La basura del Vertedero y la falta de servicios causan enfermedades en el asentamiento Urkupiña

Mientras algunos vecinos apuntan contra la faena de chanchos en terrenos cercanos, desde el Hospital Papa Francisco cuestionaron el tratamiento de la basura y la falta de higiene.

17 Ene 2018
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ASENTAMIENTO URKUPIÑA

La precariedad en la que viven las 84 familias que conforman el asentamiento Urkupiña en la zona sudeste de Salta ha derivado en múltiples causas de enfermedades. Los vecinos no solo carecen de todo tipo de servicios públicos sino que, además, se ven afectados por estar sobre terrenos cercanos al Vertedero San Javier y al predio en el que se faenan cerdos.

Hace un año que se instalaron en la zona de Solidaridad y, desde entonces, muchos niños han sufrido infecciones en la piel que derivaron en granos, ronchas y manchas. En algunas oportunidades, la situación llegó a agravarse hasta puntos extremos.

Florencia Medina vive en Urkupiña y le contó a LA GACETA que a su sobrina le salieron granos en el cuerpo y en la cabeza que se le infectaron. “Mi cuñada no se dio cuenta porque los que estaban en la cabeza no se le notaban y ahí se le formaron gusanos”, relató.


“Tenía dos huecos en la cabeza de dos centímetros de profundidad cada uno, estuvo internada 15 días hasta que se lo desinfectaron”, reveló y agregó que actualmente, la niña de casi tres años ya está bien pero tiene que bañarse con jabón en pan.

Los casos de niños con enfermedades los sufrieron muchas familias del barrio, incluso Zulma contó que su hija más pequeña padeció de granos y hoy tiene que bañarla dos veces por día.

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Urkupiña no cuenta con ningún servicio público: “No tenemos ni luz ni agua, solo conexiones que hicimos juntando plata y comprando cables”, describió Florencia reconociendo que dichas condiciones atentan contra su salud.

Sin embargo, entiende que no es el único problema ya que también señala a la proximidad del Vertedero San Javier y los “chancheros” que los rodean donde, según Florencia, faenan animales.


Mientras exigen respuestas de un Estado que, por ahora, se ha mostrado ausente, piden que al menos les desmonten los pastizales que los colindan porque aparecen alacranes y víboras, aunque no lo han logrado todavía.

Ante cualquier enfermedad, las familias recurren al hospital Papa Francisco, donde les aseguran que sus problemas se deben a los terrenos que ocupan: “cuando les decimos que somos del asentamiento Urkupiña nos dicen que las enfermedades se deben al lugar donde vivimos, pero no tenemos otro lugar a donde ir”, explicó Florencia.

Problemas de saneamiento ambiental

Quien reconoció que los barrios de la zona y, puntualmente, el asentamiento Urkupiña, están afectados por las consecuencias de vivir en terrenos cercanos al Vertedero y en donde se crían y faenan animales fue Nelson Quinteros, director del Primer Nivel de Atención del hospital Papa Francisco e, interinamente, a cargo de la Gerencia.

El médico resaltó que se trata de una zona donde “el saneamiento ambiental tiene muchos déficits y la basura está en medio de donde viven”. Además, sostuvo que ven que la basura "no recibe el tratamiento que corresponde”.

Si bien no recordó el caso puntual de la niña que contó la vecina Florencia, consideró que este tipo de lesiones y patologías es frecuente y que la presencia de gusanos deviene de la falta de higiene, lo que puede pasar en cualquier barrio pero las condiciones de vida en las que viven lo hacen más probable.


“Los vecinos de Urkupiña son vigilados por nuestros sistemas porque viven en condiciones precarias, permanentemente es un tema de preocupación para nosotros”, señaló Quinteros a LA GACETA y aclaró que tienen un sistema de vigilancia que la ley les impone para que vigilen ciertas enfermedades como diarrea y algunas respiratorias, pero que no contempla a los problemas dermatológicos.

Por ese motivo es que no se hicieron, hasta el momento, estudios científicos epidemiológicos para ver si las circunstancias en las que vive la gente tienen que ver con las enfermedades. Para palear esas circunstancias, desde el hospital desarrollaron medidas de prevención para enseñar a potabilizar el agua, enterrar basura y tratar las excretas como para mitigar falta de servicios públicos.

Quinteros  comentó que la época del año les marca la tendencia de lo que la gente se enferma: “siempre son las mismas enfermedades, diarrea, infecciones respiratorios y agravamientos de diabetes”, expresó pero dijo que no están colapsados en la atención.

“Esta zona de la capital es la que más creció en los últimos años, por eso la decisión de instalar aquí el hospital  es fundamental y le da más accesibilidad a la salud a la gente”, indicó el médico.
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