LA GACETA SALTA
Balcarce, de calle olvidada a circuito turístico
Hace 15 años las luces comenzaron a encenderse y le dieron vida a este paseo emblemático de la ciudad.
10 Dic 2014
Hasta hace 15 años, la vida social de la ciudad llegaba hasta la avenida Entre Ríos. Había confiterías en la plaza 9 de Julio y boliches dispersos entre el Sur y Norte de la ciudad. Tras el cierre de la Estación de Trenes de la calle Ameghino, la zona de la Balcarce, que recibía turistas de todas partes, se convirtió en una especie de suburbio con calles oscuras aunque conservaba cierta bohemia que resurgió con el paso de los años. A finales de la década del 90, las luces de la olvidada calle se fueron encendiendo, de a poco, hasta convertirse en lo que se conoce como Paseo Balcarce, un corredor plagado de restaurantes, peñas, bares y boliches, con un movimiento nocturno y comercial cotidiano, y una feria de artesanos que convoca a cientos de productores locales todos los domingos.
Las primeras luces del Paseo Balcarce comenzaron a encenderse cuando el empresario Tupac Puggioni alquiló una vieja casona en Balcarce al 800 –entre Alsina y Necochea-, y la convirtió en el Centro Cultural “Jorge Cafrune”. Allí se dictaban clases de guitarra, canto y tango; y funcionaba también una biblioteca de pensamiento nacional. El espacio cultural llegó a tener 100 alumnos. Tres años más tarde, el “Jorge Cafrune” cerró sus puertas y se inauguró La Vieja Estación, también de Puggioni, que si bien hoy es considerada la peña más conocida de la zona, en esa época funcionaba como un centro cultural donde se escuchaba folclore pero también jazz y rock.

Tupac recuerda que decidió levantar su negocio en la Balcarce porque los alquileres estaban baratos. Hasta ese momento estaba el Bar Madrid, que durante 80 años funcionó como billar, la Estación Bebidas y la tienda San Jorge. El popular Cine Balcarce –hoy convertido en boliche-, estaba abandonado. “La situación económica en ese momento era difícil y si bien la zona erafea porque las cosas estaban arruinadas y la calle era oscura, me resultaba también accesible.
Todos me decían que estaba loco pero con la ayuda de un grupo de amigos peronistas levanté el Centro Cultural para reivindicar la imagen del gaucho Cafrune. Quería mostrar la cultura que había en Salta y así comenzó todo”, recuerda Puggioni.
A la inauguración, el 23 de marzo de 2.000, de la Vieja Estación le siguió la apertura de Gervasio y del restaurante La Cocina del Pirata. En diciembre de 2.001, Matías Wikinson abrió Zátiro, -también en Balcarce al 800-, un bar de rock, jazz y blues que funcionó durante cuatro años y medio. “Veía que en la ciudad hacía falta una movida de bares. Estaban las confiterías en la plaza 9 de Julio y los boliches pero no había lugares para ir a escuchar bandas. Se me había metido en la cabeza que tenía que abrir un bar en una casa vieja. En la búsqueda llegué a la Balcarce, vi un par de lugares y me terminé instalando al lado de La Vieja Estación”.
Dentro de la misma casa refaccionada, Zátiro se fue expandiendo. Tenía un salón principal donde se escuchaba rock nacional, otro de música electrónica y un piano bar. Además, un entre piso donde tocaron bandas como Niebla, Javier Malosetti, Willy Crook, entre otros. “Al principio me llovían las denuncias por ruidos molestos, después los mismos vecinos que se quejaban comenzaron a alquilar su casas para hacer bares y restaurantes”, comenta el empresario. Tiempo después se inauguró el Café del Tiempo, Zeppelin y la movida fue creciendo.

La apertura de los bares dio lugar a la feria de artesanos, que se gestó en 2.002. “La largamos en Semana Santa. La idea inicial era hacerla sólo los fines de semana largos pero nunca se volvió cerrar”, cuenta Puggioni. Wikinson agrega otro dato de color: “con el mimo Pascal armábamos batucada en la puerta de Zátiro y musicalizábamos la feria”.
La movida nocturna y la feria de artesanos de los domingos comenzaron a hacer ruido, y le dieron vida a una zona olvidada. Hoy funcionan alrededor de 40 negocios entre bares, restaurantes, boliches y peñas folclóricas. El denominado Paseo Balcarce, que abarca también las calles Necochea y Ameghino, ya forma parte del circuito turístico de la ciudad.
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