Desborde del Pilcomayo: ¿por qué La Niña tuvo que ver en el desastre?

El fenómeno climático producido por el enfriamiento del Océano Pacífico produce excesos de lluvias en el NOA y sequías en la pampa húmeda. Conocé el tiempo que está por venir.

07 Feb 2018

Lluvias donde no suele haberlas y sequías allí donde debe llover. La Niña y el Niño se turnan cada año para alterar el clima en el planeta y este verano será de ella, la que enfría las aguas en el Océano Pacífico y trae inundaciones a este lado del mundo.

Según el Servicio Meteorológico Nacional, el fenómeno comenzó a manifestarse con intensidad débil. “Hace varios meses que hay un enfriamiento del océano Pacífico y cuando esa temperatura desciende 0,5 grados o más, se considera que es una Niña”, explica Cindy Fernández, meteoróloga del organismo, y agrega que cuando se trata de la corriente del Niño, la temperatura asciende más de 0,5.


En el caso de las inundaciones que están afectando al norte argentino desde la semana pasada, el exceso de precipitaciones en la cuenca alta del Pilcomayo respondió a las modificaciones atmosféricas con lluvias abundantes en cortos períodos.

“El océano es como una hornalla que le da energía a la atmósfera o se la quita. Cuando se calienta el agua se evapora, entonces le aporta vapor de agua y calor a la atmósfera. Cuando se enfría, la atmósfera no recibe el vapor normal y todo esto repercute en las condiciones climáticas, incluso a mucha distancia de donde el océano se calentó o se enfrió”, explica Fernández.

Según Oscar Dean, a cargo de la Secretaría de Recursos Hídricos de la Provincia, esta Niña es lo que produjo los desbordes que afectaron el extremo norte de Salta, con miles de evacuados, cortes de rutas y las inundaciones que tardarán muchas semanas en ser absorbidas o evaporarse, una vez que baje el río.

“Este verano hubo lluvias en donde no suele haberlas, como en los valles, la Puna y el resto de la zona oeste del territorio. Si hay Niño llueve en la pampa húmeda y el litoral. Ahora hay exceso de humedad aquí y en la pampa están secos. Esto recién se ha iniciado y son ciclos de los años hidrológicos, que comenzará en septiembre y se extenderá hasta octubre de 2019”, dijo el ingeniero y agregó que el siguiente frente que se abre a posibles desbordes es la cuenca del Bermejo.

“Hasta fines de marzo seguirán las crecidas en Salta”, anunció el funcionario, mientras señala que la del Pilcomayo fue la más grande desde que existen registros, hace 45 años. En pocas horas, el río llegó a 7,31 metros de altura, casi un metro más del límite establecido para el desborde. Las consecuencias son un desastre natural, social y demográfico del que todavía no se conoce el alcance.


Teleconexiones planetarias

Y mientras los humanos resuelven las salidas a las catástrofes climáticas, la Niña sigue manifestándose en las teleconexiones atmosféricas, un sistema que la meteorología analiza para conocer el comportamiento de estas corrientes.

“Si fuera una Niña fuerte los efectos se sentirían más. Esta es una débil”, explica la meteoróloga y agrega que en este caso es tardía o muy temprana, ya que se trata de un fenómeno que se genera en primavera y comienzos del verano. “No es normal que la Niña ocurra en esta época, quizá por eso sea débil. Si ocurría en septiembre u octubre, sería una Niña fuerte”.

Lo que vendrá

En cuanto a las previsiones meteorológicas, Fernández explica que el trimestre febrero, marzo y abril seguirá afectado por las condiciones de Niña, y es probable que se sientan los efectos de esta “circulación típica” de lluvias en la región. “A finales de marzo, en abril y comienzos de mayo va a empezar a debilitarse y hacia finales del otoño y comienzo del invierno estaremos nuevamente en condiciones neutrales”, anuncia.


Las previsiones del SMN también indican que hacia el final del otoño caerán abruptamente las chances de que continúe la Niña, pero hasta entonces se espera un trimestre con muchas lluvias.

En cuanto a las inundaciones en la región, las chances de que sigan o vuelvan a producirse dependen también de otros factores, como el estado de las cuencas, el lugar donde se produzcan las precipitaciones puntualmente y la capacidad de drenaje de los suelos. “Va a llover más de lo normal en tres meses, pero si son lluvias dispersas, no afectarán tanto como si fueran intensas en un único lugar”, explica.


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