“Ya no aguantábamos más, queríamos irnos”, dijo una evacuada al volver a su hogar

Clarisa contó cómo vivió la experiencia luego de pasar más diez días refugiada en una escuela de Aguaray.

10 Feb 2018
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Los últimos días no han sido fáciles para aquellos salteños que debieron evacuar sus hogares por la inusitada crecida del río Pilcomayo, no solo porque perdieron lo que tenían sino porque sus horas como evacuados no fueron sencillas, más aún para los miembros de comunidades originarias.

Miles de ellos fueron alojados en escuelas, Centros Integradores Comunitarios y Regimientos de Aguaray y Tartagal durante casi dos semanas compartiendo espacio con personas de otras comunidades y hasta con criollos, con quienes la relación es históricamente tirante.

Con la considerable baja del nivel de las inundaciones en los últimos días se dispuso el inicio del retorno a casa de algunos evacuados y para muchos de ellos fue un alivio. “Ya no aguantábamos más, queríamos irnos”, le dijo Clarisa a LA GACETA, perteneciente a la comunidad Chorote de Santa María ya desde el colectivo que en horas la dejaría en casa.

Si bien la mujer reconoció que evacuar fue una necesidad y que tuvieron techo, comida y ropa durante su estadía en la escuela María Agapito de Aguaray, la experiencia no resultó de ser del todo positiva porque con el correr de los días, las diferencias culturales terminaron por generar algunos conflictos.

Clarisa contó que en los últimos días se sintieron desesperados porque las diferencias con los criollos se recrudecieron al compartir espacio y convivir tan cercanamente. “Nos sentíamos presos, los chicos están acostumbrados a salir, andar por ahí y acá no podían hacer nada de eso”, reveló la mujer mientras abandonaba la escuela junto a otras familias del paraje La Curvita, uno de los sitios más afectados por las inundaciones.

El trato fue uno de los aspectos cuestionados por Clarisa al contar que sintió que los responsables de la escuela los acusaron injustamente por algunos daños que sufrió el edificio y por el modo en el que se dirigían a ellos.

A la hora de pensar en el retorno, haber podido garantizarse la vuelta a casa es una noticia más que bienvenida aunque reconoció que no sabe con qué se va a encontrar al volver ya que no tuvo contacto con su hijo, quien se quedó en casa para intentar salvar a los animales y a algunas de sus pertenencias.


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