapura obtuvo el título de técnico superior en Artes Dramáticas, pero quedó muy "enganchado" con la materia de clown, el circo y los malabares y optó por ser payaso y no actor. "Me di cuenta que la carrera de actor me preparaban para seguir fortaleciendo al sistema", expresó convencido.

El espíritu revolucionario atravesó al payaso cuando estudiaba e hizo cambiar su forma de percibir el mundo. "Un profesor boliviano me enseñó que el teatro es para hacer una revolución. Yo me dije: ´quiero hacer la revolución de artes con mi payaso y reivindicar toda la historia que había estudiaba´" sentenció.

El payaso ideal

“Según la historia mundial del circo hay nueve clases de payasos” explica el artista. Pepino se identifica con el tercero: un blanco europeo. "Es el que está en todas las películas, con un bonete arriba y siempre elegante", detalla.

Además cuenta que la gente tiene una mala concepción de los payasos de la calle. "La gente cree que el payaso callejero es un ser despectivo". Pero él rompe con los prejuicios y asegura que viene a “reivindicar el lugar de todos los payasos”.


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