Claves para acompañar a los chicos en el retorno a clases

A días de volver a las aulas, las familias salteñas reorganizan su rutina. ¿Cómo hacer que la casa se ordene en pos de las metas que trae un nuevo año escolar?

24 Feb 2018
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IMAGEN ILUSTRATIVA DE VIX

Darse una vuelta por el colegio para conocer horarios y detalles de los primeros días escolares, tomar la lista de útiles y obtener hasta el último ítem, comprar mochilas y uniformes; son algunos de los pasos que hay que dar para el regreso a clases que en Salta será el lunes 5 de marzo.

Pero existe una situación de ansiedad que se vive en cada hogar y es un sentimiento que se comparte entre padres e hijos. “El comienzo de clases es un momento de ansiedad para los padres: hacer las compras, buscar la lista de útiles, uniformes. Y para los chicos también es así: ellos se preguntan cómo van a ser sus compañeros, cómo les irá en clases, qué experiencias nuevas tendrán, cómo será su nueva docente. Es una situación nueva y genera ansiedad”, explica Carina Salas, licenciada en psicología y directora de Cepsi, Centro de Psicoperapia.

Según la psicología, los adultos son quienes generan las estrategias de regulación. Por esto, planificar y adelantar la llegada del período lectivo en la familia, generar un clima hogareño en donde se dialogue sobre el tema, es lo importante.

“El mensaje debe ser: no es una obligación (ir a la escuela), sino que es muy lindo aprender”

“El desafío de padres y docentes es tener un discurso unificado: que estudiar es tan lindo como jugar, que se puede aprender jugando y que lo que empieza, la escuela, no es aburrido ni malo. No hay una división tajante entre la escuela y aprender. Hay que transmitirles que se disfruta aprender”, dice Salas y agrega: “El mensaje no debe ser que la escuela es una obligación que se hace con presión o con peso de responsabilidad. En la escuela uno aprende cientos de cosas, además de lo académico: aprende a interactuar, a tener amigos, resolver situaciones nuevas. La escuela es un lugar de aprendizaje para la vida, hay amor, desamor, alianzas, amigos para toda la vida, amigos del colegio únicamente. Los chicos también aprenden a orientar su curiosidad: a mirar, explorar. Los chicos deben disfrutar de ir a la escuela porque esos aprendizajes emocionales son los que perduran en el tiempo. Entonces el mensaje debe ser más sano y entrelazando a la educación: no es una obligación, sino que es muy lindo aprender”, insiste.

Con respecto al trabajo en casa, previo a las vacaciones, la especialista recomienda involucrar a los chicos en la tarea de preparación: “Que nos vean involucrados y que ellos se involucren es importante para generar motivación: que forren la carpeta, que preparen la cartuchera, mochila y también, que se vayan involucrando en pensar metas nuevas, realizables y de corto plazo”, analiza la psicóloga.

“Está bueno que los padres conversen sobre cuáles pueden ser los objetivos y metas. ´Yo propongo no llevarme materias, levantarme de buen humor, respetar a mis compañeros, el código de convivencia de la escuela´, esas son las metas más comunes que pueden ser mensuales y evaluarlas progresivamente”, invita a Salas.

“Los padres deben tener cuidado en arrancar a hablar de la escuela con un discurso pesimista: ´uy, se acabaron las vacaciones´, ´qué fiaca volver a clases´, ´¡uy la maestra que pide casa cosa! ´.

La importancia de volver, paulatinamente, a la rutina

Que la familia se involucre con la organización de la vuelta a clases es necesario: habrá que tener paciencia con los cambios de horarios, despertarse temprano, organizar la rutina de horas de juego, sueño, estudio, nuevamente. “Hay que ir encontrando el clima de a poco”, explica la psicóloga.

“Los chicos, y los adultos, tenemos una rutina que empieza a re organizarse: se reduce el tiempo de ocio, pero siempre hay que dejar un espacio para el disfrute y el diálogo en familia: la sobremesa o antes de la cena, conversar sobre lo que le sucedió a cada uno en su día, respetar las horas de sueño de todos los integrantes de la casa. Por lo general, venimos de las vacaciones en donde la alimentación es relajada y se vuelve a otro orden porque las jornadas se hacen más predecibles y ese orden está bien que se tenga”, expone Carina Salas.


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