El 2017 confirmó que cada vez se inician menos causas por violencia familiar

Por primera vez en los últimos diez años se iniciaron menos de 10.000 causas en el distrito centro de la provincia.

29 Ene 2018
1

FOTO ARCHIVO LA GACETA

Salta es una provincia particularmente afectada por la violencia familiar en general y la violencia de género, en especial, aunque los últimos números que dio a conocer la Justicia reflejan un dato que no deja de sorprender: cada vez se inician menos causas por violencia familiar en el distrito centro de la provincia.

La cantidad de causas iniciadas alcanzaron su pico en 2011 con un total de 16.548. Desde ese año, comenzaron a disminuir hasta que el 2017, por primera vez desde que se tienen registros (2007), se iniciaron menos de 10.000 causas, con un total de 9788.

En un principio los números iban creciendo. El primer año completo de estadísticas fue el 2007 con 13.959 causas, aumentando a 15.312 en 2008 y manteniendo números similares hasta 2010 y alcanzando el tope en 2011, momento en el que comenzó el declive.

Entre junio de 2006 y julio de 2015 las causas fueron llevadas adelante por los Juzgados de Familia y, en algunos casos, por Juzgados Civiles y Comerciales, quienes tenían competencia en la materia pero se dividían en seis Juzgados que convivían con otros tipos de causas, de manera que se complicaba su veloz tratamiento.

Para la abogada y representante del Foro de Mujeres para la Igualdad de Género de Salta, Mónica Menini, la gradual disminución de causas iniciadas en los últimos diez años no es un motivo de celebración en una provincia donde los femicidios aumentan. La ecuación no le cierra y en este contexto vuelve a preguntarle a la Justicia y al Estado: “¿cuál es el grado de riesgo para las mujeres que tienen los expedientes iniciados y el tipo de seguimiento que se les está haciendo?”.

“No nos dan datos sobre el grado de violencia y del riesgo de cada expediente iniciado porque en muchos casos, el grado fue muy alto y llegó a ser un femicidio. Además, el problema que tenemos en el sistema es que los casos no tienen seguimiento o bien se corta. Entonces pedimos un registro de cada caso y que tengan un seguimiento de años para poder hacer una prevención terciaria, que significa evitar que la mujer que denuncia no vuelva vivir otra situación de violencia y a terminar asesinada”, cuestionó Menini.

En relación a la responsabilidad del Estado en el tema sentenció, la abogada sentenció: “hemos avanzado en herramientas pero tenemos estructurales del sistema y por eso sigue subiendo el índice de femicidos”.

Por su parte, desde el Observatorio de Violencia contra las Mujeres de Salta enfatizaron que para poder hacer un análisis de los datos revelados por la Justicia salteña se necesitan comprar otras variables cómo la cantidad de denuncias con la de expedientes iniciados por año.

Sin embargo y en concordancia con Menini, recomiendan que se perfeccionen los registros estadísticos sobre los tipos de violencia. “Asegurar la calidad y el control de los datos que realizan los organismos que trabajan con la violencia familiar y de género servirá para mejorar las políticas públicas hacia las mujeres”, enfatizo Tania Kiriaco, investigadora y miembro del directorio del OVcM.

La intención del organismo es hacer un registro de los casos a través de un programa de Asistencia Integral a Víctimas de Violencia Familiar y de Género. “Hay que registrar las denuncias pero es fundamental hacer el seguimiento de los casos, ver cómo sigue la cuestión penal y cuál es el grado de responsabilidad del Estado”, remarcó Kiriaco.

Ante la gravedad del tema, la Justicia salteña creó los específicos Juzgados de Violencia Familiar y de Género 1 y 2, que empezaron a funcionar en agosto de 2015, nucleando todas las causas.

El calor y la violencia

Aunque no parezca, el tiempo influye en los casos y los números lo demuestran. Si se analizan las estadísticas mensuales dadas a conocer por el Poder Judicial se puede advertir cómo se inician más causas entre octubre y marzo, en relación a lo que sucede entre abril y septiembre.

No es casual que el semestre más caluroso evidencie mayor cantidad de casos ya que el tiempo es propicio para las reuniones sociales en las que se suele ingerir alcohol, uno de los factores desencadenantes de hechos de violencia.


Comentarios