Video: los vecinos del paraje La Serena en Cerrillos se sienten olvidados

Entre inundaciones y la falta de respuestas a los reclamos, las familias crearon un grupo de Whatsapp para organizarse y hasta para comprar ellos mismos las lamparitas de la calle.

25 Ene 2018
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ANEGAMIENTO EN CAMINO DE LA SERENA

Todos los veranos es la misma historia para los vecinos del paraje La Serena, en Las Blancas, municipio de Cerrillos. Cada vez que llueve, las calles se convierten en ríos y el agua convertida en lodo ingresa a las viviendas. Nadie puede salir, ni entrar, en estos días.

Son más de veinte familias que hace varios años sufren inundaciones y acumulación de barro en el ingreso de sus hogares cada vez que llueve. Pero esto se fue sumando a otros reclamos que todavía no tuvieron respuestas.

“Presenté varias notas en la municipalidad, una vez me dijeron que debía hablar en Recursos Hídricos de la provincia porque es problema del manejo de agua de las fincas de plantaciones cercanas, pero de ahí me mandaron a que hable en el municipio”, contó Cristian Padován, uno de los vecinos de la zona que vio cómo el lodo arrasó el alambrado perimetral de su casa.

Como él, la mayoría de los vecinos, que en principio adquirieron los inmuebles como casa de veraneo, ahora viven todo el año allí. Pero en verano, en especial en días de intensa lluvia, no pueden ingresar a sus viviendas ante los anegamientos y la falta de mantenimiento de los caminos.

“Hoy parece que ha pasado un tsunami, está lleno de piedras y el problema también es que sale el agua corriente con barro”, agregó Mariano Plaza, que optó alojarse temporalmente en una casa de un pariente en la ciudad de Salta, hasta tanto pueda volver a su hogar y usar normalmente los servicios.

Los vecinos dijeron a LA GACETA que se sienten olvidados por el estado. No solo por los problemas de anegamiento e inundaciones durante el verano, sino que en el resto del año sufren la inseguridad y la falta de servicios. Piden que la máquina aplanadora pase por allí más seguido, para que también ingrese el camión recolector de residuos y que mantengan la iluminación de la vía pública.

Mientras esperan respuestas, las familias decidieron organizarse y a través de un grupo de Whatsapp se alertan por cuestiones de seguridad y hasta juntan plata para comprar las lámparas de la calle.  

“Cada vez que se rompe un foco, pagamos nosotros; juntamos 200 o 300 pesos y los llevamos a la municipalidad para ponerlos”, apuntó Padován.


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