Mirá los incidentes entre barras que podría dejar a Juventud fuera de la Copa Argentina
Luego de la suspensión del partido ante San Jorge, por los enfrentamientos entre las dos facciones del “Santo”, el club recibiría una dura sanción.
Los lamentables incidentes que protagonizaron las dos facciones de la “barra brava” del Centro Juventud Antoniana en la cancha de San Jorge en Tucumán, podría significarle la eliminación de la Copa Argentina.
La historia de la división de las hinchadas del “Santo” viene desde hace un par de años, y de hecho en los partidos de local, la policía de la provincia de Salta, arma un operativo de seguridad en el que “La Número 1” va a un sector en el estadio Padre Martearena y “La Leal” se ubica en la tribuna del frente.
Además hay antecedentes de enfrentamientos nefastos, como en los festejos del centenario del club dos años atrás. La dirigencia no puede solucionar este problema, y faltan determinaciones fuertes por parte de las autoridades involucradas en esta cuestión. Entonces el problema sigue sin solucionarse y el presidente José Muratore parece resignado ante esto.
Campo liberado
En el plano deportivo el equipo de Gustavo Módica venía haciendo un buen partido, porque ganaba 2 - 1 el duelo ante el “Expreso Verde” y demostrando que este 2018 venía con aires renovados para encarar los objetivos del segundo semestre.
Pero ya en el primer tiempo se registraron incidentes que llevaron al árbitro Rodrigo Rivero a parar el encuentro por varios minutos. En el entretiempo la batahola fue mayor, con corridas, peleas mano a mano entre hinchas dentro del campo de juego, la intervención de la policía de Tucumán reprimiendo con balas de gomas y entonces se suspendió oficialmente el partido.
Ahora Juventud deberá presentar un descargo del informe del árbitro y esperar tal vez la peor sanción: quedar eliminado y descalificado de la Copa Argentina.
Una vergüenza y un papelón que esta institución se vea envuelta en estos serios problemas, que los dirigentes no puedan encontrar el principio de una solución, que salpica de lleno a un grupo de jugadores compenetrados, a un cuerpo técnico serio y a la mayoría de los simpatizantes “antonianos” sin nada que ver en esta triste realidad. ¿Hasta cuándo?
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